Mundo Oriente Medio

Monarquías del Golfo ponen Catar en cuarentena

Enclavado en una pequeña península, entre Arabia Saudita y las aguas del golfo Pérsico que lo separan de Irán,

Enclavado en una pequeña península, entre Arabia Saudita y las aguas del golfo Pérsico que lo separan de Irán, el pequeño Catar es el más rico Estado entre los muy ricos miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). Se trata de una organización creada en 1981 e integrada por seis países: Baréin, Kuwait, Omán, Catar, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.

Por eso no dejó de sorprender que tres de esos Estados –Arabia Saudita, Baréin y los Emiratos Árabes Unidos– decidieran romper relaciones con Catar, en un intento por aislarlo política y geográficamente, todo con el fin de romper relaciones diplomáticas, cerrar fronteras y espacios aéreos. Si se mira el mapa se puede comprender lo que esto significa para Catar, que importa de Arabia Saudita cerca de 40% de los comestibles que consume su población y cuya línea aérea, una de las más prestigiosas del mundo, se ve enfrentada a grandes dificultades para operar fuera de los espacios aéreos de sus vecinos.

Varias opciones

Una rápida lectura de los análisis sobre esta situación deja en evidencia la variedad de puntos de vista sobre sus causas y consecuencias.

Para Alain Gresh, periodista especializado en Oriente Medio, la crisis, que no es nueva, obedece al posicionamiento de estos países frente a Irán, pero lo nuevo es la envergadura de la crisis.

Después de que el Gobierno de Trump alzara el tono contra el régimen iraní en su reciente vista a Arabia Saudita, el gran enemigo árabe de Irán, el tema adquirió renovada actualidad.

Ante el bloqueo, Irán ofreció sus puertos en el Golfo para abastecer a Catar, lo que probablemente será usado para justificar la afirmación de cercanía entre los dos Gobiernos.

En una entrevista publicada en Europe1, Myriam Benraad, una especialista en temas de la región, estimó que la visita de Trump le dio renovados bríos a los sauditas, que acusan a Catar de promover un acercamiento regional con Irán.  Algo que Catar niega, del mismo modo que rechaza las acusaciones (aún más difíciles de sostener) de que apoya al Estado Islámico.

Por otra parte, Catar es un cercano aliado de Washington, que tiene en ese país la base aérea de Al-Udeid, sede de su comando regional, donde están estacionados cerca de 10 mil soldados. De ahí operan sus aviones para atacar objetivos en Siria e Irak.

Gas y otros reclamos

El otro tema sobre la mesa es la producción de gas natural licuado. “Olvídense del terrorismo, la real razón detrás de la crisis de catar es el gas natural”, afirmó Tyler Durden, en la página norteamericana The Anti-media.

El diario español La Vanguardia se refirió a que “varios expertos señalan que la crisis podría estar gestándose desde 1995, y el gas natural es la mejor explicación de esta larga disputa”.

“Catar solía ser una especie de estado vasallo saudita, pero utilizó la autonomía que creó su riqueza del gas para forjarse un papel independiente para sí mismo”, dijo Jim Krane, investigador de energía del Instituto Baker de la Universidad Rice, en Houston, citado por el periódico.

Como principal exportador mundial, Catar abastece la tercera parte del mercado y sus reservas solo son inferiores a las de Rusia e Irán. Sus aspiraciones de construir un gaseoducto a través de Siria son un tema particularmente delicado. Para eso, afirma el prestigioso periodista del The Independente de Londres, corresponsal en Medio Oriente hace más de 40 años, Robert Fisk, Catar estaría interesado en financiar la reconstrucción del país.

En todo caso, la participación de Egipto en la coalición anticatarí fue también destacada por otros analistas, que señalan el interés de bloquear el trabajo informativo de la agencia Al Jazeera, cuyo papel ha sido relevante especialmente en la cobertura de los acontecimientos en la llamada “primavera árabe”. Egipto acusa a la agencia y al Gobierno de Catar de apoyar los Hermanos Musulmanes, cuyo gobierno fue derrocado por el actual presidente egipcio y comandante del ejército, Abdel Fatah el-Sisi.

La crisis, para la cual no se vislumbran aún soluciones, está en pleno desarrollo, mientras el Gobierno de Kuwait realiza esfuerzos de mediación.

Suscríbase al boletín

Ir al contenido