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La deuda, el gran negocio de los bancos

Experto estima que el endeudamiento es un gran negocio de los bancos y las empresas transnacionales, “especialmente cuando las deudas se vuelven impagables”.

“Comencé mi turno con tres paros cardíacos. De mis diez camas, tres muertes ocurrieron en menos de cinco horas”, cuenta la doctora Nathalia Guapyassu sobre su trabajo diario en un hospital de São Paulo.

Con cerca de 1,2 millones de casos, con un crecimiento que ha superado los 50 mil casos diarios, y aproximándose a las 55 mil muertes, Brasil es hoy el escenario más dramático de la pandemia del COVID-19 del mundo, solo superado por Estados Unidos.

Una enfermedad que ha terminado por recalar en América Latina después de su paso por Asia, Europa y Estados Unidos. Con más de doce mil casos por millón de habitantes Chile tiene hoy el peor indicador en ese rubro que es de poco más de siete mil en Estados Unidos y de cinco mil, en Brasil.

Trabajadores gubernamentales de la salud en Brasil visitan comunidades para hacer pruebas por COVID-19 en el municipio de Melgaco, al suroeste del río Amazonas en el estado de Para. (Foto: agencia AFP)

La ropa de la paciente

La doctora Guapyassu sigue contando su experiencia: “La familia trajo la ropa de la paciente, pensando que le daríamos de alta. Estaba bien anoche, lista para pasar a sala. Pero necesitó ser intubada de madrugada y por la mañana evolucionó con una probable embolia pulmonar y un paro cardíaco.

“Doña Juraci se fue y su hija y nietas rezan ahora para que la tía, también contaminada, internada y entubada en otra UCI, no tenga el mismo destino.

“Don Francisco ya estaba grave, pero su hijo nunca entendió muy bien como el covid había causado la diálisis de su padre y varios episodios de arritmia.

“Temprano lo llamé para avisar que su padre estaba grave y cuando le dije que probablemente no resistiría hasta la mañana de hoy me contestó: –Yo tengo fe, estoy orando por usted, para que usted haga lo mejor que pueda por él.

“Horas después le estaba dando la noticia más triste a Danilo, que al saber de la muerte de su padre se indignó. Rompió la ventana de vidrio de la sala de noticias y tuvo que ser llevado hacia emergencias, para coserle la mano. Era el quinto familiar que perdía por el covid.

“Después se disculpó por su descontrol y me preguntó si yo había visto lo que había ocurrido en Copacabana, donde se reunió una multitud. Me preguntó cómo era posible que la gente no creyera en lo que está ocurriendo.

“No supe qué contestarle”.

La noticia más triste

“La noticia más triste”, repite la doctora Guapyassu. Naturalmente, se refiere a la muerte.

Su mundo se ha reducido a estar encerrada, como está gran parte del día en una sala de cuidados intensivos. “Han pasado otras doce horas de covid, son doce horas menos de ese virus en el mundo”, afirma. Sueña con el día en que ya no vivirá en una UCI llena, “con una única enfermedad, con todos los pacientes afectados por el mismo virus, con todos los familiares deseando un abrazo al recibir la noticia más triste, sin que yo se lo pueda dar…”.

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“El país que no pueda pagar tendrá que ceder su soberanía, sus recursos naturales más valiosos y sus empresas públicas”.

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Sería el fin de la alarma, pero parece aún incierta. Se habla, con optimismo, de una vacuna que podría estar lista antes de fin de año. Sin embargo, nada es seguro.

Empieza ya un periodo de evaluación de daños y de expectativas; sobre todo en Europa, donde el inicio del verano hace soñar con una vida más habitual, con paseos en los parques, viajes y comercios abiertos.

Un sueño lejano en América latina, donde los efectos económicos de la pandemia apenas se vislumbran. Al igual que en Europa, aquí preocupa el inevitable crecimiento de la deuda, recurso indispensable para hacer frente a los desafíos de empresas amenazadas por la quiebra y del desempleo, que crece de forma acelerada.

El 16 de junio, un grupo de destacados economistas e intelectuales latinoamericanos –entre ellos Franz Hinkelammert y Henry Mora, de Costa Rica– publicó en diversos periódicos de la región su demanda de una condonación de la deuda pública externa de la región.

“La deuda externa es una fuente perpetua de extracción de excedentes de las economías de América Latina, sobre la base de una deuda impagable. Resolver esto demanda la condonación inmediata de dicha deuda”, afirman en su documento.

“Millones de personas perderán definitivamente su empleo –advirtió, por su parte, el economista español José Torres–. Se van a necesitar recursos financieros millonarios para hacer frente a este desafío”. Además destacó que “las respuestas que hasta ahora se han dado a la pandemia son de alivio, para evitar la catástrofe, pero no han abordado los problemas estructurales, en cuyo seno se ha producido y que la agravan”.

Apuntalar el edificio en riesgo

Entre las muchas secuelas que el COVID-19 tendrá en nuestras vidas y en la economía de nuestros países –señala Torres– posiblemente la más relevante sea el crecimiento de la deuda.

”El endeudamiento es un gran negocio de los bancos y las empresas transnacionales, especialmente cuando las deudas se vuelven impagables. El país que no pueda pagar tendrá que ceder su soberanía, sus recursos naturales más valiosos y sus empresas públicas”.

Aprovechando la crisis del COVID- 19, tratan de apuntalar de cualquier manera edificios en riesgo de ruina.

“Eso explica –agrega Torres– que las bolsas vivan una auténtica fiesta en medio de una debacle económica, que la banca siga acumulando productos financieros peligrosísimos gracias a los recursos y al apoyo que recibe de los bancos centrales”, mientras se permite que la deuda crezca “sin poner sobre la mesa ningún tipo de solución a esa bomba de relojería”.

Si de 2008 a 2019 la deuda global aumentó en $87 billones, luego pasó $168 billones y ascendió hasta $226 billones, “es fácil intuir la aceleración que va a tener como consecuencia de una pandemia que obliga a realizar muchos más gastos extraordinarios”.

“Creer que las economías pueden seguir teniendo la deuda como motor de la actividad económica por tiempo indefinido” es un error fatal, asegura. Si el crecimiento de la economía depende del crecimiento de la deuda, se deduce fácilmente que para que la economía crezca debe crecer la deuda. Algo a todas luces insostenible.

Pero nos advierte también contra la tentación de creer que, para frenar el crecimiento de la deuda se deben recortar gastos.

“Al pensar esto se olvida que el gasto es el motor de la economía y que, cuando se reduce, lo que ocurre es que las economías se frenan”.

Finalmente, señala que “la última tentación es considerar que la deuda es el resultado de que los sujetos económicos viven por encima de sus posibilidades cuando la realidad es otra: la deuda es el negocio de la banca, un negocio que pueden hacer crecer ad infinitum porque el dinero que prestan lo sacan de la nada”.

Para los bancos

En Costa Rica, el Banco Central (BCCR) anunció el pasado 28 de junio una reducción de 0,5% de la Tasa de Política Monetaria (TPM), que se ubicó en su punto histórico más bajo, de 0,75% anual. Analistas financieros celebraban. Se pretende promover la reactivación económica abaratando el costo del dinero, provocando que el resto de las tasas se fueran ajustando a la baja poco a poco.

Por su lado, otros economistas denunciaron que “la tasa que bajó el BCCR es la Tasa de Política Monetaria. Es una tasa pasiva que pagan los bancos por el ahorro del público y las empresas. No tiene ningún impacto, en la práctica, sobre el castigo que recibe alguien por tomar un crédito”.

En otras palabras, sería una medida para fortalecer la posición de la banca, sin que tenga efecto significativo en la reactivación de la economía.

El día siguiente, sábado 20 de junio, entró en vigencia en nuestro país la Ley 9859 –Ley contra la Usura Crediticia– aprobada luego de duras negociaciones parlamentarias y que establece un límite a las tasas de interés.

La ley estipula que el BCCR debe fijar dos veces al año –en julio y en enero– la tasa de interés máxima. Los criterios aprobados limitan a 39% esas tasas de interés, salvo para el caso de microcréditos, que pueden llegar a 55%, muy alejadas de la TPM fijada por el Banco Central.

Costa Rica también negocia un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sin que se conozcan aún sus términos.

Al respecto, las autoridades financieras del país han hablado de reducción de gastos, control de salarios y venta de activos públicos, medidas todas a las que ha hecho referencia José Torres en su análisis del escenario económico pospandemia y que, como ha demostrado la experiencia en los países donde se han aplicado esas medidas, difícilmente podrían contribuir a una reactivación económica.

La vulnerabilidad de Europa

En vísperas de asumir la presidencia de la Unión Europea, el próximo 1 de julio, la canciller alemana, Angela Merkel lo advirtió: “Europa ha demostrado su vulnerabilidad. Nunca antes la cohesión y la solidaridad en Europa han sido tan importantes”, afirmó en un discurso el jueves pasado.

La pandemia ha puesto de manifiesto la fragilidad de Europa, señaló. Su preocupación es que la pandemia termine por aumentar la distancia que separa a los países europeos, principalmente entre la economía alemana y la de los países del sur. No se trata solo de la deuda, sino del desequilibrio de la balanza comercial en la región.

Particularmente beneficiada por el proceso de integración europeo, la economía alemana depende más que ninguna otra de la buena marcha del proceso de integración, por lo que la canciller expresó su deseo de que el fondo de recuperación económica, pensado para apoyar las economías europeas más afectadas por la crisis, sea aprobado antes de que termine el mes de julio próximo.

Para ello, los socios comunitarios deberán debatir aún el diseño de ese fondo, que pretende mitigar la mayor recesión de su historia. En total son €750 mil millones, de los que €500 mil millones son ayudas a fondo perdido, mientras que el resto serán préstamos.

No será fácil, pues países como Holanda, Suecia o Austria no ocultan su oposición a asumir costos para apoyar a países con altos déficits y deudas elevadas, particularmente España e Italia. También en Alemania la oposición nacionalista lo rechaza, aunque no tienen peso suficiente en el parlamento para impedirla.

Aunque el monto puede parecer elevado, para Torres, la Unión Europea está desempeñando otra vez un papel “francamente decepcionante”. En su opinión, “no ha estado nunca más lejos de ser solución y no fuente de problemas”, lo que se refleja en que su atractivo para la ciudadanía europea esté “bajo mínimos”.

“El problema de Europa –dice Torres– no es otro que está diseñada sobre principios que benefician de un modo muy asimétrico a sus distintos países miembros”.

El economista, que ha analizado diferentes aspectos de esa disparidad en artículos casi diarios publicados en la prensa española, insiste en que la deuda de España o Italia –o la de Grecia– no es resultado de excesivos gastos públicos, sino de un proyecto montado sobre un esquema de moneda única que facilita la transferencia de recursos hacia países del norte europeo, particularmente Alemania, a lo que se suman otros mecanismos financieros que aceleran la transferencias de recursos. “No nos engañemos, el capitalismo de nuestros días no sabe funcionar sin un creciente protagonismo de la industria financiera”, advirtió.

Los grupos oligárquicos de todos los países del mundo han concentrado tanto poder económico, político y mediático –destacó– “que ya ni siquiera necesitan dar golpes militares”.

“Les basta con sembrar el caos en las economías haciendo que todo funcione cada vez peor o que deje de hacerlo. En medio del descontento y de la desinformación ciudadana que ellos mismos provocan, les basta con hacer responsables, incluso penalmente, a los gobernantes que se salieron de su partitura y sustituirlos por los suyos”.

Con los ojos en el mundo

La pandemia sigue afectando a todo el mundo de las formas más variadas. Sigue cobrando vidas, mientras rebrota en países donde parecía ya controlada. La semana pasada fue en China, donde las autoridades señalaron que la situación epidémica del COVID-19 se había hecho “extremadamente severa” en Beijing. Las autoridades municipales anunciaron que habían detectado nuevos casos en un mercado ubicado en el distrito noroccidental de Haidian. Las escuelas de la zona han sido cerradas y los vecinos de diez barrios aledaños recibieron la instrucción de aislarse en sus casas.

El 28 de mayo había sido el turno de Corea del Sur, que reportó 79 nuevos casos de infección en 24 horas. La cifra más alta en dos meses.

Más de 200 escuelas, la mayoría en las afueras de Seúl, tuvieron que volver a las clases online solo días después de que el Gobierno permitiera el regreso de los estudiantes a las aulas.

En medio del brote aumentan las tensiones entre las dos Coreas, luego de que la del Norte decidió dinamitar la llamada Oficina de Enlace, considerada como un “símbolo de reconciliación” y producto del acercamiento entre Seúl y Pionyang. La medida fue en protesta por el lanzamiento de propaganda contra el Gobierno norcoreano transportada en globos desde territorio surcoreano.

“Esto es solo el comienzo”, publicó el diario norcoreano Rodong Sinmun. “Le seguirán explosiones ininterrumpidas para defender la justicia y podrían superar con creces la imaginación de quienes adivinan el desarrollo de la situación como les plazca”.

Mientras tanto, en Estados Unidos el exasesor de seguridad de Donald Trump, John Bolton, asegura en un libro que comienza a circular esta semana que el presidente le pidió a su colega chino Xi Jinping que lo ayudara a reelegirse, mientras el Secretario de Estado, Mike Pompeo, arremete contra Beijing en la “Cumbre de la Democracia”, una reunión anual de políticos conservadores que se celebró el 18 y 19 de junio en la capital de Dinamarca. Pompeo pidió a sus socios europeos no dejarse cautivar por las relaciones económicas con China, ni cambiar la “tiranía”.

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