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En Costa Rica 800 mil personas abaratan su dieta o sacrifican al menos una comida al día

El país sigue la tendencia centroamericana y empeora levemente en este indicador: 1 de cada 6 costarricenses no les alcanza para comer de forma saludable y alrededor de 100 mil personas han pasado al menos un día entero sin com

Aunque en Costa Rica rebozan los silos con arroz y los maiceros buscan desesperadamente compradores, hay 800 mil personas que comen comida de menor calidad, poco variada o se salta comidas y, de estas, al menos 100 mil personas no consumieron comida durante un día entero o más, indica el último informe de la Organización Internacional de la Alimentación (FAO) para el promedio 2020-2022.

En el país se sufre poca hambre, en comparación con el resto de países de la región, pero no se come bien y esto se relaciona con que América Latina y el Caribe tiene la dieta alimentaria más cara del mundo, lo que finalmente influye en que alrededor de una cuarta parte de la población tenga obesidad o sobrepeso. 

“Aquí, en Costa Rica, la inseguridad alimentaria se relaciona más con el acceso económico a los alimentos. No es un problema de disponibilidad, porque tenemos una importante base de producción local, además de la importación, que garantiza esa disponibilidad de productos agropecuarios”, señaló Andrea Padilla, representante de la FAO en Costa Rica.

Agregó: “Y tiene mucha relación, aunque no aplica para todas las personas, con los niveles de sobrepeso y obesidad, en particular para sectores vulnerables. En ocasiones, los productos más baratos no tienen los nutrientes adecuados y, si uno tiene pocos ingresos, uno compra lo que alcance y, en ocasiones, no es lo que se necesita, por ejemplo: harinas ultra procesadas”.

La incidencia de la inseguridad alimentaria moderada y grave empeora en el país y en Centroamérica, aunque en el caso de Costa Rica no lo suficiente como para que varíen las estimaciones respecto al promedio 2018-2020, cuando se incrementó en 200 mil personas, una tendencia que fue agravada por la pandemia en la región. 

Por género, las mujeres son las más afectadas por la inseguridad alimentaria: un 18,4% la sufren en el país, frente a un 14% registrado para los hombres. En particular, lo viven las mujeres de zonas costeras, así como la población migrante, señaló Padilla, quien es ingeniera agrónoma y antropóloga. 

También hay personas que sí tienen un adecuado acceso económico, pero que no consumen suficientes o diversos alimentos nutritivos, debido al desconocimiento que hay en materia de educación nutricional, entre otras razones, agregó Padilla. Según la representante de la FAO, todo esto suma presión al sistema de salud que debe atender las múltiples enfermedades no transmisibles que se relacionan con una mala dieta alimenticia. 

“Han cambiado los patrones de consumo, a veces se necesita comer más rápido o no hay suficiente tiempo para cocinar en casa. Por otra parte, la visitación de las ferias del agricultor han cambiado, antes se planificaba ir con la familia, pero, conforme el ritmo de vida cambia, se ha ido dejando de lado”, comentó Padilla. 

Lo que hacemos bien

Costa Rica mantiene programas de alimentos que de forma sostenida han permitido mantener los niveles de hambre y de inseguridad alimentaria bajos, en comparación a otros países de la región. 

Por ejemplo, los comedores escolares llevan comida a la niñez más desfavorecida del país, al tiempo que contribuyen en colocar productos frescos y locales de familias productoras que, de lo contrario estarían, en la línea de la pobreza. 

“En la pandemia apenas se vio la amenaza de que se cortara el abastecimiento de cadenas de alimentos, el sector agrícola y la institucionalidad reaccionó rápido y apoyó a las personas más vulnerables”, mencionó Padilla. 

El reto más grande para el país sigue siendo el alto costo de la dieta saludable, problemática que se ha buscado enfrentar con medidas como la canasta básica tributaria, pero debe sumarse más medidas de protección social, así como de empleo, para mejorar en esta área. 

“Aunque hay temas por mejorar, Costa Rica es un ejemplo con la implementación de la agenda agroambiente porque tenemos una gran experiencia y ventaja sobre el resto de la región en prácticas para producir de forma sostenible, como es en el caso del pago por servicios ambientales, por servicios ecosistémicos y la iniciativa de recarbonización de los suelos de uso agropecuario”, destacó Padilla.

Finalmente, Costa Rica ha mantenido una sostenida cooperación internacional en el tema agroalimentario que se ratificó en la visita del Subdirector de la FAO, Mario Lubetkin, este noviembre, y en la que se firmó el marco de cooperación 2023-27 con el actual Gobierno. 

Lubetkin visitó varios países de la región en un esfuerzo por obtener nuevos acuerdos internacionales para luchar contra el hambre, ante el poco avance hacia las metas que se plantearon los estados para el 2030 y que fueron afectados por la pandemia, el impacto de la guerra en Ucrania y otras coyunturas que alzaron los precios de los alimentos a niveles históricos. 

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