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Chile intenta retomar la normalidad luego de las manifestaciones en todo el país

Un país sorprendido, un gobierno desconcertado y un ambiente caótico luego de las extendidas protestas del pasado fin de semana es el escenario que se vive en Chile

Un país sorprendido, un gobierno desconcertado y un ambiente caótico luego de las extendidas protestas del pasado fin de semana es el escenario que se vive en Chile.

Filas enormes en los supermercados, automovilistas recorriendo las gasolineras en busca de combustible y un sistema de transporte colapsado hacen caótica la vida de los chilenos al iniciar la semana.

Las clases están suspendidas en Santiago y otras localidades del país, los bancos cerrados, almacenes saqueados, estaciones del metro destruidas. El escenario es de guerra. Eso fue lo que dijo el domingo el presidente Sebastián Piñera, para quien grupos de vándalos dispuestos a causar el mayor daño posible son los responsables de la destrucción y del saqueo ocurridos durante las protestas.

“Estamos en guerra contra un enemigo poderoso e implacable que no respeta a nada ni a nadie y que está dispuesto a usar la violencia sin ningún límite, incluso cuando significa la pérdida de vidas humanas, con el único propósito de producir el mayor daño posible”, dijo Piñera en una comparecencia televisada el pasado domingo.

Piñera decretó el Estado de Emergencia primero en Santiago, y luego se ha ido extendiendo a otras regiones, al norte y al sur del país, en la medida en que se extienden también las protestas. Una medida que entrega a los militares el control del orden público. Pero el jefe de la defensa nacional, general Javier Iturriaga, que está al mando de las fuerzas militares encargadas de asumir el control de la situación, se encargó de decir, el lunes, que no está en guerra con nadie.

Iturriaga decretó toque de queda la noche del sábado y del domingo para controlar la situación, sin que se sepa si la medida seguirá siendo aplicada el resto de la semana. Pero esto recuerda a los chilenos las que se adoptaron luego del golpe militar de 1973, origen de una larga dictadura todavía fresca en el recuerdo de todos.

Cuidadoso con sus palabras, el general parece querer evitar despertar esas comparaciones y discrepó de las apreciaciones del presidente en cuanto a la naturaleza del conflicto que vive el país.

Protestas

El origen de las protestas fue el anuncio del alza de los precios del metro, el medio de transporte más importante de la capital chilena, hecha por el presidente Piñera la semana pasada. Primero fueron los estudiantes los que se saltaban los controles en la entrada del metro. Poco a poco la manifestación fue creciendo, hasta que el gobierno trató de enfrentar con la represión, hasta que, el viernes pasado, la ola de protestas se extendió por prácticamente todo el país, tomando por sorpresa a observadores internacionales, al Gobierno y a la oposición política.

Ahora ya no se trata solo del precio de los pasajes. El fracaso de un sistema de pensiones que prometía un futuro seguro para los jubilados es un tema que desde hace años inquieta a los chilenos que después de años de cotizaciones se ven enfrentados a la pobreza en la vejez, por la baja remuneración recibida por sus ahorros.

La mala calidad y el costo de la educación, de los servicios de salud, la irritación por medidas que favorecen a las grandes corporaciones sin contrapartidas para el resto de la población han ido generando tensiones que estallaron con una magnitud inimaginable en un país que parecía modelo de estabilidad en la región.

Ya hay ocho muertos como consecuencia de diversos incidentes relacionados con las protestas. Santiago amaneció el lunes semiparalizada, el gobierno intentanba poner en marcha sistemas alternativos de transporte para la población, con solo una línea del metro funcionando en forma parcial, con las calles semidesiertas y a la expectativa ante la posibilidad de que continúen las protestas.

El toque de queda causa dificultades inesperadas en todos los sectores, entre ellos en el aeropuerto de Santiago, donde decenas de vuelos han sido cancelados mientras los pasajeros se aglomeran en la terminal en las horas del toque de queda.

Más preguntas que respuestas

No hay explicaciones consensuadas para las protestas, ni para la ira de los manifestantes. El gobierno trata de mostrar normalidad, con todos los ministros exponiendo en la televisión los avances en ese sentido en sus carteras. Insiste en exigir a todos una condena contra la violencia y los saqueos.

Pero mientras los ministros hablaban, la televisión mostraban el lunes confrontaciones en las calles de Valparaíso, donde se oían disparos.

Piñera ha convocado a la oposición a unirse para encontrar respuestas a las demandas de la población, pero enfrentó el rechazo a hacerlo mientras esté en vigencia el Estado de Emergencia y los militares patrullen las calles de las ciudades.

Después de resistir a las demandas contra el alza de las tarifas del metro, el presidente anunció su decisión de enviar un proyecto de ley urgente al Congreso para suspender la medida, que fue aprobado el mismo domingo por la Cámara de Diputados.

Pero parece demasiado poco. Su gobierno, conformado por la base política que dio sustento a la dictadura en los años 70 y 80, ha mantenido el modelo económico que se implantó entonces y que la oposición tampoco desmanteló cuando fue gobierno.

Ahora todos tratan de correr para discutir medidas que contribuyan a detener una creciente desigualdad en un país donde el 1% más rico se quedó con 26,5% de la riqueza, en 2017, mientras el 50% de los hogares de menores ingresos se tenía que contentar con el 2,1%, según estudios de la Comisión Económica para América latina (Cepal).

Pero no hay medidas que puedan revertir a corto plazo esta situación, sino que se requiere un cambio de políticas muy alejadas de las que propone la actual coalición de gobierno que encabeza Piñera.

Mientras tanto el país sigue en vilo, a la espera de lo que seguirá hoy y mañana a las protestas desatadas por la ira de quienes perdieron toda esperanza de ser oídos si no gritan. Más de 1.700 habían sido ya detenidas.

Pasaba el mediodía del lunes y en Santiago comenzaban de nuevo las protestas cerrando el tránsito en la céntrica plaza Italia…

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