Mundo Plebiscito en Colombia

Buscar que “gente saliera a votar verraca” funcionó

Unos estrategas de Panamá y Brasil nos dijeron que la estrategia era dejar de explicar los acuerdos para centrar el mensaje en la indignación.

Unos estrategas de Panamá y Brasil nos dijeron que la estrategia era dejar de explicar los acuerdos para centrar el mensaje en la indignación. En emisoras de estratos medios y altos nos basamos en la no impunidad, la elegibilidad y la reforma tributaria. En las emisoras de estratos bajos nos enfocamos en subsidios. En la costa individualizamos el mensaje de que nos íbamos a convertir en Venezuela…

Estas declaraciones del gerente de la Campaña por el “No”, Juan Carlos Vélez Uribe, exsenador, excandidato a la alcaldía de Medellín, provocaron todo tipo de reacciones.

El líder de la campaña, el expresidente y ahora senador Álvaro Uribe, tuiteó: “Hacen daño los compañeros que no cuidan las comunicaciones”.

El primo se dio por aludido; dio explicaciones y renunció al partido del Centro Democrático al que ambos pertenecen.

“Me equivoqué al no ser riguroso, no calculé el alcance de mis palabras”, afirmó Vélez Uribe. “Ofrezco disculpas a los millones de colombianos que votaron libremente, a los otros comités por el No, a los jóvenes, al catolicismo, a las Iglesias cristianas, a los empresarios y a todos aquellos que apoyaron el No e hicieron de la convicción su única estrategia”.

El resultado del plebiscito –que la oposición a los acuerdos de paz firmados en La Habana entre el gobierno de Colombia y las FARC¬– ganó con 50,2% de los votos.

Fue la revancha del Centro Democrático, luego de perder tres elecciones anteriores: presidencia, alcaldías y congreso.

En la entrevista que Vélez concedió al diario colombiano La República le preguntaron:

La campaña del Sí fue basada en la esperanza de un nuevo país, ¿cuál fue el mensaje de ustedes? – La indignación, respondió. “Estábamos buscando que la gente saliera a votar verraca”.

“Descubrimos el poder viral de las redes sociales. Por ejemplo, en una visita a Apartadó, Antioquia, un concejal me pasó una imagen del (presidente) Santos y (del líder de las FARC) ‘Timochenko’ con un mensaje de porqué se le iba a dar dinero a los guerrilleros si el país estaba en la olla. Yo la publiqué en mi Facebook y al sábado pasado tenía 130 mil compartidos con un alcance de seis millones de personas”, explicó.

Y cuando le preguntaron por qué tergiversaron mensajes en la campaña, contestó: “fue lo mismo que hicieron los del Sí”.

Además de la renuncia de Vélez Uribe, otra consecuencia de sus declaraciones fue la presentación al tribunal electoral de una denuncia por fraude.

La revista Semana, partidaria del Sí, dijo que la idea de la campaña del No era “ignorar los acuerdos, para centrarse en argumentos emocionales, sin importar qué tan veraces o reales fueran” y citó a la senadora Claudia López, quien denunció al exsenador ante la Fiscalía por el presunto delito electoral de fraude al sufragante, consignado así en el Código Penal:

“Aquel que mediante maniobra engañosa vote por determinado candidato, partido o corriente política”. “Hemos presentado 68 objeciones, especialmente relacionados con la política de narcotráfico, elegibilidad y justicia”, dijo la senadora.

Financiamiento

El financiamiento de la campaña, al que también hizo referencia Vélez Uribe, provocó rápidas reacciones y diversos desmentidos.

Las cifras sobre los gastos de campaña varían notablemente, según las fuentes.

Según Uribe, “en el partido del Centro Democrático y en la corporación que creamos, ‘La paz es de todos’, logramos recaudar 1.300 millones de pesos (unos 444 mil dólares), principalmente de 30 empresas y 30 personas naturales. Fue muy difícil conseguir respaldo y los bancos no estaban preparados. Sin embargo, el No fue la campaña más barata y efectiva en mucho tiempo”.

Entre las empresas que habrían colaborado estaban la Organización Ardila Lülle, dueña de la más importante red de medios de Colombia; el Grupo Bolívar, del banco Davivienda; el Grupo Uribe, Colombiana de Comercio (dueños de Alkosto) y Codiscos.

De acuerdo con este informe, quienes más habían aportado eran los del Grupo Bolívar: el Banco Davivienda, con 350 millones 400 mil pesos, seguido por Seguros Bolívar, con 233 millones 600 mil pesos.

El presidente del Grupo Bolívar, Miguel Cortés, reaccionó a la polémica por la financiación de la campaña. En una entrevista a Semana dijo que habían financiado tanto al No, como al Sí, en iguales condiciones, además de haber aportado los recursos para la publicación de una cartilla con los detalles de la consulta.

Y agregó: “Yo pienso que el que haya ganado el No puede dejar el país fortalecido porque va a exigir una unión más fuerte entre los distintos sectores del país”.

Pero todo esto, respecto de la renegociación del acuerdo, dijo Cortés, “sin duda, se puede demorar. Lo que sí no se puede demorar es la reforma tributaria. Una reforma que tenga en cuenta las necesidades sociales, pero también las económicas y de inversión. A mí me daría mucha tristeza pensar que la reforma no va a venir por todo esto. Si esto sucede, Colombia corre el riesgo de que le quiten el grado de inversión, lo cual podría tener implicaciones muy negativas”.

La Organización Ardila Lülle, propietaria de los medios de RCN, descartó haber aportado a la campaña, salvo unas facilidades de crédito que otorgó. Pero la directora de su canal de televisión, Claudia Gurisatti, fue una de las principales críticas de los acuerdos.

Del mismo modo, Luis Carlos Sarmiento, “el banquero más poderoso del país” cabeza del grupo Bolívar, es figura muy cercana al senador Uribe.

El 2009, cuando Uribe intentaba un tercer mandato, que la constitución no permitía, Sarmiento le anunció su respaldo, afirmando que la política de seguridad democrática había ayudado a cambiar el país, y que la pesadilla nacional es la violencia y la guerrilla.

Y propuso que “el impuesto para financiar la seguridad democrática fuera permanente y que no lo pagaran solo los más pudientes, como estaba establecido, sino ‘todos los colombianos’. Ocho días más tarde el Presidente acogió su idea”.

Lo que sigue

Sumida en la incertidumbre después del triunfo del No, sigue la lucha en Colombia en torno a los acuerdos.

El Premio Nobel de la Paz otorgado al presiden Juan Manuel Santos es una carta en esa lucha y le ha dado al mandatario una nueva herramienta para apoyar las negociaciones. Un Nobel que, según el periódico norteamericano Wall Street Jornal debería haber sido otorgado a Uribe.

Los líderes del No, con el senador Uribe a la cabeza, se reunieron con el presidente la semana pasada. Una reunión “tensa”, la calificaron los medios.

A la salida leyeron un comunicado: “Manifestamos ajustes y proposiciones iniciales que deberán introducirse a los textos de La Habana para buscar un nuevo acuerdo de paz que vincule a la totalidad de los colombianos. El presidente de la República expresó voluntad para lograrlo”, aseguró.

Los puntos innegociables serían lo que llaman “impunidad total para autores de delitos atroces, la elegibilidad política de los jefes del secretariado de la guerrilla, la información sobre los secuestrados, la entrega de menores reclutados, y los valores de la familia”, una referencia a los grupos cristianos que acuerparon a Uribe en la campaña.

Posiciones como la exigencia de cárcel para los líderes de la guerrilla serían inaceptables, del mismo modo que la discusión sobre los bienes de las FARC, que los partidarios del No afirman ser millones.

La lucha se ha trasladado también a las calles, donde se sucedieron las manifestaciones a favor del acuerdo. La semana pasada, “miles de ciudadanos caminaron desde el parque de Las Luces”, en Medellín, “para exigir que la salida negociada termine de una vez por todas con más de 52 años de conflicto con las FARC”.

Las FARC han advertido que si la paz depende de Uribe difícilmente se logrará. Con la comunidad internacional también a la expectativa, nadie se atreve a predecir el desenlace de la crisis provocada por el “voto verraco” del No.

 

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