Deportes Dos ciclistas clasifican para Olímpicos y uno más para Paralímpicos

Una semana memorable para el ciclismo de ruta

Los últimos días han sido dignos del recuerdo para el ciclismo de ruta costarricense,

Los últimos días han sido dignos del recuerdo para el ciclismo de ruta costarricense, pues aparte de las clasificaciones para un hombre y una mujer para los Juegos Olímpicos Tokio 2020 del 22 de octubre, hay que agregar la de Henry Raabe en la modalidad Paralímpica obtenida cinco días después.

Todavía estará en veremos la clasificación de Leonel Solís; pero de acuerdo con el entrenador de la Asociación de Paraciclismo, Marco Taylor, aún hay tiempo hasta junio de 2020 para definir si Solís finalmente ingresa o no. Esto está supeditado además al presupuesto que logren de la Federación Costarricense de Ciclismo (Fecoci) y el CON para brindarles fogueos y enviarlos juntos.

La Federación Costarricense de Ciclismo es la que debe de manera formal definir quiénes asistirán a las justas Olímpicas convencionales en territorio japonés, aunque la manera en que accedió a ambas plazas es muy distinta.

El cupo femenino vino gracias a María José Vargas, ciclista del Swapit Agolico mexicano, quien se sostuvo en el top 100 individual del ranking de la Unión Internacional de Ciclismo (UCI, por sus siglas en inglés) al corte final del pasado 22 de octubre, pues el país estuvo muy lejos de los puestos de clasificación.

Por otro lado, la plaza masculina la obtuvieron debido a que Costa Rica terminó en el lugar 35 del ranking de naciones y se necesitaba terminar entre los primeros 50 para hacerse acreedores a un boleto.

Más bien, el país quedó a tres lugares de clasificar a otro ciclista, y a seis lugares para tener presencia en las contrarreloj, tomando en cuenta que pasan los primeros 30 siempre que haya representación de todos los continentes. La mayor parte de los puntos los aportó Kevin Rivera, quien ocupó el puesto 272 en individuales.

El tiquete paralímpico fue obtenido por Raabe tras concluir en la casilla número 19 del escalafón del presente año en la categoría C3 (para ciclistas con problemas motores). El puesto de Solís en C4 (amputación de manos) está en veremos.

UNIVERSIDAD conversó con ellos vía telefónica, independientemente de que al final algunos nombres puedan cambiar en el momento en que la Fecoci dé sus listas finales.


María José Vargas:

“La plaza a Tokio empezó después de Río 2016”

La ciclista María José Vargas considera que ha adquirido buen roce internacional a lo largo de su estancia de tres años en el Swapit Agolico de México, y que el proceso de adaptación no le costó en lo absoluto luego de ser acogida por el equipo desde el inicio.

Además, ella agrega que la plaza para Tokio 2020 se empezó a gestar desde el mismo momento en que concluyó Río de Janeiro 2016.

“Las principales claves fueron desde un inicio ponerse una visión, la plaza a Tokio no empezó desde este año, sino desde hace tres años, luego de Río, y el hecho de mantenerme constante hizo que se obtuviera el boleto. Al tomarlo de manera profesional, el equipo y la Federación aportaron con grandes carreras, en Australia, en mundiales, pero gran parte del puntaje se obtuvo en Costa Rica, la mitad se obtuvo en vuelta femenina, campeonato nacional, en Centroamericano en Managua”, comentó desde México.

La porteña asegura que desde niña se interesó por el ciclismo, al punto de integrar los procesos de selección a cargo del cubano Cecilio Mera en tiempos en que el hoy Ministro de Deportes, Hernán Solano, presidía la Federación; y luego fue subiendo de nivel hasta llegar a ser contratada por el equipo profesional mexicano Swapit Agolico, donde ha tenido un crecimiento exponencial de nivel.

Desde este momento ya ella piensa en la temporada 2020, independientemente de si la designan para ir a Japón. “Nosotros, después del mundial tuvimos un pequeño descanso y yo ya me encuentro preparándome para el 2020. Aunque tenga un calendario bastante grande con el equipo, esperamos que estas carreras sirvan para estar lista en agosto. Yo me voy a preparar para dicha fecha, y espero que la ciclista en mejores condiciones vaya. (…) (Si no va) Uno como deportista debe entender distintas situaciones de la vida, ser egoísta no merece la pena. Esto es ‘hoy por tí, mañana por mí’, estaría encantada de ir a aportar a mi país, pero si no voy, encantada de apoyar a cualquier deportista y aportarle lo que yo he aprendido en estos tres años, porque este conocimiento no es solo mío”.


Kevin Rivera:

“Si voy a Tokio, toca estar concentrado y hacer lo mejor posible”

El cartaginés Kevin Rivera es el ciclista del momento, pues aunque apenas tiene 21 años de edad, ya posee tres de estar en el ciclismo profesional con el equipo italiano Androni Giocatolli Sidermec. Esta escuadra le permitió ganar el Tour de China de 2017, y el de Sibiu en Rumanía en el presente año.

Sin embargo, él tiene claro que, a pesar de haber sido el mejor ranqueado en el escalafón individual, esto no le garantiza a él su lugar en Tokio 2020, por lo que contempla los dos escenarios y asegura que si no fuera designado, lo más que puede hacer es mandarle los mejores deseos de que disfrute y haga lo mejor posible por el país.

Pero, en caso de que la Federación lo envíe a territorio japonés, Rivera niega que exista una preparación especial más allá de llegar en plenas condiciones físicas y mentales y ejecutar en el trazado las instrucciones del entrenador. “Si hago la carrera en las olimpiadas no hay secreto, toca estar concentrado y con mi entrenador intentar llegar al máximo para hacer lo mejor posible”.

Rivera comentó  que,  pese a que iniciar en el ciclismo y ahora ganarse su lugar en Italia fue difícil tanto por las limitaciones económicas como por la gran cantidad de “monstruos” ciclísticos haciendo fila por delante de él, el esfuerzo, el ejecutar su carrera y tratar de hacer bien las cosas le han ayudado a salir adelante y a ganar la plaza. “Siempre tuve a alguien que me ayudó y yo siempre intenté dar mi máximo y las cosas fueron llegando solas”.


Henry Raabe, volver 12 años después

De acuerdo con el presidente y entrenador de la Asociación de Paraciclismo, Marco Taylor, Henry Raabe es en principio el designado para asistir a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020; aunque todavía no se pierde la esperanza de que también vaya Leonel Solís.

Doce años después de asistir a la Olimpiada convencional en Beijing, el campeón de Vuelta Ciclística a Costa Rica en 2006 y 2007 regresa a territorio asiático para los Paralímpicos con la misma ilusión de entonces. Y aunque sabe que son experiencias diferentes, en esta ocasión siente que va a tener más carreras preparatorias que se le asemejen y le permitan llegar de mejor manera a Tokio.

“La clave para poder clasificar fue mucho la colaboración del Comité Paralímpico, que tiempo atrás ya veníamos asistiendo a las fechas Copa Mundo, fue un esfuerzo que se hizo con el Comité Paralímpico que nos ayudaba, y en mi caso el Economy Rent a Car, que también me estaba ayudando. Entonces el estar en esas fechas nos permitió tener un buen nivel y un buen ritmo y tener más chance de buscar la plaza”, explicó.

De manera exacta, contando todas las etapas de Juegos Nacionales hasta el presente, Raabe lleva 25 de sus 38 años de vida dándole pedal a la bicicleta, desde que un tío le transmitió la pasión del ciclismo, y desde que Raabe comenzó en los Juegos Nacionales de 1994.

Al terminar la temporada 2019, ahora se centrará en la preparación física y de rodaje previo a un torneo en Brasil al que espera ir a competir, y llegar con una buena pretemporada para luego prepararse para Tokio.

Consultado sobre la posibilidad de que esta vez, luego de tres presencias consecutivas del ciclismo de ruta costarricense en el paralimpismo, se pueda ir con dos plazas, Raabe se siente motivado a trabajar fuerte para hacerlo. “El hecho de tener una segunda plaza nos motiva bastante para poder obtenerla. Para uno no hay nada más bonito que poder estar presente en estos eventos tan grandes y representar a Costa Rica, que se ha dado a conocer por medio del deporte paralímpico y convencional, y hoy tiene mucho potencial en el tema del deporte, y nosotros formamos parte de todo eso, y el hecho de llegar a unos terceros paralímpicos seguidos nos deja mucho que pensar de lo que tiene Costa Rica para potenciar”.

Prueba de esta motivación es lo bien que se ha logrado entender y aprender de Leonel Solís, quien compite en otra categoría paralímpica (C4). “Es una persona sorprendente, un ejemplo para muchos, incluso para uno, verlo compitiendo en sus condiciones. Uno siempre percibía el ciclismo muy diferente y ahora que estoy compitiendo  en paraciclismo uno ve personas que tienen muchas discapacidades y practican deportes y eso es motivación para muchos. Muchos tal vez no tenemos conocimiento de lo que es el deporte paralímpico, y el ciclismo es un deporte bastante complicado para personas con muchas discapacidades, que han salido adelante a pesar de todo”.


Leonel Solís, experiencia a prueba de adversidades

Aunque Leonel Solís todavía está en veremos para asistir a los Juegos Paralímpicos en Tokio y debe ganarse la segunda plaza en paraciclismo en un par de competencias de Copa Mundo en Colombia, en realidad es la muestra perfecta de que nunca es tarde para competir por ese objetivo, pues fue abanderado de los Paralímpicos Río de Janeiro 2016 con 51 años en ese momento.

Tampoco lo frenó el perder ambas manos en el terremoto de Cinchona de 2009, cuando tocó un cable de alta tensión con una pieza metálica mientras hacía un arreglo de tendido eléctrico junto con su sobrino, el también ciclista Román Villalobos.

“El ciclismo para mí es de siempre, lástima que las condiciones de aquellas épocas era muy complicadas, uno quiso correr y andar en bicicleta, tenía que andar en bicicletas prestadas y no se me dio el comprar una porque no era para cualquiera, eran muy caras, y lo fui dejando y fui empezando un poco más viejo. Hacía ciclismo de montaña, endurance, máster y fui campeón, y me iba bien, hasta el accidente en que me electrocuté y perdí las manos, pero el gusanillo del ciclismo ha estado de toda la vida”.

La vicisitud le hizo esperar casi todo el 2009 mientras se hacía una adaptación al manubrio, y no fue sino hasta diciembre de ese entonces cuando por fin se pudo volver a subir a una bicicleta de forma competitiva. Desde entonces, tiene varios torneos de copas mundiales, tres procesos paralímpicos de 2012 hasta la actualidad, los Paralímpicos de 2016 y posiblemente los de 2020; además ha ocupado en 2017 las primeras posiciones del ranking de la UCI en su categoría tanto en América como el mundo.

Consultado sobre si consideraba que este era su mejor momento, incluso que cuando era atleta convencional, Solís lo negó. “No es que diga que este es mi mejor momento, pero le he sacado mucho provecho al paraciclismo, vine de menos a más. Al inicio no podía meterme dentro de los diez primeros, fue muy deprimente, hasta que logré una medalla, la primera de paraciclismo en el país, plata en Sudáfrica, me clasifiqué a los Paralímpicos en Brasil, y he ido a muchas Copas Mundo, mundiales, he estado en tres Parapanamericanos; en lo convencional, que es muy diferente, mi mejor momento fue cuando tuve la oportunidad de correr la Vuelta a Costa Rica siendo ya muy veterano”.

Solís agregó que su relación con Raabe es excelente. “Raabe es una persona muy accesible, es excelente, en competencias en el exterior entrenamos juntos, tenemos muy buena comunicación, incluso en vueltas másters de Costa Rica compartimos habitación, lo que pasa es que en competencias mundiales no competimos en la misma categoría porque él compite en C3 y yo corro en C4”.

Este año, las caídas y el llegar a  55 años para el momento de las justas lo han puesto a analizar poner punto final a su carrera olímpica luego de Tokio; sin embargo, supedita eso a sus condiciones en ese momento.

 

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