Deportes Gerentes de Limón FC y UCR

Piden reformar el artículo del reglamento disciplinario que castiga el racismo

Johnny Woodly afirma que es tan culpable el aficionado que insulta, como el que no lo denuncia.

Luego de que sus jugadores fueran víctimas de racismo en estadios de fútbol, los gerentes de Limón FC y el Club de Fútbol de la UCR se pronunciaron en contra del reglamento disciplinario de la competición, porque consideran que debe modificarse y ser más firme.

“La Unión de Clubes de Fútbol de la Primera División (Unafut) debería de ser más contundente y firme en su reglamentación, porque no se justifica, desde ningún punto de vista, en ninguna actividad deportiva, que se exprese racismo”, afirmó Olman Vega, gerente del club UCR.

La molestia del gerente celeste surge a raíz de los actos de insultos racistas que vivieron sus jugadores el domingo 7 de abril, en el partido correspondiente a la jornada 20 del campeonato de Fútbol de Primera División (FPD), luego de ganarle 1-0 a la Asociación Deportiva San Carlos. Al finalizar el partido, una parte de la afición sancarleña comenzó a realizar sonidos alusivos a mono, con el propósito de insultar a Johnny Woodly y Johan Condega, ambos futbolistas del cuadro académico.

La afición aprovechó que Woodly se acercó a la gradería para saludar a una familia que él había invitado a presenciar el juego. Una vez ahí, los insultos se ex- ternaron cuando el delantero tenía en sus brazos a un niño, integrante de dicha familia.

“Cuando el niño se puso a llorar, yo se lo di al papá y me enojé, porque yo siento que no es justo, no es justo que los niños tengan que ver esas cosas, inclusive cuando yo llegué a mi casa, me puse a pensar qué hubiera pasado si mis hijos estu- vieran ahí en ese momento”, comentó Woodly, delantero de la UCR.

Según Woodly, ya ha sido suficien- te en cuanto a los insultos. El delantero asegura que es la primera vez que sufre este tipo de discriminación por raza, y que si él supiera que es una afición complicada, ni siquiera se habría acercado a hablar con la familia en ese momento.

“En temas de racismo hay que ser más firme, en el momento que se hace se debe desalojar toda esa gradería, para que los mismos aficionados le pidan cuentas a esas personas y saquen a los que cometen ese error”, concluyó Vega.

Sin embargo, esta no fue la primera vez que ocurrió dicho acto, ya que el lunes 1 de abril, integrantes de la afición de San Carlos imita- ron sonidos de mono en el estadio Carlos Ugalde Álvarez, en el partido correspondiente a la jornada 19. En esta ocasión, fue en contra de Junior Murillo, jugador de Limón F.C.

Durante los últimos 10 minutos del partido, San Carlos ganaba 5-0 y el árbitro sancionó un penal a favor de los caribeños.

El mediocampista colombiano se posicionó para realizar el cobro de la falta, pero en ese momento recibió los insultos de un sector de la gradería y, junto a sus compañeros, prefirió ir al centro del campo de juego en forma de protesta.

“La gente mezcla el deporte con su resentimiento, ignorancia y piensa que puede llegar al estadio a decir lo que les da la gana, pero es bastante denigrante y doloroso sentir esa reacción que tiene la gente.

Cuando nos topamos con un pequeño grupo de personas ignorantes que tratan de denigrarnos y hacernos sentir menos, lo resen- timos mucho, porque sabemos que la mayor parte del tico no es así”, menciona Dexter Lewis, portero y capitán del equipo limonense.

Lewis segura que normalmen- te escuchan cuando les gritan palabras como: negros, monos y congos, de parte de aficionados a otros equipos en busca de ofenderlos.

Además, recuerda haber vivido episodios similares en estadios en Puntarenas, Pérez Zeledón, San Carlos y Cartago. Ante estas expresiones de racismo provenientes de la gradería, el Tribunal Disciplinario de la Fe- deración Costarricense de Fútbol (Fedefutbol) sancionó al equipo de San Carlos.

El comité se basa en el inciso 2.1 del artículo 45 del reglamento disciplinario de la competición, que castiga todo tipo de actos dis- criminatorios, posee las siguientes consideraciones: “Se podrá exonerar hasta en dos oportunidades de esta sanción al club casa que, sin haber sido sancionado antes por estas infrac- ciones, demuestra que de forma inmediata a los hechos ejerció de forma efectiva las medidas nece- sarias para detener la conducta infractora.

Un club que haya sido exonerado de sanción económica en dos oportunidades será sancionado la tercera vez con la aplicación de la multa económica indicada.”

Este artículo cita que, luego de los apercibimientos, se sancionará con una primera multa de 500 mil colones, misma que será de un millón en una segunda penalización.

Según Reynaldo Parks, gerente de Limón FC, dichas exoneraciones no van de acuerdo a lo que repre- sentan este clase de actos discriminatorios.

“Debe haber sanción al inmueble como tal, que el aficionado, al igual que sabe que si se brinca la malla perjudica a su equipo, que si hace eso sepa que está perjudicando a su equipo como tal”, enfatizó el dirigente.

Vega comparte la sanción que propone Parks y añade que “ante la evidencia de manifestaciones de racismo en un estadio, el comisario tenga la potestad de pedir que se desaloje el inmueble y que se juegue a puerta cerrada, sobre todo del sec- tor en que sucede. Es que no puede ser esto por apercibimientos”.

La reforma al reglamento se puede realizar antes del inicio de cada campeonato. Representantes de los equipos se reúnen en asamblea con la Unafut y realizan la re- comendación de las reformas que se puedan hacer en cada reglamento y estas peticiones se trasladan al Comité Ejecutivo de la Fedefutbol.

Luego, el departamento legal de la federación analiza si son pertinentes los cambios y el Comité Ejecutivo aprueba o rechaza dicha solicitud. Los cambios los pueden proponer tanto los clubes en asamblea, como el Consejo Directivo de Unafut.

“Ya es hora de poner un alto en el camino a esto, no podemos esperar a que pase algo peor. No podemos esperar a que pase algo para reaccionar.

Es tan culpable el que lo dice, como el que no lo denuncia”, afirmó Woodly.

El futbolista considera que es momento de que la gente los identifique y los denuncie con la seguridad, para que no vuelvan a entrar a un estadio.

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