Deportes Red Tica de Mujeres y Deportes homenajea a nadadora soviético-tica por 26 años de carrera en suelo nacional

Olga Diakova: homenaje a una vida en nado artístico

Diakova es actual presidenta y entrenadora de Asociación Orquídea y de Selección de Nado Artístico. Diakova preocupada por escasez de piscinas para nado sincronizado en el país.

En 1994 una excampeona mundial de nado artístico debió migrar desde la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) hasta Costa Rica con su esposo, Artur Mitinian, y su hija de siete años, Violeta, a causa de la guerra que vivían a diario en la actual república de Georgia. Además de la paz, ella quería dedicarse al nado artístico con la niña, tal como lo hacían en su tierra de origen. Su nombre, Olga Stanislavovna Diakova.

26 años después de ese episodio, se consolidó como presidenta y entrenadora en Orquídea y la Selección Nacional de Nado Artístico. La Red Tica de Mujeres y Deportes le hizo un homenaje a mediados de mayo por su carrera en la tierra que la acogió y cuya nacionalidad adoptó junto con su familia.

Además, Violeta también nadó por 23 años para Orquídea y la Selección, y desde 2017 sigue en ambos entes como entrenadora. Pero el legado no murió ahí, cuando tenía 11 años de residencia, Diakova tuvo otra hija, Anna, quien también busca escribir su propia historia en Orquídea y Selección juvenil, con la guía de su madre y su hermana.

UNIVERSIDAD conversó con Diakova sobre este homenaje, sus inicios en el deporte, cuáles son las condiciones que ha afrontado desde entonces y los nuevos desafíos con la pandemia COVID-19.

¿Qué significado reviste ese homenaje hecho por la Red Tica de Mujeres y Deportes por sus 26 años de carrera en Costa Rica?

—Este homenaje me imagino que me lo hacen por los resultados del deporte, por la trayectoria que llevo en el deporte del nado sincronizado. Un grupo de mujeres dentro del deporte decidió nominarme y hacerme este homenaje que agradezco.

¿Cómo comenzó su gusto por el nado sincronizado, incluso cuando estaba en la URSS?

—Yo trabajé, entrené en equipo nacional y llevo una trayectoria de 40 años; de los seis a los 11 años hacía gimnasia artística porque en ese momento el nado sincronizado no era un deporte conocido en Rusia. Cuando ya comenzó a desarrollarse la disciplina, allá estaban buscando talentos y las personas que practicaban natación, ballet o gimnasia artística, como en mi caso, estaban preparadas, y fuimos a probarnos y así fue como quedé en ese momento.

En sus inicios en Costa Rica, ¿cuántas complicaciones tuvo al inicio para poder introducir y empezar a difundir el nado sincronizado en el país?

—Claro, yo tenía amigos que estaban practicando el deporte. Aquí en Costa Rica no me daban una buena perspectiva al inicio porque me decían que el acceso a las piscinas era complicado por las lluvias, ya que en ocho o nueve meses del año llovía, y yo entré en un conflicto de si valía la pena.

No recuerdo el nombre del Director Nacional del Deporte de ese momento, pero me dijo que nos podían prestar las instalaciones de la piscina María del Milagro París en La Sabana y teníamos la libertad de hacer grupos de niñas pequeñas. Al inicio tal vez solo tenía problemas de idioma y que no lograran entenderme bien, pero no hubo ninguna complicación para hacer el deporte.

¿Cómo surgió la asociación Orquídea de nado sincronizado?

—Esta asociación nació en 2003, pero al puro principio había otra que estuvo por diez años, desde 1993 al 2003, que había abierto por un grupo de los papás y luego cerró porque ya todas las atletas estaban trabajando. Decidí que podíamos abrir otra asociación porque necesitaba seguir trabajando; entonces armamos una nueva en 2003, que ya tenía atletas de proyección con nueve años.

¿Cuánto significado le reviste saber que esta asociación pasó a ser un proyecto familiar, donde una de sus hijas también es entrenadora y otra es nadadora activa?

—Mi idea como mamá y entrenadora es, como usted sabe, que tiene que haber un compromiso de tres partes: tener apoyo profesional y académico, el compromiso de las atletas y el de los padres de familia, porque ningún niño llega a la piscina sin apoyo de sus padres. Violeta le dio 23 años al nado sincronizado, junto con María Casasa y otras más de la primera generación de nadadoras sincronizadas de Costa Rica.

Hay algunas que son mamás, otras están casadas pero todavía sin hijos, pero son atletas de mucho compromiso y conmigo siempre estuvieron las que tuvieron apoyo de sus padres. Como madre y entrenadora fue fácil tener a mis hijas conmigo porque ellas no tenían mucha opción. Igual Violeta nació en Rusia, entonces iba a los entrenamientos conmigo en 1988 cuando yo aún estudiaba en la universidad y también en 1989 cuando empecé como entrenadora. Anna nació aquí en 2005 y viene a entrenar casi que desde que nació.

Con la cancelación de todas las Series Mundiales de este año por el COVID-19, ¿cómo han sido los entrenamientos desde que es posible volver a las piscinas?

—A este momento solo han vuelto la mitad de las integrantes y esperamos que ellas salgan de clases. El horario que tenemos en Hatillo es de 1 a 3 p.m. y no todas pueden. Desde que empezó el COVID-19 empezamos a hacer entrenamientos en seco por Zoom que cada profesora de ballet y gimnasia supervisaba en casa; supervisábamos los entrenamientos y guiamos a las chicas. No teníamos entrenamientos en piscina. Es lógico que las competencias están canceladas y sabemos que hay otros países en problemas. Claro, van a salir afectadas las atletas en categorías élite porque están perdiendo su año de fortaleza, pero sabemos que se mantienen activas.

¿Cuán difícil es contar con las piscinas idóneas para el nado artístico?

—Muy difícil, porque la profundidad de la piscina es sumamente importante. Tiene que tener más de dos metros de profundidad, y la única es la piscina de Hatillo. Otras piscinas de propiedades privadas tienen profundidades de 1,60 o 1,65 m. Imagínese que hay atletas que miden eso, cuando hacen apneas o movimientos de cabeza pueden sufrir lesiones o golpearse la cabeza.

En natación se puede nadar hasta a profundidades de 50 cm, pero nado sincronizado y polo acuático son diferentes y requieren piscinas hondas. Clavados ni hablar. Existen cuatro piscinas con profundidad para practicar: la UNA, que es cerrada, no podemos entrar porque ellos están con sus proyectos de práctica deportiva; La Sabana, también está cerrada; Plaza González Víquez, que siempre está llena, le quieren quitar la parte honda, y no hay posibilidad de sacar un horario, y Hatillo, única en que podemos practicar, solo dos horas, eso limita el crecimiento, limita entrar a Juegos Deportivos Nacionales y limita la posibilidad de ser competitivas en torneos internacionales y mundiales.

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