Deportes Costarricense fue la primera rallista en correr en Arabia Saudí

María Luisa Fabres conquista el desierto árabe y concluye en top 16 de rally

En el rally femenino concluyó en el 16° lugar de 38 posibles.

La automovilista costarricense María Luisa Fabres Rojas es una institución en el rally, y desde que a sus 18 años participó por primera vez en 1998 como aficionada en uno de circuito, fue un amor a primera vista que ya está próximo a sus 25 años y contando.

En todo este lapso, acumula múltiples campeonatos nacionales e internacionales como piloto o copiloto, y su experiencia más reciente fue competir en el reino de Arabia Saudí por la segunda edición del rally Jameel, exclusivo para mujeres. En dicha competencia hay un trasfondo histórico y cultural importante pese a su novedad, pues fue inaugurada en 2022 para conmemorar el Día Internacional de la Mujer y la eliminación en 2018 de la prohibición contra las mujeres del reino para conducir automotores. Este era el último país del mundo con esta restricción.

“A nivel general quedamos de 16, pero lo que me gusta es que fuimos mejorando un montón y logramos el último día estar en el top 5 con personas de muchísima experiencia en desierto y rallys”. (María Luisa Fabres)

En este rally, la nacida en La Uruca hace 42 años y gerente de un centro de servicios de mantenimiento vehicular fungió como copiloto junto con la australiana-saudí Lya Lama Laurance sobre un Toyota Fortuner, y el dúo alcanzó una satisfactoria 16° posición general entre 38 tándems con un total de 4.054,061 puntos, 216,286 menos que las ganadoras Ewelina Chlebowska de Polonia y Hanna Riehle de Alemania, montadas en un Toyota FJ Cruiser.

UNIVERSIDAD conversó con Fabres sobre su experiencia como pionera en territorio saudí.

¿Qué representa para usted haber sido la primera rallista costarricense en competir en Arabia Saudita?

—Una alegría, un orgullo, empecé a correr rallys hace 25 años en Costa Rica y haber sido tomada en cuenta por Automóvil Club para un evento fuera me llena de mucho orgullo, porque después de todos estos años logré hacer una competencia internacional. Es como uno de estos sueños que uno se imagina cuando empieza a correr rallys o hacer algún deporte, que uno empieza a ver competencias afuera, gente que sale, y uno lo ve como muy lejano y de repente se me hizo realidad (risas), muy bonito.

¿Y qué representa haber alcanzado el 16° lugar justo en su debut junto con la copiloto con que corrió?

—Pues en realidad bien contenta porque es un rally con muchísima navegación en desierto y no conocía el dispositivo, ni mucho menos me ubicaba en el desierto, fue más complicado de lo que parece y ya estando allá uno ve esas planicies y no sabe para dónde es arriba ni para dónde es abajo. El primer día estaba aprendiendo y conociendo una chica nueva, fue ir haciendo una tripulación en un día, y ya al tercer día fuimos subiendo puestos. Ese día quedamos duodécimo lugar, y en el cuarto día quedamos de quinto lugar, y a nivel general quedamos de 16, pero lo que me gusta es que fuimos mejorando un montón y logramos el último día estar en el top 5 con personas de muchísima experiencia en desierto y rallys, estaba Annie Seel (piloto sueca) campeona de Rally Dakar y en Rally Mundial; y haber competido con personas de ese nivel, la verdad que fue un logro haber quedado en esas posiciones.

¿Cómo fue el entendimiento con su compañera de tripulación y con el cuerpo de mecánicos y mecánicas de la zona, más los que pudieron haber llevado?

—Vieras que la piloto es de nacionalidad australiana porque el papá es australiano, y por temas del país a ella no le dan la nacionalidad árabe saudita, pero nació y vive en Arabia Saudí. Eso nos ayudó un poco porque conocía el terreno y manejaba en desierto, como tripulación nos conocimos en el aeropuerto de Al-Ula, la primera ciudad en donde corrimos, el día antes de empezar. Entonces, fue salir del aeropuerto a conversar cómo era el rally, cómo nos íbamos a  comunicar; ella habla inglés y yo siempre había hecho rallys en español, entonces, aunque nos comunicamos en inglés para mí fue completamente nuevo en la competencia. Eso le puso otro grado de dificultad, porque el rally era en inglés y árabe, pero ella entendía las indicaciones en árabe y las traducía al inglés. Eso le puso emoción, fue un reto un poquito mayor. No tiene tanta  experiencia, pero nos entendimos muy bien, ella es súper agradable y súper apasionada con este rally, y la verdad que estaba muy contenta de haber logrado el objetivo.

¿Cómo fue el trabajo que hicieron para mantener el carro a punto al momento de la competencia y para solventar los inconvenientes que se dieran en carretera?

—Nosotras íbamos invitadas por la asociación patrocinada por la organización, entonces, el carro nos lo dieron ellos, se encargaban de ajustarlo, prepararlo, pero la preparación era muy básica. Antes de cada etapa, cuando llegábamos, nosotros pasábamos midiendo niveles de líquido, la presión de las llantas… Como es desierto y había zonas con muchas piedras llevábamos un inflador eléctrico que se conecta en el alternador del carro y pasábamos subiendo y bajando presiones. Ese trabajo lo teníamos que hacer nosotros una vez que ya salíamos de la etapa, nadie más podía tocar el carro. El primer día nos estallamos y tuvimos que cambiar las llantas en media ruta, eso nos hizo un atraso fuerte y nos tiró un poco abajo en la general, pero el carro nos lo dieron bien preparado, con bastantes herramientas y equipo para poder jugárnosla, no nos quedamos pegadas en la arena, nos dieron palas y tablas que se ponen en las llantas para salir cuando uno está pegado. La idea es que entrás en una etapa en el desierto que puede ser de 80 a 120 kilómetros, y tenés que manejarte sola en el desierto sin ninguna asistencia. Si alguien la necesita hay un botón de auxilio en el dispositivo, pero ya quedás fuera de la etapa. La idea es no requerirla, a menos que sea la última medida. También había un botón de emergencia; ellos se preocupan mucho por la seguridad, había muchísimas ambulancias, policías, pero por dicha no hubo necesidad de eso.

¿Cómo percibió el apoyo de la comunidad rallista?

—Uf, vieras qué apoyo más grande recibí de todo el mundo, de empleados del rally, competidores, la misma organización, Automóvil Club, Fecom (Federación Costarricense de Motores), me prestaron uniformes, un casco para que llevara además del mío, estaban en constante comunicación conmigo. Obviamente hay una diferencia de nueve horas, entonces cuando me despertaba la gente de Costa Rica se estaba yendo a dormir, me preguntaban cómo iba y me deseaban mucha suerte y cuando volvía a hablar con ellos, se estaban despertando y yo iba a dormir. Pero me sentí muy acompañada toda esa semana de viaje, desde el avión, el carro, en el rally, yo les mandaba fotos y vídeos y se emocionaban. Yo he visto que cuando una persona de motores sale a competir y representar al país en un deporte que aquí está apenas creciendo, desarrollándose, es un orgullo para todos, y entre todos la apoyamos. Cuando he ido a correr una fecha de rally mundial todo el mundo se pone la camiseta del equipo y a apoyar desde acá.

¿Qué representa haber ido por primera vez a un país con poco tiempo de permitir la conducción de mujeres?

—Es un choque cultural fuerte. Sí están dando muchos pasos para empoderar a las mujeres, todas las mujeres de Arabia Saudita que estaban compitiendo pudieron salir a manejar a las calles apenas hace cuatro o cinco años, entonces, para ellas era un gran paso. Pero a la vez uno ve una gran diferencia cultural; fuimos a un restaurante de pollo frito y había seis cajas para hombres, una división y una sola caja para mujeres, y no podíamos pedir en las cajas para hombres. En los hoteles, la piscina, el spa y todo eso era solo para hombres y nosotras teníamos prohibido entrar. Sigue siendo un choque ir a un país donde no te dejan entrar a ciertos lugares, estás muy limitada para pedir comida o se te quedan viendo feo aunque a las turistas nos dejan ir sin la cabeza tapada. Uno tiene que acomodarse a la cultura donde va, pero ellos también están haciendo pasos fuertes hacia los derechos de las mujeres. El ingreso de turistas  en estos países es muy nuevo, también para ellos es un choque estar viendo tantas turistas, pero es parte de la globalización.

Desde sus inicios en el rally hasta el presente, ¿en cuáles aspectos considera que ha progresado y en cuáles le falta por mejorar?

—Cuando yo empecé rallys, he pasado por varias dificultades. Aquí los rallys de hace 20 años no son como los de ahora: corríamos en jeans, tenis, camiseta, apenas con casco y roll cage en el carro y eso era lo único de seguridad. Pero el mismo deporte ha ido mejorando y siento que yo he estado en ese proceso de mejora. Uno de los principales aspectos que hay que trabajar es la comunicación con el equipo y eso solo se mejora corriendo con una misma tripulación a lo largo de los años. Llevo dos años corriendo con Elder (Elizondo, por campeonato nacional), y es como iniciar de cero otra vez como equipo, pero con mucha más experiencia, sabiendo cómo captar rutas en una curva, en etapas de velocidad. Entonces, después de 25 años, hemos logrado avanzar más rápido, pero me queda muchísimo por aprender, y lo que vi ahorita es manejo en otros terrenos, manejar en arena fue algo completamente nuevo. Tenemos algunas calles de lastre, pero sería bueno arriesgarnos más en ciertos terrenos complicados.

¿Cuáles son sus próximas competencias nacionales e internacionales y cómo se prepara?

—Ahorita estoy en el Campeonato Nacional de Rally. Son cinco fechas a lo largo del año, perdí la primera porque chocó con el viaje a Arabia, pero ningún campeonato se acaba hasta que se acaba y vamos con todo en las próximas cuatro. A nivel internacional lo que me encantaría en algún momento es el campeonato mundial de rally, que este año es en México. En algún momento fueron varias tripulaciones de Costa Rica y sería interesante volver a posicionarlas.  Por ahora he estado en conversaciones con Vanessa (Benavides, voluntaria del FIA

Women), Automóvil Club, pilotos y copilotos de otros países y con cada persona que pueda.

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