A cinco días de haber alcanzado un título mundial histórico en el fútbol femenino, la situación en la Real Federación Española de Fútbol está al rojo vivo.
Aunque ayer se informaba en medios de que su presidente, Luis Rubiales, iba a dejar el cargo debido al beso no consensuado con la jugadora Jennifer Hermoso tras la premiación en el Mundial Australia y Nueva Zelanda 2023, al final él mismo hizo todo lo opuesto en la Asamblea de dicha federación.
Allí fundamentó su acción en que fue algo consensuado y cuando él mismo preguntó si creían que era algo tan grave como para renunciar, se respondió repitiendo cinco veces seguidas la frase “¡No voy a dimitir!”, cada una de ellas con más fuerza que la anterior. Además, defendió su gestión como la mejor del fútbol español, se puso como víctima de un intento de asesinato social por parte de un “falso feminismo que busca ponerse la medalla y hacer pensar que vamos avanzando pero no le importan las personas” y anunció que se defendería en los tribunales.
Por lo único que sí se disculpó fue por haberse llevado su mano derecha a sus genitales en medio de la celebración, y lo atribuyó a un momento de euforia.
Pero estas declaraciones trajeron la indignación de varias de las jugadoras, quienes se pusieron del lado de su compañera.
Incluso una de las jugadoras que aún no ha depuesto su renuncia a la selección en las condiciones actuales, como Patricia Guijarro, se sumó al respaldo, e incluso criticó que solo hasta ahora se les está dando la razón. “Lamentable llegar a este punto para creer que las quejas de hace meses eran reales”, escribió.
Hasta la venezolana Deyna Castellanos se sumó al apoyo a Hermoso.
Además, un futbolista masculino, Borja Iglesias, decidió no volver a la selección española mientras Rubiales siga, y el exportero campeón mundial en 2010, Iker Casillas, se sumó a los reproches contra el dirigente y el respaldo a la futbolista. Y otros clubes de varias divisiones españolas, y la aerolínea Iberia, enviaron su comunicado condenando los hechos de Rubiales.
Sobre esto, las únicas referencias de Hermoso fueron la transmisión en vivo desde el camerino en el que expresó que no le ha gustado, luego un comunicado en el que dejaba la defensa al sindicato de Fútbol Profesional (Futpro), y ahora otro conjunto con Futpro, en el que niega haber cargado a Rubiales o consentido el beso, tal como él afirmó en la Asamblea donde se aferró al cargo. “Quiero aclarar que tal y como se vio en las imágenes en ningún momento consentí el beso que me propinó, y por supuesto en ningún caso busqué alzar al presidente. No tolero que se ponga en duda mi palabra y mucho menos que se inventen palabras que no he dicho”, escribió.
Este último comunicado cierra con la firma de todas las que fueron al mundial, y otras 58 más entre las que se cuentan las que renunciaron, para un total de 81 futbolistas, dejando claro que se niegan a volver a la selección durante la gestión de Rubiales y la actual junta directiva.
Asimismo ella sacó casi al mismo tiempo uno adicional en solitario reafirmando todo lo que escribió. Allí catalogó el acto como “una agresión machista, fuera de lugar, impulsiva y sin ningún tipo de consentimiento de mi parte”, y desmintió la supuesta conversación que Rubiales manifestó que tuvieron antes de la acción. Además, denunció presiones para hacerla dar un testimonio que redujera la responsabilidad del presidente y lejano de lo que ella realmente sentía, y lo atribuyó a una cultura manipuladora con la que han tenido que lidiar por años; pero que no se había pronunciado antes para no restarle mérito al triunfo deportivo alcanzado por ella y sus compañeras.
