Un abrazo para la gran bohemia, rebelde, Chavela Vargas

Es sin duda un momento intenso cuando allá, en el mar, proceden a devolver junto con pétalos las cenizas de Chavela Vargas al mar Caribe. Unas 50 personas sienten que la brisa marina eriza su piel, mientras miran el acto desde la playa de Punta Uva.

Es sábado 6 de agosto, cuando se lleva a cabo el gesto simbólico arropado en la idea de una ceremonia, pero sin autoridades políticas ni religiosas, como le hubiese gustado a la gran irreverente. Casi todas las personas, en su mayoría mujeres, visten de blanco. De hecho, la idea fue que en el propio acto las cenizas fueran arrojadas al mar por mujeres de diferentes etnias.

Es que, un 5 de agosto de 2012, Chavela Vargas dejó este mundo y hasta ahora se le conmemora, pero no se trata del “último adiós”, no se trata de “ver la muerte como la muerte, sino la vida después de la muerte y cómo conectar con la procedencia”, expresó minutos antes del acto la cantautora Flora Martínez, quien compuso una pieza especial para la ocasión, “Eternidad”, que interpretó allí mismo, en la playa, mientras dos mujeres procedieron en una embarcación provista por la Asociación de Pescadores Artesanales del Caribe Sur a entregar las cenizas al mar.

Todo el acto contó con la bendición de Yisela Ávila, sobrina de Vargas, quien por motivos de salud no pudo estar presente, pero envió un mensaje de audio en el que celebró que “después de una larga espera, prácticamente de una década, por fin mi sueño se hizo realidad, las cenizas de mi tía se lograron esparcir en el mar Caribe Sur, que alegría, ya ella descansa en paz y es libre como el viento”.

Tras agradecer “infinitamente” a quienes participaron de la organización del evento por haber trabajado “incansablemente” para que el homenaje se pudiera llevar a cabo con éxito, añadió que “no me queda más que decirle a Chavela Vargas que algún día la encontraré en otra dimensión para seguir la fiesta. Hasta pronto tía querida, recibe todo mi amor”.

Bohemia indomable

“Bohemios no somos, nacimos así. Yo no soy bohemia, yo nací con esa sed de luna, sed de noche, sed de sueños”. Palabras de la propia Vargas que retratan muy bien su modo de vivir y que forman parte de una entrevista que le realizó la filóloga Sonia Jones, publicada bajo el título de Vuelo Supremo por Audiovisuales UNED.

Precisamente, la académica de larga trayectoria en la Universidad Estatal a Distancia (UNED) y en la UCR ofreció una semblanza de Chavela durante la primera parte del homenaje, realizada el viernes 5 en el bar restaurante Soca, en Puerto Viejo.

Vargas nació en San Joaquín de Flores, en 1919. A los 17 años de edad dejó el país y migró a México. El resto es historia, una historia donde entran figuras como José Alfredo Jiménez o Pedro Almodóvar, pero también marcada por una relación de amor-odio entre Chavela y esta Costa Rica que la juzgó desde el machismo, la lesbofobia y el más barato patrioterismo.

“Chavela voló a México por un llamado atávico, que la volvió más costarricense que nunca, porque esta hermosa nación es la Patria del exiliado tico: Francisco Zúñiga, Eunice Odio, Yolanda Oreamuno, Carmen Lyra. México, como chamán de acogida, declara el acta de nacimiento de esas criaturas abortadas por nuestra idiosincrasia y que en esa generosa tierra se consolidan como artistas imposibles de olvidar”, recordó Jones en su semblanza.

Posteriormente, la académica concedió una entrevista en la que se refirió a la áspera relación entre Costa Rica y Chavela, y consideró que el país “ha pasado ya por mucha discursividad relacionada con el respeto a la diferencia”, pero apuntó que “no estoy tan segura si yo, a esta edad de 74 años, saliera con una guitarra a darle serenata a una vecina porque estoy enamorada de ella, si ese barrio no me lapida ahí mismo”.

Dijo que artistas como Chavela, Odio, Oreamuno, Zúñiga o Carmen Lyra “se les ve como seres humanos especiales, que manejan un gen de rebeldía, que les cuesta la vida, les cuesta sufrimiento, no cejan en sus planes, ni en sus proyectos, y prefieren morirse a no cumplir con sus sueños”.

“Hay seres especiales en toda cultura que tuvieron esa luz, pero a la vez ese pecado, es como un pecado original que los expulsa del paraíso. Costa Rica es extraña, en los movimientos de generaciones, llega una que rescata y ellos nos perdonan, todos nos han perdonado”, meditó.

Respecto al arte de Chavela, Jones recordó que “ella dramatizaba, esa cuestión del cuerpo hablando a través del sufrimiento fue lo que la hizo universal”.

“Mi vida —dijo la propia Chavela— es muy poca la gente que la entiende, que puede comprender que soy el ser más rico del mundo. No tengo dinero porque no se puede tener dinero y ser artista, es mentira”.

En el Caribe Sur

La actividad del viernes 5 consistió en una ceremonia tradicional mexicana, en la que las personas participantes fueron, por así decir, bañadas en un sahumerio y posteriormente depositaron piedras semipreciosas en una cápsula del tiempo.

Poco antes, Paul Chaverri, uno de los principales gestores de todo el evento, expresó que “honrar a Chavela es honrar a la mujer costarricense, honrar a la lucha, la libertad, honrar el romper con los  prejuicios”.

Chaverri destacó a la cantautora como una mujer “multifacética, una persona que para quienes la conocimos en San Joaquín de Flores era sencilla, caminaba con sus perros, le daba de comer a los animalitos en la calle, pero la comunidad la veía con malos ojos; por eso, ella viaja a México y a España, donde Pedro Almodóvar le da ese empuje tan enorme y ahora es una figura querida en muchas partes del mundo, en Argentina sobre todo”.

Destacó de esa manera la importancia de reivindicar a Chavela Vargas, “ver sus logros, sus títulos, sus memorias”, sobre todo, según dijo para su sobrina Yisela Ávila, “quien ha llevado la cruz de los prejuicios contra Chavela”.

El activista cultural observó que “esto no lo logramos hacer en San Joaquín de Flores, ni en San José, esto fue aquí con la Asociación de Pescadores Artesanales del Caribe Sur que se logró, con esta gente de este lindo lugar”.

José Ugalde, presidente de esa Asociación, dijo que se decidió acoger a Chavela “por lo que representa, una artista que nunca fue reconocida a nivel de país, no se le ha dado los méritos que realmente se merece, igual que nuestra cultura del Caribe costarricense, nunca se nos ha dado los méritos ni lo que representamos para beneficio de la comunidad”.

“Hoy se nos invisibiliza mucho, igual que a Chavela, se invisibilizó su trabajo y trayectoria, una persona que tiene grandes méritos y que inclusive se debería declarar benemérita de la patria por todos los logros que alcanzó”.

Todo el evento también contó con el apoyo de la Asociación de Desarrollo de Puerto Viejo  y de la Cámara de Turismo del Caribe Sur.

Tesoros

En el contexto de la celebración, Chaverri organizó la exposición de una rica muestra de objetos que fueron propiedad de Chavela Vargas y que hoy alcanzan una connotación particular.

Guitarras, ponchos, pañuelos, reconocimientos recibidos, fotografías inéditas, incluso grabaciones constituyen una colección hoy atesorada por su sobrina.

Chaverri explicó que todo ello “ha sobrevivido de formas muy trágicas, en algún momento doña Yisela confió en una tercera persona, quien no le devolvió las pertenencias. Ha sido muy poco lo que se ha recuperado y dentro de ello tenemos cosas muy valiosas, pero algunas venían bastante dañadas, porque hay personas que no cuidan”.

Como ejemplo de ello citó un reconocimiento emitido por el rey de España, muchos de cuyos detalles se han perdido a causa de la humedad. Dijo que de 12 álbumes de fotos, 4 están en mal estado, “aún así hay bastante fotografías que nos indican cómo era la trayectoria de Chavela y lo querida que fue en otras partes del mundo”.

Romperse el alma

“El que está estacionado no crea nunca, hay que romperse el alma para poder crear”, dijo la propia Chavela Vargas, la misma que como un machete declaró que “mi arte es muy puro, no hago concesiones”.

Es, entonces, sábado. La brisa que corre sobre el mar Caribe esparce las cenizas de Chavela Vargas y luego alcanza a las personas que a la distancia participan de la ceremonia.

Entre ellas también está presente la diputada liberacionista Carolina Delgado, quien expresa que Chavela Vargas “fue una mujer adelantada a su época y nosotras como mujeres reconocemos a quienes abren los espacios y caminos”.

Observa que “la sociedad ha cambiado y mucho de lo que en algún momento se le señaló y por lo cual se dieron muchas cosas hoy ya lo hemos superado. Hay que reconocer no solamente su valor como mujer y su valor de ser diferente, sino toda su esencia cultural y musical, es importante para Costa Rica”.

Sin embargo, la propia Delgado baja el tono de su optimismo al mencionar que recientemente visitó el Concejo Municipal de Flores (precisamente) para hablar de la violencia política contra las mujeres y explicar que “eso todavía se da y la gente todavía cree que muchas cosas en el tema de machismo, inequidad o discriminación no se dan, pero sí se dan, aunque nos hemos comprado el discurso que tenemos que superarnos, que tenemos que ser más transparentes en los cambios que se dan en la sociedad, todavía estamos en ese proceso de interiorizarlos”.

En la playa también participa del acto la catedrática jubilada de la Universidad Nacional (UNA) Grace Prada, autora de tres textos feministas, Mujeres Forjadoras del Pensamiento Costarricense, Las Tres Filósofas Costarricenses y La Feminización de la Palabra.

Prada, sin quitar la vista de la embarcación no duda en aseverar que para ella la canción imprescindible de Vargas es “La Llorona”, sin duda una de las más conocidas.

“Chavela fue una transgresora en época muy difícil”, comentó, “era muy normal que intelectuales y artistas que rompían los cánones culturales y sociales se fueran a vivir a México, que los recibía con gran apoyo”.

Por eso ella acuñó la frase “los mexicanos nacemos donde nos da la gana” y “le dio la gana nacer en Costa Rica, en un pueblo bastante conservador de Heredia, San Joaquín de Flores, entonces, ella difícilmente pudo haber desarrollado su trabajo cultural y artístico aquí”.

“México la acogió y le dio todo lo que este país no le dio, porque este país es de mezquinos, ya lo decía bien Yolanda Oreamuno, hay que migrar de aquí para poder hacer algo”, expresó la autora.

Sin embargo, Sonia Jones observó como un “acto coherente” que Chavela “no condenó al país” y recordó una frase de la cantautora: “los pobres de espíritu no se meten con los mediocres, atacan a los universales”.

“En todo grupo humano, en toda cultura, existen esos pobres de espíritu y ese fue el grupo contra el que ella lanzó todas sus baterías”, puntualizó la académica.

“Además —recordó Jones— estaba tan segura de quién era ella y de ese valor de decirte a la cara y no negar lo que era. Es una forma de ser que choca mucho con nuestra idiosincrasia, nuestra manera delicada”.

De ahí que Chavela “a ese grupo de pobres de espíritu, como los llamó, les mostró su pequeñez. No fue a todo el país”. Pero el precio de esa sinceridad “es la muerte y más bien este hecho de que diez años después estemos celebrando su muerte, me da esperanza, aunque ella decía a mí qué me importa, si hablan bien, si hablan mal, la cosa es que hablen”.