Cultura

Tres días para celebrar a las mujeres en la música

El III  Simposio Internacional de Mujeres en la Música desafía a la pandemia y al patriarcado.

Reclamar las historias de la música y el arte, y con ello visibilizar lo que ha sido soslayado: el aporte de las mujeres a la composición e interpretación musical y a la propia historia.

Desde 2017, se inició con esa idea la aventura del Simposio Internacional de Mujeres en la Música, porque “somos nosotras las que hemos estado creando los espacios para poder intercambiar, compartir, apoyarnos, tener voces y tener quién nos escuche. Donde no hay espacio o se restringe, hay que hacerlo. En realidad por eso fue que empecé con el proyecto, no había dónde”.

Con esa concisión, explicó la fuerza detrás de la organización del Simposio la flautista, musicóloga y docente de la Escuela de Artes Musicales (EAM) de la UCR, Tania Camacho, quien se echó al hombro la iniciativa desde un inicio, siempre con el apoyo de un valioso pero cambiante grupo de cómplices.

El III Simposio Internacional Mujeres en la Música: Tejiendo redes de sororidad se llevará a cabo por videoconferencias entre el 29 de julio y el 1 de agosto, a pesar del coronavirus y el confinamiento, porque una malhadada pandemia no intimida cuando se lleva dos mil años dándole guerra al patriarcado.

Ya se cuenta con más de 40 actividades programadas, entre los llamados conciertos feministas, presentaciones de libros o discos, ponencias, conferencias y conversatorios.

Por ejemplo, la marimbera colombiana, María del Rocío Medina, ofrecerá un concierto feminista, como también lo harán la costarricense AnónimA, el grupo argentino Mujerío, las puertorriqueñas de Plena Combativa (llegarán con disco recién estrenado el 24 de julio) o la cantautora nicaragüense Ceshia Ubau.

La organizadora detalló que los conciertos más académicos se pensaron este año como de solistas, debido a las limitaciones técnicas impuestas por la distancia.

Se ofrecerá también siete ponencias de musicólogas nacionales y extranjeras, como Tocar, bailar y cantar: materiales y recursos para la producción y enseñanza de las músicas populares desde el feminismo decolonial, de la colombiana Anyul Arévalo Acosta.

“Desde la musicología -apuntó Camacho- se empieza a reclamar las historias de las mujeres desde hace tiempos, un trabajo prácticamente detectivesco para recuperar manuscritos, biografías, sonidos, que primordialmente lo hemos hecho las mujeres, porque no ha sido prioridad de la academia ni en otros espacios”.

Añadió que “aunque es paradójico” dentro de círculos académicos aún sobrevive la práctica de “invisibilizar el trabajo de las compañeras de todas las formas posibles. Ese tipo de cosas antes se normalizaba y, en este tipo de espacios, procuramos hacer la reflexión de que esas prácticas normalizadoras no nos convienen a nadie. No podemos seguir con prácticas desiguales y promoviendo la inequidad en todos los espacios”.

Por otra parte, destacó la participación de las dos invitadas: la conocida cantautora costarricense Guadalupe Urbina, quien ofrecerá un concierto y conferencia, y la musicóloga y celista Iracema de Andrade. Esta brasileña, radicada en México, se dedica a la música electroacústica y además hace investigación sobre compositoras.  Ella presentará una ponencia sobre la compositora y pianista mexicana, Alicia Urreta (1930-1986), y “su trabajo pionero con los medios electroacústicos y la interdisciplina”.

También se proyectará su obra Umbrales (2018) para cello eléctrico, electroacústica y video.

Al cierre de la edición del periódico, las organizadoras todavía ajustaban la agenda del simposio, pero la información para acceder a las actividades estará disponible en la página de Facebook del evento (Facebook.com/simposiomujeresenlamusicaucr).

Investigar y compartir

Camacho relató que la idea del Simposio arrancó con un conversatorio en 2016, cuando contó con el apoyo del entonces director de la EAM, Manuel Matarrita, para el que se invitó a un grupo de mujeres en la música fuera de la academia, bajo el título Con voz de mujer.

En 2017 ya se hizo la propuesta de un encuentro grande, “hacer la convocatoria y ver qué pasaba. Armé todo el aparato del simposio y se lo propuse a Matarrita y a otra compañera que había estado intentando cambios curriculares en sus cursos. Pensé que si recibíamos material para llenar una tarde sería un éxito, pero recibimos más de 100 propuestas y así ha sido en los encuentros siguientes”.

Ese primer Simposio se tituló Pensando y haciendo la música, e incluyó ponencias de musicología y teóricas, recitales compartidos, conversatorios y proyección de audiovisuales. La invitada principal fue Alicia Tercián, compositora, conductora de orquesta y musicóloga armenia-argentina.

El II Simposio Internacional en 2018 se realizó bajo el nombre Transformando historias, “como concepto feminista; es decir, es a partir del cambio de narrativas que empezamos a transformarnos nosotras mismas”. En esa ocasión la invitada internacional fue la musicóloga feminista española, Laura Viñuela Suárez.

Ese año se tomó decisión de dejar de hacer el simposio internacional cada año, porque es muy pesado de organizar. Por ello, el año pasado se realizó un primer encuentro local en la forma de un coloquio de un día que coincidió con el 8 de marzo, titulado Voces contra el machismo en la música y la academia.

La cantante, Amanda Quesada, forma parte del comité organizador del Simposio y de hecho, en la edición de 2018, presentó un recital-conferencia sobre las canciones de cuna de la compositora y educadora costarricense Brunhilda de Portilla, quien por cierto acudió al evento.

Ella ponderó que “realmente la música está muy masculinizada todavía en diferentes áreas”. Detalló que, en el campo de la composición, existieron muchas mujeres compositoras en siglos pasados, quienes “o utilizaron un seudónimo de hombre para que las tomaran en cuenta o fueron invisibilizadas, también en puestos de liderazgo como directoras de orquestas, que me interesa rescatar”.

Añadió que, incluso hoy en día, las instrumentistas también son cuestionadas muchas veces si cometen el atrevimiento de dedicarse a la ejecución de algún tipo de instrumento que tradicionalmente se relaciona con la masculinidad.

“Soy mujer y soy música, trabajo en la música, siempre he querido por medio de este tipo de proyectos visibilizar el trabajo de las mujeres en la música, que muchas veces es opacado por el patriarcado y el machismo. Siempre he sido muy sensible y hago mucha investigación, me encanta compartir con todas esa mujeres que se dedican ya sea a la investigación, a la docencia, a mostrar su trabajo”, expresó.

Suscríbase al boletín

Ir al contenido