Sinfónica estrena obra de Marvin Camacho para celebrar a García Lorca

¿Qué tal que Federico García Lorca, con toda la sensibilidad y fuerza de su poesía y su dramaturgia, se brincara tiempo y espacio y se dejara venir a Costa Rica? ¿Qué tal si hacía lluvia con su “Romance sonámbulo” y el público sediento se acuerda de aquel “verde que te quiero verde”?

Por ahí es que salta la premisa de la “Suite de la Verde Vida para viola y Orquesta: Una visita imaginada de F.G. Lorca a Costa Rica”, una nueva pieza del compositor Marvin Camacho, que será estrenada por la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) en su primer concierto de temporada 2024.

Ese concierto se realizará el 8 y 10 de marzo y se trata además de la II Temporada Española de Conciertos del Centro Cultural de España (CCE), instancia que encargó la pieza a Camacho.

“Básicamente, yo he tenido siempre admiración desde muy joven, cuando era estudiante del Castella, por la obra de García Lorca”, confesó el compositor, recién laureado con el Premio Nacional de Composición Musical.

Camacho recordó que hace años ya de hecho había escrito un pieza para piano en homenaje a García Lorca, pero “esto es un gran homenaje orquestal” y destacó además la participación del director invitado, el español Andrés Salado, así como de la solista, la violista también española Sara Ferrández, cuya participación además constituye un guiño a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, precisamente el 8 de marzo.

La Verde Vida

Camacho detalló que la obra se divide en cuatro movimientos. El primero de ellos se titula, precisamente, “Visita imaginada de Federico García Lorca a Costa Rica” y se basa en el “Romance Sonámbulo” que aparece en el imperdible e inolvidable Romancero Gitano.

El segundo movimiento se denomina “Ritual Chamánico”. Camacho explicó que “lo que hago es hablar de esa parte nuestra, esa parte del encuentro con los pueblos originarios”; pero lo hace a partir del propio García Lorca, “con la sensibilidad que él tuvo hacia los pueblos gitanos y la cultura del cante jondo”, esa particular forma de canto flamenco.

Recordó que junto al compositor Manuel de Falla y “otros grandes académicos fundó el Festival de Cante Jondo, hace ya más de cien años”. Por ello se planteó “cómo él también puede identificarse o se identifica en mi propio imaginario con el ritual nuestro, con lo chamánico, con lo originario así como es originario el cante jondo y lo de los pueblos gitanos, el flamenco”.

“Introspección” es el tercer movimiento, que busca “volver a ver hacia adentro, revisarse, analizarse y es un poco analizándonos en torno a la obra de García Lorca, el aporte de su obra  dramática, su obra poética”, para así generar “una gran reflexión en torno a su obra, su vida”.

En ese punto, el compositor recordó que el poeta fue asesinado por las huestes franquistas en las primeras semanas de la Guerra Civil Española, en 1936.

“Ahí también queda una gran pregunta: ¿qué más pudo haber pasado con García Lorca si no hubiera sido asesinado en el 36?”, lamentó.

Finalmente, el cuarto movimiento se titula “Federico alma gitana”, en el cual “vuelvo a hacer alusión otra vez a esa relación tan fuerte que él tenía en Granada con estos pueblos gitanos, con esa cultura del cante jondo, del flamenco”. Esa alusión apunta, según detalló, a elementos melódicos y rítmicos de la música flamenca.

De manera que cada uno de los cuatro movimientos busca un encuentro con Federico García; los dos primeros “lo relacionan con Costa Rica, según mi propio imaginario”, el tercero “es una introspección, una reflexión” y el cuarto, “si se quiere, muy, muy, muy ligado al cante jondo y al flamenco”.

Desde España

Andrés Salado es considerado uno de los más sobresalientes conductores de orquesta españoles de su generación. De acuerdo con su biografía oficial, inició su formación en el piano, violín y flauta barroca, pero se especializó en percusión en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.

Luego de hacer carrera en orquestas como la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid, Joven Orquesta Nacional de España o la Orquesta de la Comunidad de Madrid, entre otras, comenzó sus estudios de dirección orquestal.

Ha dirigido algunas de las principales orquestas de su país, como la Orquesta Nacional de España, Orquesta Sinfónica de RTVE, o la Orquestra Sinfónica de Barcelona y Nacional de Catalunya. Fuera de su país ha dirigido orquestas de México o Italia, fue ganador del premio Princesa de Girona de Artes y Letras 2016, y es director titular y artístico de la Orquesta de Extremadura desde 2021.

Por su parte, la madrileña Sara Ferrández es una estrella en ascenso. Joven, pues aún no alcanza los 30 años de edad, ya se ha presentado en algunas de las principales salas de conciertos del mundo, como la Belriner Philharmoniker (La Filarmónica de Berlín); la Filarmónica del Elba, en Hamburgo; el Victroria Hall en Ginebra; L’Auditori de Barcelona; o el Grosses Festpielhaus, en Salzburgo, Austria.

Recientemente se presentó con la Orquesta Nacional de España y ya ha sido dirigida por Salado junto a la Orquesta de Extremadura. El año pasado además publicó su primera producción discográfica, un EP denominado En la intimidad, en el que ofreció una exploración de la Suite No. 1 en Sol mayor de Johann Sebastian Bach.

Camacho destacó la participación de Ferrández en el Teatro Nacional justo en el Día Internacional de la Mujer y subrayó que se trata de “una gran solista” que “está haciendo una carrera internacional importantísima”.

Añadió que “hay que entender ese espíritu femenino presente también en la obra de García Lorca, que va más allá de lo masculino tradicional, está la sensibilidad y el amor de lo femenino en su obra literaria, está presente si se quiere aunque sea un poco más abstracto, pero en mi propio imaginario como compositor”.