Cultura Artes escénicas y música en 2017

Sin cacao no hay chocolate 

Ampliar audiencias y colaboración entre el MEP, Cultura y Comercio Exterior son algunos desafíos que citan los especialistas de las artes escénicas y la música.

Preocupa recorte del 5 por ciento en programas del Ministerio de Cultura.

Para hacer chocolate se necesita cacao, y para procurar seres humanos sensibles y creativos se requiere educar artísticamente a la población. Esta analogía pareciera simplista para explicar el panorama de los gremios nacionales de la danza, el teatro y la música, pero de algún modo refleja su contexto en el año que concluye.

En entrevistas con UNIVERSIDAD, especialistas de dichas áreas expusieron preocupaciones y desafíos, como ampliar las audiencias de los espectáculos mediante estrategias de formación de públicos, internacionalizar a los grupos y la calidad de sus propuestas, y establecer una relación colaborativa y planificada entre los ministerios de Cultura y Juventud (MCJ), Educación Pública (MEP) y Comercio Exterior (Comex).

Danza Universitaria coprodujo la obra El largo ahora con el grupo de teatro independiente Abya Aya

Asimismo, mencionaron la importancia de establecer con mayor claridad la dirección de la política pública en la materia, la preocupación por el recorte de un 5 por ciento en el presupuestario de los programas en el Ministerio de Cultura de este año, la definición clara y comprometida del arte como un proyecto país, y el pago de la tarifa por concepto de derechos de autor de los músicos.

Los consultados coinciden en que los costos de producción se han encarecido, y por tanto la creación y gestión son muy onerosas.

Se evidencia de esta forma que, en el caso del sector independiente, se va lo comido por lo servido, y el modelo económico y productivo es “más que vicioso, perverso”, según lo calificó el director de la Compañía Nacional de Danza (CND), Adrián Figueroa.

Dichos recursos se distribuyen en programas como Proartes, Iberescena e Ibermúsica del Teatro Popular Melico Salazar (TPMS), las producciones concertadas, coproducciones y el concurso de puesta en escena de la Compañía Nacional de Teatro (CNT), y las convocatorias para coproducciones, residencias y entrenamiento profesional auspiciadas por la CND.

El Estado también pone a disposición plataformas de fomento y circulación mediante un número nutrido de festivales y encuentros, como el Festival Internacional de las Artes, el Festival Nacional de Danza y el Encuentro Nacional de Teatro, en los que la capacitación, la reflexión y la programación de espectáculos nacionales e internacionales, permiten a las agrupaciones mostrar sus trabajos y fortalecer su quehacer.

A pesar del funcionamiento de la Unidad de Cultura y Economía (UCE) del MCJ, desde la administración de Laura Chinchilla, que realiza mediciones económicas y productivas del sector, las estadísticas disponibles aún son parciales e insuficientes para comprender el estado de la situación de las artes escénicas y de la música.

Las cifras de cuánto aportan estos rubros al Producto Interno Bruto (PIB) están en proceso de ser actualizadas, siendo las más recientes los resultados del 2012, de acuerdo con la jefa de la UCE, Anahí Moyano.

Ver el vaso medio lleno y no medio vacío sería la forma justa de sopesar la actual subvención estatal a las artes escénicas, y los gremios teatral y dancístico independientes lo agradecen, según comentó la directora del TPMS, Marielos Fonseca.

Aun así, para Tatiana Chaves, directora de la Compañía Nacional de Teatro (CNT), la institucionalidad no debe ser vista como una gran mamá dadora de recursos, enfoque que inevitablemente permea las expectativas de los grupos.

No solo violines

La directora del grupo teatral Abya Yala, Roxana Ávila, considera que el norte de la política nacional de cultura se ha parcializado históricamente hacia la música sinfónica, en detrimento del desarrollo profesional de las artes escénicas.

El entramado institucional y los recursos destinados para fortalecer la música nacional provocan que compita en el mundo por su altísimo nivel, gracias a una formación temprana a cargo del Sistema Nacional de Educación Musical (Sinem) y el Instituto Nacional de la Música (INM), así como bandas y varias orquestas.

Frente a esta tendencia, Ávila opina que el teatro está en desventaja, debido a que no existe un proyecto país para las artes escénicas.

La Orquesta Sinfónica Juvenil acompañó al legendario músico argentino Gustavo Santaolalla en el espectáculo inaugural del Festival Internacional de las Artes 2017

Pero esa institucionalidad está en crisis, de acuerdo con Gladys Alzate, directora del Teatro Contraluz, para quien hay que replantear el modelo de gestión: “El sector independiente no se está fortaleciendo, está luchando por generar mecanismos de sobrevivencia”.

Alzate propone, entonces, que las entidades con vocación escénica del Ministerio de Cultura realicen una labor complementaria y coordinada, para transformarse en un epicentro que irradie al sector independiente.

Al respecto, la directora de la CNT trae a colación el proyecto de ley 19.045 que está en la corriente de la Asamblea Legislativa para crear el Centro Nacional de las Artes Escénicas (Cenae), que agruparía a las entidades escénicas del MCJ bajo una misma sombrilla.

A lo interno, Chaves se cuestiona si la CNT debe ser una compañía con un elenco estable o un ente productor de proyectos, sin dudar de que los fondos concursables son una forma de democratizar el acceso al financiamiento estatal.

Este propósito es corroborado por la directora de Cultura del MCJ, Fresia Camacho, quien describió el acompañamiento realizado en las regiones por la Dirección de Cultura (DC), a ámbitos culturales locales como la red de teatro comunitario en Cartago, el festival La Chucheca de Oro en Puntarenas, Guancastearte y el Festival de Calipso en Limón.

La DC acompaña procesos escénicos bajo el concepto de territorialización, cuya punta de lanza son los Centros Cívicos para la Paz, en las regiones, que han nombrado personal permanente de danza y teatro. Estos centros son un semillero de talentos artísticos, pues atiende de forma interinstitucional la gestión cultural en provincias.

Los cuerpos cuentan

En el ámbito dancístico, el director de la Compañía Nacional de Danza (CND), Adrián Figueroa, percibe que la oferta creativa en aumento se refleja en las coproducciones estrenadas durante el año, en espacios como festivales y encuentros, tanto estatales como independientes.

Sin embargo, está claro en que las condiciones para crear no son adecuadas y que los profesionales de la danza deben buscar opciones alternativas para subsistir. “Vivimos en una sociedad que no les ofrece oportunidades laborales, porque generamos cada vez más artistas que no saben cómo sostenerse”, afirmó Figueroa.

Aun así, destacó que la danza es la rama artística que más genera internacionalización.

Con respecto a los vacíos del área, Luis Piedra, director del grupo Imago, puntualizó sobre la  disminución del público en general, con temporadas excepcionales con una asistencia alta.

“Es algo que tenemos que acometer seriamente con expertos en mercadotecnia y gestión cultural, porque antes la danza tuvo afluencia incluso masiva. Hay que dar un salto”, expresó Piedra.

La directora de la Compañía Danza UNA, Nandayure Harley, reflexionó sobre la necesidad de revisar el Festival de Coreógrafos del Teatro Nacional para determinar su finalidad, a la vez que hizo un balance positivo del Festival Nacional de Danza que se ha fortalecido con la participación de maestros internacionales de renombre, grupos invitados del exterior de gran trayectoria y un jurado de alto nivel.

Por el lado de la gestión independiente, Harley se refirió al aporte de los espacios Sólodos en Danza, cuyo radio de acción es Barva de Heredia, y que hna contribuido a la extensión dancística regional, a llevar la danza a escuelas y colegios y a zonas urbano marginales, y La Machine Festival, especializado en danza de calle.

Música de calidad

Cada año la producción musical original costarricense aumenta, se realizan más discos, mejora la calidad, y se crea más público; a pesar de eso, la música nacional no tiene un espacio en el imaginario cotidiano de la población, según el recuento que hace Alberto Zúñiga, jefe de comunicación de la Asociación de Compositores y Autores Musicales (ACAM).

De la riqueza de los artistas musicales da testimonio La Movida Caníbal, proyecto lanzado este año que rehabilitó el estudio de grabación del Centro Cultural de España (CCE) ubicado en Casa Caníbal.

De acuerdo con el gestor Fo León, productor ejecutivo del espacio junto al productor musical Daniel Ortuño, el proyecto grabó 10 propuestas de artistas locales en sesiones en vivo, “para poder documentar trabajos que encontremos relevantes,  según su contexto, y antes de que sus condiciones cambien”.

La selección toma en cuenta varios elementos como geografía, recursos, urgencia, vulnerabilidad y la singularidad de su trabajo, entre otros factores.

Esta prolífica ‘movida’,  sin embargo, no tiene un respuesta de proyección, según argumenta Zúñiga de ACAM, ya que el país no ofrece una plataforma industrial a la altura, problema cuya base la identifica en la ausencia de una educación musical. “Desearía que se adquiriera el valor desde muy pequeños, de aprender de música a través de lo hecho aquí; para ello hemos procurado acercarnos con el MEP y no pasa nada”.

Y a diferencia de otros sectores culturales que se exportan, como el diseño, la publicidad y el audiovisual, la música no logra alcanzar esa ansiada internacionalización, mediante la capacitación y el apoyo de Comex.

Además, Zúñiga considera crucial romper el hábito de no pagar la tarifa por concepto de los derechos de autor, obstáculo que impide que la música prospere, como también lo expone el presidente de la Asociación de Intérpretes y Ejecutantes, Esteban Monge.

“Se recauda poco en comparación con lo que la gente utiliza, y aunque hay buenos músicos y estudios, lo producido no se inserta en circuitos de circulación, que no lo hacen sostenible financieramente”, opinó.

Para Monge, el paradigma debería orientarse a que el Estado cumpla con su rol de tutelar el derecho de los artistas a la propiedad intelectual, de manera que las entidades de gestión colectiva, como ACAM, puedan generar programas y proyectos dinamizantes.

El director de la Orquesta Sinfónica de Heredia (OSH), Eddie Mora, se congratula del aumento de orquestas sinfónicas con miembros profesionales; entre ellas la de la UCR, sumadas a otras formativas como las del Sinem y de Artes Musicales de la UCR, y con fines de lucro como la Filarmónica.

Para el compositor, director y gestor musical, uno de los resultados de poner en valor el desarrollo musical clásico es el Grammy Latino recién otorgado a la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la dirección de Mora. “No nos sacamos la lotería. El impulso a la música costarricense tiene que ver con dos décadas de persistencia”.

Más que volver la mirada al Estado, Mora apuesta a la calidad de las obras para competir nacional e internacionalmente, a las cuales, más temprano que tarde, la gente volverá su mirada. “Soy optimista de que de nuevo se incluirá el arte y la cultura en las escuelas y colegios; todo está en cómo se dé la batalla”.

Para hacer chocolate es indispensable el cacao.

 

 

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