Cultura Alexandra Chavarría, arqueóloga del medievo

Si la gente no conoce su ciudad, se queda sin raíces

Los edificios históricos o patrimoniales no solamente sirven para adornar la ciudad o para consumir recursos.

Los edificios históricos o patrimoniales no solamente sirven para adornar la ciudad o para consumir recursos. Las casas y edificios viejos cuentan la historia de nuestra ciudad, nuestra historia; por tanto, son parte de nuestra identidad.

Así resumió la importancia de la conservación del patrimonio histórico la arqueóloga medieval y profesora de la Universidad de Padua (Italia), Alexandra Chavarría, que visitó el país en días pasados para impartir conferencias, invitada por el Museo Nacional.

La especialista conversó con UNIVERSIDAD sobre la importancia de la preservación del patrimonio y la relación de los ciudadanos con la arquitectura histórica que les rodea. A continuación, un extracto de esa conversación.

¿Cuál es la importancia de estudiar edificios históricos para las personas en la actualidad?

–Sirve para saber cosas en relación a la historia de su ciudad. La gente es ciudadana, se siente de una ciudad; si no conoce la historia de ese lugar, se queda sin raíces, sin identidad. En la actualidad, la identidad está ligada al equipo de fútbol, la música que escuchamos, pero también la historia es muy importante para saber de dónde venimos y quiénes han influido.

Esto desde un punto de vista más ideal; en lo práctico, a la gente de ahora nos sirve conocer el pasado para conservarlo y, muy importante desde el punto de vista económico, para el turismo. Creo que la arqueología de la arquitectura es fundamental para el ciudadano costarricense y, en general, para la población mundial, porque permite conocer nuestra historia, que es particular a nivel nacional, regional y local; permite caracterizarnos y comprender nuestras diferencias.

En una sociedad con un modelo de globalización y homogeneidad que nos han intentado imponer en las últimas décadas, la historia es de gran relevancia. En el caso específico de Costa Rica y de la arqueología del paisaje, conocer la historia es importante para reconstruir la biodiversidad del pasado y salvaguardar la presente, comprendiendo los modelos de producción que en el pasado fueron sostenibles para poder inspirarse en ellos y no repetir aquellos que ya fracasaron en el pasado.

En la conservación, ¿cuál debe ser el papel del Estado, las instituciones, la empresa privada y los ciudadanos?

–Los ciudadanos que están interesados en la conservación, como todos los que vimos hoy en la conferencia, tienen que participar en los procesos de decisión, incidir en si una casa se destruye para convertirse en parqueo, o no, y el Estado tiene que tener en cuenta eso.

La empresa privada también es fundamental, hay actores importantes conservando y quizá el Estado puede ayudarles a orientar sus inversiones, teniendo en cuenta que si las orientan bien eso puede tener réditos importantes. Todo el mundo es necesario.

Lo principal es que dejemos de pensar en que el Estado lo va a hacer todo, como ciudadanos tenemos que participar en la protección y conservación de lo que tenemos, porque es nuestro, no del Estado.

En Costa Rica, en ocasiones, personas o familias dueñas de edificios patrimoniales o en proceso de declaración permiten el deterioro del inmueble para impedir o retirar la declaratoria y poder usarlo sin las restricciones que impone la condición de edificio patrimonial. ¿Cómo impedirlo?

–Primero hay que mentalizar a la población de la importancia social y económica de esos edificios, pero también es importante que el Estado le dé ventajas a quienes tengan esas casas, que no sea que todo el peso económico y demás problemáticas caigan sobre los hombros de los propietarios. Es importante beneficiar a la persona que tiene un edificio histórico, buscar opciones y si realmente no la quiere, que la venda o que la compre el estado.

En Costa Rica hay poca conservación de residencias regulares. ¿Por qué es importante la conservación de viviendas? ¿Cómo proceder?

–Hay residencias antiguas muy bonitas conservadas aunque sí son pocas, pero habría que intentar valorizarlas más, tal vez a través de itinerarios, placas, rutas. Crear el concepto de que no sólo es importante el edificio, sino también el barrio; hay que crear la idea de “el barrio de las casas bonitas” para que se desarrollen, que sean barrios que valga visitar y en los que valga la pena vivir, porque no se trata de hacer todo para los turistas, sino para quienes viven allí.

Aquí existe una especie de memoria arquitectónica en nuestras cabezas por la forma en que damos direcciones, hay cosas que ya no existen pero que todos sabemos dónde estaban. ¿Es relevante el rescate de esta memoria arquitectónica, de estos lugares? ¿Cómo hacerlo?

–Primero, yo diría que hay que intentar que no se sigan destruyendo los puntos de referencia y, segundo, hay que rescatar precisamente esa memoria oral como un patrimonio intangible. La forma en que se dan las direcciones en San José puede servir incluso para darle vigencia al rescate de los edificios históricos y el rescate de la memoria de los edificios, que incluso ya no están, para determinar direcciones.

Es fundamental recordar esos edificios aunque no existan, porque son la memoria histórica de la ciudad. Hay muchos edificios que yo estudio que no existen, que solo están en las fuentes escritas, ahora, ¡imagínese que ustedes tienen estos edificios en la tradición oral! Hay que buscar el modo de que no se pierda, sea trasmitiéndola o documentándola. Está pendiente rescatar la forma en que la tradición oral de San José reconstruye la ciudad.

¿Cómo traducir toda esta información relevante, histórica, a la gente que habita la ciudad y que no necesariamente tiene conocimiento sobre el tema, pero que podrían ser los interesados en la conservación de la ciudad?

–Eso es lo más difícil: comunicarlos. Nosotros hemos hecho un App, para un público infantil, para tratar de transmitir la información con actividades que les atraigan; hay que experimentar, paseos, caminatas nocturnas. He visto este museo (Nacional) y viene mucho costarricense, el interés por la historia existe. Como académicos, a veces pensamos que estas cosas a la gente no le interesan; pero eso no es cierto, la gente se interesa, pero nosotros no hemos aprendido a comunicar la información de manera correcta.

¿Cómo proteger edificios importantes?

En Costa Rica, la protección sobre inmuebles históricos relevantes se da a través de la Declaratoria de Patrimonio Cultural Material (histórico arquitectónico), que se realiza a través de un decreto Ejecutivo del Ministerio de Cultura y Juventud.

Cualquier ciudadano puede solicitar la declaración de un edificio, público o privado, si considera que este debe ser preservado por su importancia histórica, cultural o arquitectónica. Los pasos son los siguientes:

  1. La persona solicitante descarga y llena un formulario en el sitio web www.patrimonio.go.cr o en la Oficina de Patrimonio. También puede enviar una nota a dicha oficina con la solicitud.
  2. La Oficina de Patrimonio recibe la solicitud y designa profesionales para realizar el estudio de declaratoria.
  3. La misma oficina notifica al propietario y a la Municipalidad correspondiente para que expongan sus criterios. A partir de entonces se prohíbe la demolición y los cambios estructurales al inmueble. El estudio puede tardar hasta dos meses, con dos meses más de prórroga.
  4. Una vez realizado el estudio, la Oficina procede a recomendar ante la Comisión Nacional de Patrimonio.
  5. La Comisión valora y define si se debe declarar, no declarar o si es necesaria más investigación.
  6. El departamento legal realiza la recomendación final y se realiza el decreto.

Una vez realizada la declaratoria patrimonial, se protege el edificio y se declaran de interés público su investigación, conservación, restauración, rehabilitación y mantenimiento del patrimonio histórico-arquitectónico.

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