Cultura Actualmente trabaja caracterizando personajes para la televisión nacional

Pionero de los efectos especiales en un país sin industria

Efectos especiales es un área muy poco explorada en la cinematografía del país.

En los últimos años la industria cinematográfica en Costa Rica experimentó una explosión en la realización de producciones nacionales de cine, gracias a mentes curiosas con deseos de explorar diferentes historias. Sin embargo, el avance no ha sido el mismo en el área de efectos especiales, ya que su incursión ha sido tímida, casi nula.

La contradicción más grande es que el país ha albergado durante quince años al escultor chileno Raúl Cuadra, quien ha dedicado por completo su vida a moldear y construir personajes.

Con aproximadamente veinte años de Carrera, Raúl comenzó muy pequeño en un taller de madera con un único instrumento: una cuchilla de su abuelo. Es así como dio rienda suelta a aquella inquietud de dar forma al material para reproducir personajes.

Estudió Bellas Artes en la escuela de Valparaíso donde estuvo año y medio pero no sintió afinidad con abstraerse para sacar sus obras; tuvo claro desde un inicio que lo suyo era generar o replicar personajes. Sin embargo, los cursos de animación 2D lo llevaron a unir las dos habilidades y comenzó a construir sus personajes en animación y a esculpirlos.

“Me considero escultor, a mí la escultura me ha llevado por todos los caminos”, afirmó Cuadra.

Conoció en Chile a su actual esposa de nacionalidad costarricense la cual le propuso venir al país, acá estuvo por quince años hasta que el año pasado decidió vivir entre su natal Chile y Costa Rica. El obstáculo al llegar al país y por el que se fue, es la falta de un nicho de trabajo o de personas que quisieran invertir en estos proyectos.

Destacó el proyecto Kalydria en Animatronics, primer trabajo al que fue llamado después de realizar otros oficios que no estaban relacionados con su profesión. En este proyecto se usaba la animatrónica para recrear especies en vías de extinción. La iniciativa estuvo a cargo de la Universidad de Costa Rica junto con James Glavan, profesor en la Universidad de Austin Texas.

“El proyecto fue muy interesante, duró aproximadamente un año. James trabajó para la serie Los Mophets y con él aprendí sobre materiales, también a sacar moldes y a construir los animatronics. Estos son personajes de ficción no reales que se diseñan en el papel y se esculpen, tienen un esqueleto con motores, se les fabrica piel para darles realidad y se manejan mediante control remoto. Se usan mucho en cine”, comentó Raúl.

Este proyecto fue muy innovador no solo para Costa Rica sino para latinoamérica por todo el trabajo y la tecnología que usaba.

Dentro de los trabajos de Raúl en Costa Rica que han delineado una referencia en la animación y diseño se encuentra también el corto de stop motion que realizó Pablo Ortega. El corto Animales de alquiler trató sobre una historia de personas que prestaban su ADN para crear especies animales; estos tenían características tanto animales como humanas.

“Por ejemplo acá en Costa Rica a este proyecto no se le dio mucha diffusion, y a nivel de Latinoamérica y Sudamérica es de los pocos que se han hecho y que han recibido premios.

Nos llevó a la muestra en Cannes, tuvimos premios en Costa Rica, Brasil y México”, afirmó Cuadra.

Reinventarse

Para Raúl el problema de que aún no existan iniciativas fuertes en el tema de efectos especiales no se debe a las personas que hacen cine, ni a los estudiantes, sino a las empresas que no invierten en el tema. “Está viciado desde el cliente, quieren todo lo más barato entonces consiguen algo que no es lo mejor”, comentó.

Debido a estos obstáculos también ha tenido que adecuar los costos que maneja ya que su trabajo en Costa Rica es mucho más barato en comparación con la industria en Estados Unidos o en Chile.

Un personaje stop motion dependiendo de su estructura y complejidad puede costar alrededor de $600 o $700, esto incluyendo mano de obra y materiales. Los animatronics tienen un costo de varios millones de dólares por los motores y moldes, en este caso se usan 2 o 3 diferentes para cada personaje.

Su experiencia este tiempo lo ha llevado a reflexionar sobre por qué los efectos especiales no son tomados en cuenta dentro de la industria nacional, incluso cuando en el país hay pocas personas que conocen el oficio.

“En Costa Rica no sentí que crecía profesionalmente. Yo siento que creces como profesional cuando te exigen, cuando te piden cosas complejas; acá no, y eso me estanca porque siento que tengo que ir creciendo”, comentó.

Por su basto conocimiento fue contratado como profesor en la Universidad Veritas, institución que le ofreció una beca como diseñador en 3D pero por falta de tiempo no pudo continuar. Del 3D aprendió herramientas que le sirvieron para seguir trazando su camino.

Ha ido evolucionando conforme lo que la gente le ha solicitado. Para caracterizar un personaje, en un mercado tan pequeño, le ha tocado hacer de todo y la prueba y error lo ha llevado a tener un mejor manejo de las técnicas.

En el país ha impartido talleres de escultura, de prótesis dentales, gelatinas y materiales básicos para generar moldes. Por falta de tiempo, ya que también es padre de tres hijos, no ha considerado invertir en algún lugar oficial para enseñar. “Me gustaría trabajar con alguna institución para enseñar este diseño”, reconoció Cuadra.

Internet es otra herramienta que está al alcance de todos para buscar fortalecer estas áreas de trabajo. Su uso permite que las personas tengan acceso y contacto con otros profesionales y que el intercambio genere conocimiento que se pueda emplear en el país. Raúl es un investigador en la red para conocer las tendencias.

Este trabajo también demanda tiempo. Los pasos que sigue para la confección inician con una primera reunión donde se le entrega una hoja con las características del personaje, “es como leer un libro sin ninguna ilustración”, acotó.

Este escultor va trazando líneas en su cabeza incluyendo todo lo que ha visto en la televisión, en libros, comics y todo lo que ha acomulado; con el objetivo de diseñar el personaje. Una vez con el boceto del diseño recurre a internet para ver referencias, y en esa búsqueda inicia la creación del personaje de fantasía en físico.

Dedicado todo el día a su oficio, confía en que poco a poco las personas volverán a mirar hacia este mundo de materiales, diseño y personajes. Èl busca seguir entre estos dos países en los que vive actualmente para traer a Costa Rica todo lo que continúe aprendiendo.

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