Cultura

Obra de teatro critica la creación y el mercado de las artes visuales

La puesta en escena se presenta de jueves a domingo hasta el 11 de diciembre.

Producto farmacéutico para imbéciles, de la dramaturga mexicana Verónica Bujeiro, es un montaje no convencional en clave de comedia, en que los personajes, entre ellos un ratón, disertan sobre la frontera entre la obra y el “acto de fe” que convoca a señalar algo como arte.

Propuesta  por Teatro ABC-O fue ganadora del concurso de Puesta en escena 2022 de la Compañía Nacional de Teatro (CNT), y se presenta hasta el domingo 11 de diciembre en el Teatro La Aduana, ubicado en Barrio Escalante, bajo la dirección de Natalia Regidor.

De acuerdo con Regidor, cuando leyó la obra de Bujeiro, le gustó la manera de plantear las dudas y preguntas sobre esa mirada subjetiva con que las personas valoran el arte visual. “También veo lo complicado de las relaciones de poder y cómo establecemos distintas dinámicas, en este caso alrededor del arte visual contemporáneo, pero de igual forma en el ámbito teatral”, puntualizó.

Asimismo, para Regidor es importante que las personas se cuestionen el porqué de las cosas y su propia mirada, es decir, cómo miran no solamente lo cotidiano, sino el arte, cuando van a una sala de exposición o a un museo, por ejemplo. 

La obra fue escrita por la mexicana Verónica Bujeiro, dramaturga, guionista, crítica teatral e ilustradora, quien visitó el país a finales de noviembre para participar en diversas actividades relacionadas con la puesta en escena.

Sobre la intervención de la dramaturga en el montaje, Regidor decidió no saber cómo fue el proceso de escritura de la obra, ni qué  pensaba la autora, por qué la escribió ni cómo se imaginaba ella la puesta en escena.

“Es rico defender la lectura que hicimos de la obra, porque si yo me tiño de su opinión, de lo que a ella le parece o de lo que ella espera, entonces, ¿para qué? ¿para quién estoy trabajando o creando?”, reflexionó Regidor.

La directora agregó que “la obra es una interesante mezcla entre las artes teatrales y el arte visual contemporáneo. Uno de los ejercicios que más disfruto es poder pensar a través de la risa. La comedia como lugar para reírnos de nosotros mismos y de ciertas dinámicas que se van estancando en las relaciones humanas, de toda índole”. 

Producto farmacéutico para imbéciles se adentra en el mundo del arte visual de la mano de Catalino Risperdal, personaje principal de la obra, interpretado por Dennis Quirós. A Catalino se unen Halción Zapata, Secuelas Artane y Setralina Pizarro, actuados por Vivian Bonilla, Jose Montero y Sylvia Sossa, respectivamente. 

Afectado por la agresiva estimulación a la que lo expone su empleo, Catalino Risperdal, un guardia de museo de arte contemporáneo, decide convertirse en artista, bajo la sospecha y el cuestionamiento de la aparente simpleza de las piezas que podemos ver rutinariamente exhibidas en estos recintos. 

En su ascenso a la fama artística encontrará como obstáculos, no la falta de una musa que lo inspire, sino la manipulación retórica de la crítica, así como la especulación despiadada de los coleccionistas, quienes finalmente serán los que nos confronten a todos como espectadores, ante esa línea blanca que delimita la frontera entre la obra y ese acto de fe que nos convoca a señalar algo como “arte”.

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