Cultura

Música rompe el silencio de las mujeres en su día

Para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, músicos costarricenses visibilizan con su arte la lucha por romper el silencio de la violencia contra las mujeres en sus diferentes facetas.

Una vez, hace muchos años, el músico y compositor costarricense Bernardo Quesada golpeó una mesa y se quebró la mano. Se había enojado porque unos niños ensuciaron una pared con una bola mientras jugaban.

Quesada compartió esta anécdota en mitad de la grabación del videoclip “Réquiem”, mientras un grupo nutrido de mujeres vestidas de blanco y diversas edades, sentadas en unas sillas colocadas sobre el escenario del Teatro Melico Salazar, estaban a punto de protagonizar las escenas que son el corazón del filme.

“Ahí estaban las mujeres que más he amado, observado, leído, admirado, que he tenido la oportunidad de generar cosas con ellas y tener de vuelta una enseñanza”, dijo Quesada conmovido y con voz suave, como susurrando.


Lea también

Las canciones de mujeres cuya autoría se invisibiliza


La hermana de Quesada forma parte de esas mujeres que cantan una frase de la canción. En ese momento testimonial durante la filmación del videoclip, Quesada se dirigió a ella y le dijo: “Vos nunca tuviste que haber presenciado eso”. Ella asintió; era la primera vez que entre ellos hablaban de lo sucedido, luego de tantos años.

Así es la violencia machista. Quesada lo reconoce y hace un mea culpa público, no solo con las mujeres que invitó a ser parte del videoclip, sino con la audiencia que, a partir del 8 de marzo, hace comunidad en las redes sociales del músico (YouTube, Facebook e Instagram).

“Réquiem” es uno de los temas incluidos en la última producción de Quesada intitulada Más de lo que imaginé, que lanzó hace tres años. En estos dos próximos meses, en Costa Rica (vive en Ciudad de México desde hace tiempo), estará en el proceso de crear su siguiente álbum.

Según cuenta, tiempo atrás se sintió muy conmocionado por los feminicidios que se suman trágicamente a los crímenes de odio en contra de las mujeres. Quesada se duele por “las que vamos perdiendo”.

En esa época volvió al país y recién aterrizando se enteró de que habían muerto tres en un mes, entre ellas una española asesinada en Tortuguero.

Eso provocó que le escribiera una carta a su hija que dice algo como: “Podría decir que quien a hierro mata a hierro muere, decir que ojo por ojo igual diente por diente”… pero para él esa no es la solución.

Unos meses después, al experimentar de nuevo consternación por algunos posts que leyó en Facebook e historias de amigas en relación con la violencia machista, quiso tomar la canción “Réquiem y darle vuelta, siguiendo una recomendación de su buen amigo y colega Rubén Blades.

El músico panameño le aconsejó que, para escribir canciones de amor, pusiera en práctica la máxima de la publicidad mundial: stay in a different place and tell what you see, “párate en un lugar diferente y dime lo que ves”, recordó Quesada.

Réquiem tiene, por lo tanto, otra perspectiva. “Cuando escribí esa canción estaba en un momento emocional en que el silencio de mi expareja me caló duró; sentí ese abandono, ese desinterés, ese desdén hacia mí”.

Quesada se percató, entonces, de lo que estaba sintiendo su alter ego, es decir, “mi espejo, mi otra mitad que es mujer –yo tengo un lado femenino súper estimulado que me suma mucho y no lo niego”.

“Me di cuenta de que podía verme a mí mismo desde otro ángulo y ver a la mujer que yo estoy agrediendo cuando la trato con desinterés, con desdén, cuando no le doy una igualdad de oportunidades real, cuando no le doy el lugar que se merece; las obligaciones y los derechos que debe tener como iguales”, reflexionó.

Acto seguido, llamó a la comunicadora Julia Ardón y le contó su idea de realizar el videoclip con las mujeres que lo protagonizan.

Ardón le respondió: “Las amigas con las que usted sueña que esto sea visualizado van a hacer clic, porque nosotras hemos conversado de casos entre nosotras mismas de mujeres que amamos mucho, cercanas, de cosas muy graves; usted no sabe lo familiar que es. Cuente conmigo”.

Pero, claro, hay que tener recursos, pensó Quesada. Pasaron unos meses y en mitad de una filmación de otro videoclip de su autoría con el camarógrafo Sebastián Vega, le propuso “seguir haciendo cosas tan bonitas”, a lo que Vega respondió: “dispare, bro”.

Vega aceptó la propuesta y luego Quesada habló con Pablo Piedra del Melico Salazar, institución que permitió que el 26 de febrero se grabara el audiovisual en su escenario y que se utilizaran los camerinos para la producción.

Luego, al proyecto se sumó Manolo Umaña, como editor; Iván Rodríguez, en las luces; Angie Marín, en el maquillaje; Florisabel Fernández, Marco y Caro Arias, en la producción; y Julia Ardón, quien se encargó del vestuario y convocó a las mujeres protagonistas del videoclip.

“El espectro de la violencia es infinito: el desdén, el silencio, ignorar a tu pareja son tipos de violencia muy normalizados”, reafirmó Quesada con su propuesta audiovisual.

Quesada es enfático cuando dice que no está haciendo nada extraordinario, sino lo que tiene que hacer; “mi obligación es tener cada día más conciencia de mis verdaderos deberes como hombre”.

“¡Cuántas veces he hecho un comentario machista delante de mis amigas, cuántas veces he hecho cualquier acción que las haya hecho sentir mal, cuántas veces! Y eso que es gente que respeto, quiero y amo tantísimo; ahora imaginate en mi día a día”, se lamentó Quesada.

“Estamos muy lejos nosotros, los hombres, de estar libre de culpa”, recalcó. “No se trata de hombres y mujeres, sino de seres humanos; ninguno es más ni menos que nadie, es una responsabilidad que tenemos todos y tiene que ser hecha con amor”.


“Réquiem”

Letra y música de Bernardo Quesada

Su silencio es el vacío más profundo, el discurso de desprecio más rotundo / es el acta de deceso / más estoico de la vida, si la ley del hielo / se usa por salida. / Su silencio es el abismo más violento, / la muleta oculta en manos del torero. Es el huerto yermo en el desierto de la soledad. / Es vestir de diplomacia a la crueldad. Y entonces la nada, / el susto del karma / la noche sin luna, / la ausencia del alma. / Se llora por ríos, cuando se comprende que de ver en tus ojos la nada, de nada permearon los míos. / Se escriben “te amos” en las paredes, / y luego un silencio letal, / se van los “Me gusta” de todas las redes, / y luego te asedian detrás. / Y siempre es un lío lidiar con la ausencia, / y un toro de lidia agoniza en mi piel, no queda más norte / que la resiliencia, / si la misma mano / que te dio caricia, / después que desquicia, / te pega un balazo en la sien.

Réquiem y los discos de Bernardo Quesada se pueden escuchar en Spotify


Suscríbase al boletín

Ir al contenido