Cultura

Melodías de la Tierra: El libro que desvela 24 canciones recopiladas por Emilia Prieto

El libro autogestionado por Tania Vicente, Melodías de la Tierra, contiene 24 canciones tradicionales del folklore del Valle Central que Emilia Prieto recopiló durante su vida, pero no habían sido editadas. La obra se encuentra disponible en la Librería Universitaria de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Melodías de la Tierra: Tonadas Campesinas del Valle Central de Costa Rica Recopiladas por Emilia Pietro Tugores es un trabajo de re-recopilación del trabajo de Emilia Prieto. Las canciones salieron de unos casetes que Liana Babbar, la nieta de Prieto, le proporcionó a Tania Vicente, quien se dio a la tarea de transcribir su letra y música y recuperarlas en este libro.

Tania Vicente, autora de la obra, es una musicóloga, investigadora y laudista. Es directora del Grupo de Música Antigua Ganassi, con el que obtuvo el Premio Nacional de Música 2009. Además, ha hecho importantes investigaciones sobre música como Hurtándole al tiempo: Música académica en el Valle Central. De oficio a profesión entre 1940 y 1960.

“Para poder ir hacia adelante, tenemos que saber de dónde venimos”, Tania Vicente.

Vicente contó en una entrevista con UNIVERSIDAD que siempre estuvo interesada por la obra de Emilia Prieto. Relató que de joven, durante la década de los años 80, se interesó por el movimiento de la Nueva Canción Costarricense y fue en un concierto que conoció por primera vez a Prieto.

“De repente veo que entra una señora chiquitita, muy anciana y empieza a cantar, esa era doña Emilia, porque ella también formó parte de este movimiento”, recordó Vicente.

Después de hacer sus estudios en el extranjero, según explicó, volvió a Costa Rica con la idea de que era importante recordar el legado de Prieto. Así empezó una investigación de cuatro años sobre Prieto y su legado que desembocó en este proyecto: Melodías de la Tierra.

Ella contó que las grabaciones eran caseras, lo que dificultó la transcripción ya que algunas de las canciones ni siquiera contaban con partituras, aunque algunas sí aparecen en grabaciones de discos de Prieto.

Las canciones “son bastante simples, pero muy representativas de lo que era la música del Valle Central”. Algunas son más tradicionales y otras, según detalló, tienen una cierta influencia extranjera, mayoritariamente española, colombiana o mexicana.

Adicional al libro, diez de estas canciones fueron también regrabadas en un estudio proporcionado por la Universidad Estatal a Distancia (UNED). Estas fueron interpretadas por la voz de Ave Asán, violinista y soprano, estudiante de Artes Musicales de la Universidad de Costa Rica, y Juan Carlos Soto en la guitarra, quien es músico, lutier y pareja de Tania Vicente.

El disco cuenta con las canciones “Pregúntale a las estrellas”, “Muy lejos”, “Lirios blancos”, “En una banquilla”, “Caminando por la playa”, “Bajo el pinar”, “Yo te dije”, “Jamas me olvides”, “Mimí y Árbol, estrella, flor”.

Este sencillo ya se encuentra disponible y de acceso libre en la página de Tania Vicente (taniavicente.com). El libro solo se encuentra en la Librería Universitaria de la Universidad de Costa Rica (UCR) aunque la autora comentó que su plan es que cuando haya recuperado la inversión de la publicación autogestionada, liberarlo en su página web.

La importancia de esta obra y del trabajo de recopilación sobre Emillia Prieto radica en que los costarricenses tenemos “problemas de identidad” y “pecamos mucho de olvidadizos”. Por ello, para Vicente es importante rescatar y conocer tanto el folclore como las figuras importantes de nuestra historia. “Para poder ir hacia adelante, tenemos que saber de dónde venimos”.

Ve estas canciones como un ejercicio de memoria y reconocimiento, en las cuales “vamos a encontrar muchas cosas muy machistas, por ejemplo, (…) por supuesto yo no estoy de acuerdo [con ellas], pero son parte de nuestra identidad y yo creo que tenemos que conocernos sin tapujos para poder entonces superarnos y hacer cosas mejores”.

Estas piezas de folclore no solo están atravesadas por el contexto social y cultural de la Costa Rica de esa época, sino también por la memoria de Emilia Prieto. “Estas canciones ella las oyó durante toda su niñez, eran canciones que ya cantaba y tenía una memoria excelente (…) yo me pongo a pensar ¿Realmente esta era la música de esos textos? No lo sé y realmente no es importante, porque la tradición oral es así, la vamos cambiando (…) y eso también, hasta cierto punto, es enriquecedor”, señaló.


El legado de Emilia Prieto

Emilia Prieto nació en 1902 en Heredia, Costa Rica y murió en 1986. Según se cuenta en el artículo biográfico “Descubriendo a Emilia Prieto, su vida en su obra y su obra en su vida” de Carolina Córdoba, su padre fue Blas Prieto, abogado y magistrado de la Corte Suprema de Justicia. Su madre fue Magdalena Tugores, una maestra española. Durante su vida se desarrolló como profesora, artista plástica, música, investigadora, escritora y militante política del Partido Comunista.

Docencia

Prieto sacó un título de maestra en la Escuela Normal en 1921. Ejerció como educadora y dió también clases de dibujo y pintura en diferentes instituciones como la Escuela Normal de Costa Rica, la Escuela Metodista, la Escuela Nocturna de Cultura Popular, la Escuela Juan Santamaría y la Universidad Obrera, la cual contribuyó a fundar. Además, fue directora de la Escuela Ramiro Aguilar.

Militancia política

Según Alejandra Solórzano en el ensayo “Emilia Prieto Tugores en Repertorio Americano: ironía y poética del pensar”, en 1936, Emilia Prieto fue cofundadora de la Liga Antifacista. También tuvo relación con el Partido Comunista y una participación importante en las luchas a favor de las Garantías Sociales en la década de los 40. Solórzano afirma que por esto fue perseguida, despedida de la Escuela Ramiro Aguilar y encarcelada junto con Carmen Lyra, Manuel Mora y Luisa González, tras ser acusada de sedición por el Tribunal de Sanciones Inmediatas durante el gobierno de facto de José Figueres Ferrer.

Fue partícipe de la fundación y presidenta del Comité Nacional de Paz y formó parte de la Alianza de Mujeres Costarricenses. Asimismo, fue delegada de la Unión de Mujeres Costarricenses Carmen Lyra en la Conferencia de la Paz de los Países de la Cuenca del Pacifico en Pekín y asistió a diferentes congresos para promover la paz en México, Suecia y Panamá.

Obra artística

Recibió clases de pintura en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Tanto su obra plástica como sus ensayos tienen fuertes mensajes políticos y críticas al fascismo, los roles de género, la política nacional e internacional. La mayor parte de su obra plástica fueron grabados en madera, como lo son Los derechos que conquistan, Pluma Ácida, Casa Hipotecada, Parábola del Privilegio y más de 300 xilografías.

Investigación y folclor

Su aporte a la preservación del folclor costarricense le mereció, póstumamente, el Premio Nacional de Cultura Tradicional y fue la razón por la que se celebró el Primer Festival de Carretas en San José. Su gran investigación sobre el folclor y las tradiciones, así como la recopilación de música tradicional del Valle Central la llevaron a escribir artículos sobre arte y cultura en diferentes periódicos y revistas entre los cuales se destaca Repertorio Americano. Además de libros como Romanzas ticomeseteñas,  Escritos y Grabados, Mi Pueblo y ¿Por qué ticos? Asimismo, en la década de 1970 se dedicó a interpretar muchas de las canciones que recopiló durante su carrera.

 

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