Cultura Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez 2015

María Isabel Sánchez: “Trato de no abandonar nunca los principios éticos del periodismo”

El Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez recayó este año en la ticonicaragüense María Isabel Sánchez.

“Ante todo hay que tener claridad sobre esa responsabilidad social que tiene nuestra

profesión”, afirmó la Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez 2015, María Isabel

Sánchez, durante la conversación telefónica sostenida con UNIVERSIDAD el jueves por

la tarde desde Caracas, Venezuela.

Para la galardonada, la honestidad, la entrega, la humildad y el respeto son valores

fundamentales para el ejercicio de la profesión.

“Cuando yo estaba dando clases en la universidad, le decía a mis estudiantes que había

que ser humildes, asumir con respeto ese acercamiento que tenemos los periodistas con

la sociedad, con lo que sucede, y no perder de vista que lo que hacemos tiene un impacto”.

De su ideario y praxis a lo largo de 24 años como reportera, subraya que no se debe

perder de vista con quiénes trabajan los periodistas: “Es gente, un ser humano; por lo

tanto, no se debe caer en la manipulación y la falta de rigor”.

Asimismo menciona la importancia de la sensibilidad, cualidad que aunada a lo anterior

conduce a la posibilidad de contar historias de personas y su contexto. “No agarrar esto

como si fuera mecánico, porque somos responsables de lo que estamos escribiendo”, aseveró.

En la actualidad, María Isabel Sánchez vive en Venezuela en su función como directora

de la Agencia France Press para ese país suramericano; antes cubrió la región

centroamericana, Colombia y Cuba.

Con respecto al Pío Víquez para Sánchez, el jurado consideró que “ha aceptado los

desafíos que ha correspondido vivir a la mujer en el siglo XXI, y es una reportera que ha

demostrado, con su tenacidad y su pluma, que podría ejercer su labor en cualquier parte

del mundo, fiel a su profesión, a sus principios y a sus valores”.

Continúa el fallo: “Docente universitaria e investigadora, por una producción de trabajos

reflexivos y académicos como el que desarrolla actualmente con la investigación

denominada ‘Periodismo en la nueva guerra en Centroamérica: condiciones en las que los

periodistas ejercen su labor en medio de la violencia del crimen organizado’, trabajos con

los que demuestra ir más allá de la labor informativa”.

 

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“Nuestros colegas que cubren el tema del crimen organizado estándesprotegidos, indefensos, incluso por los mismos medios, por las condiciones difíciles de impunidad, de desbordamiento de la violencia, sin mucha preparación, muchas veces mal pagados. Me sorprende”
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Violencia y narcotráfico

La investigación sobre los periodistas centroamericanos que cubren los temas del

narcotráfico y la violencia criminal, comentó Sánchez, tiene por objetivo denunciar lo que

ocurre en la región.

“He visto cómo está visibilizado en Colombia y en México, es decir, hay estudios que

empiezan a ponerle atención sobre las condiciones y los traumas que tiene el periodista

en la cobertura de este tipo de información”, detalló Sánchez.

En Centroamérica, enfatizó la periodista, también es un tema predominante que día a día

abordan los colegas de El Salvador, Honduras y Guatemala, principalmente, así como en

Nicaragua, Costa Rica y Panamá.

“Nuestros colegas que cubren el tema del crimen organizado están desprotegidos,

indefensos, incluso por los mismos medios; por las condiciones difíciles de impunidad, de

desbordamiento de la violencia, sin mucha preparación, muchas veces mal pagados. Me

sorprende”, puntualizó.

Sánchez ha cubierto la región centroamericana, en lugares y realidades como sus

cárceles; por ejemplo, en San Pedro Sula. Cuando se inició en AFP, ejercía la profesión

en San José, se trasladó a Colombia, a Cuba, y finalmente volvió a San José para cubrir

los países centroamericanos.

“Me encontré una Centroamérica distinta. Lamentablemente en unas cosas más

deteriorada, como es la seguridad ciudadana”, detalló Sánchez.

La periodista tuvo que investigar y narrar historias sobre la violencia criminal que afecta a

Guatemala, El Salvador y, particularmente, a Honduras.

En ese periodo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) consideraba a San Pedro

Sula la ciudad más violenta del mundo. “Estuve en la prisión de San Pedro Sula y me

sensibilizó muchísimo el también verme expuesta yo misma a esos riesgos, y eso me

puso pensar”, pues al entrar donde están las maras le dijeron al fotógrafo y al

camarógrafo que la acompañaban que ellos no podían entrar.

Únicamente ingresaron su contacto que era una mujer y ella, recordó Sánchez.

“Me quedé expuesta ahí, y me puse a pensar: qué impresionante lo que una hace por

esta profesión. Quedé a merced”.

Afortunadamente no pasó nada, pero para Sánchez son situaciones que la hicieron

cuestionarse si procedió bien o no al entrar, si el periodismo debería llevarla a tanto;

“cuáles protocolos de seguridad incumplí yo como periodista o qué hice bien para que no

pasara nada. Entonces este tema no es ajeno a mí”.

En Venezuela

 Ahora en ese torbellino político que es Venezuela, Sánchez asegura que la cobertura

periodística es compleja, retadora, desafiante y que le demanda mucha entrega, puesto

que hay que dedicar muchas horas a una situación muy cambiante.

La Premio Pío Víquez relató que pasan muchas cosas: “Hay que estar muy atento, hay

que entender y descifrar cada movimiento que da uno u otro sector –en este caso, el

gobierno y la oposición–, sin perder de vista que la principal materia prima que tenemos

los periodistas es la gente, la sociedad”.

Para ella, es fundamental contar cómo están viviendo los venezolanos esta situación, esta

polarización, de una forma absolutamente respetuosa con la claridad de la

responsabilidad social que tienen los periodistas, que en este momento tiene ella.

Sánchez no duda en decir que las historias debe abordarlas con imparcialidad, con equilibrio y balance de fuentes. “Yo trato de no abandonar nunca los principios y valores éticos del periodismo, eso es lo que te conduce”.

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