Cultura Mariela “Sandía” Montoya:

Llenar la ciudad de colores, que el arte alcance a todos

La joven pintora encuentra potencial de belleza en paredes, edificios y rincones de la capital.

En el Mercado Central de San José se mezclan los olores de las comidas, las frutas y el café recién molido; las voces de vendedores, repartidores y compradores; los colores de los productos en un caos representativo de la ciudad que lo alberga.

Hace una semanas, sobre este desorden hermoso, se pintaron patrones coloridos y geométricos; ahora es imposible ingresar al edificio patrimonial, sin ver hacia arriba.

Una joven artista, acompañada de su equipo de trabajo, se dio a la tarea de aportar color, arte y belleza a un sector del mercado al que nadie había prestado atención antes: las bodegas en la parte alta de los tramos.

Semanas de trabajo nocturno hicieron surgir, entre tablas y latas de zinc, diseños que alegran la vista al ingresar por la entrada sureste, por donde llegan quienes buscan souvenirs o helados de sorbetera.

Mariela Montoya –conocida como “Sandía”–, artista visual, muralista y diseñadora gráfica, es la responsable de esta obra y del proyecto que está por comenzar: un mural representativo de las actividades del mercado en las puertas de la misma entrada.

La pintora comentó que siempre ha tenido la inquietud de sacar el arte de los espacios cerrados y tomar con él las calles, los edificios, los lugares por los que transitamos que, especialmente en San José, son grises y feos. Entonces, comenzó a trabajar proyectos de mural en mosaico y pintura.

Montoya, por ejemplo, diseñó una obra monumental que se ubica en la Plaza de Bienvenida del Parque de Diversiones; este trabajo llamó la atención de la empresa MASECA, que la contactó para una labor de embellecimiento e intervención artística en el edificio capitalino.

De esta forma, a fines del año pasado, comenzó a gestarse el proyecto que hoy alegra a visitantes y trameros del Mercado Central. Tras realizar el diseño, gestionar materiales y equipo para la ejecución, comenzaron las labores de pintura de las bodegas, que se desarrollaron durante noches, madrugadas y domingos, pues solamente a esa hora se puede trabajar en un lugar tan concurrido.

“Al principio, los dueños de los tramos no estaban muy convencidos. Como no se pintaba todo de una sola vez, sino que tomó mucho tiempo, tenían dudas y se preocupaban; pero desde que está todo terminado, están muy contentos y hasta dicen que atrae clientes”, contó Sandía.

“Los colores le dan otra imagen al Mercado, se ve colorido y atractivo, la gente lo ve desde la puerta, sonríe y lo comenta. Me encantaría que todo el Mercado estuviera pintado así”, opinó Mauricio Osorio, del Bazar La Bendición.

Luz Marina Matarrita, del tramo Rivera y Guevara, coincidió: “Es muy lindo y a la gente le gusta mucho. Da alegría a la gente que entra al Mercado, vuelven a ver hacia arriba todo el tiempo”.

A raíz de los buenos comentarios que el trabajo ha generado, la artista ha sido contactada para planificar proyectos en otros espacios del Mercado. Así como el embellecimiento del espacio convenció a los trameros, Mariela espera que más instituciones, empresas y personas reconozcan la importancia de sacar el arte de los espacios cerrados y llevarlo a la calle para que sea para todos.

Para ella, San José, en términos generales, es feo, “pero tiene mucho potencial para embellecerse”. En las paredes grises imagina murales coloridos que recuperen la memoria histórica del país, o que –al menos, dice– utilicen el arte para promocionar productos. En las cortinas metálicas herrumbradas sueña con intervenciones artísticas que hagan de las calles, galerías nocturnas.

Desmitificar el arte en espacios públicos y motivar más intervenciones coloridas en espacios abiertos es uno de los objetivos que guían la carrera de esta joven artista.

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