Adoptando la filosofía de que todo lo bueno se pega, el próximo 21 de abril el Farolito-Centro Cultural de España será sede de un nuevo espacio destinado a los espectadores; un lugar para que tanto público como artistas dialoguen e intercambien opiniones. Esta escuela es un proyecto que busca generar herramientas para fortalecer el análisis de un público curioso e interesado en disciplinas como el teatro, la danza, las artes visuales y la música.
El encuentro se llevará a cabo la tercera semana de cada mes, las sesiones son aproximadamente de 90 minutos y la entrada es gratuita. Sin embargo, dentro de los pocos requisites, se solicita haber asistido a la presentación que se analizará y tener un compromiso de asistencia.
Para el viernes 21 se analizará la obra La pasión según Magdalena, que se presentó en la Casona Iluminada, y cuyo texto, de Eduardo Zúñiga, estuvo bajo la dirección de Ronald Villar y la actuación de Roxana Campos.
La Escuela de Espectadores es una gestión del Centro Cultural de España (CCE) que se interesó por el espacio que viene replicando el argentino Jorge Dubatti, investigador y teórico teatral. Dubatti inició este espacio en Buenos Aires y se ha expandido por lugares como México, Lima, La Paz, Medellín, Cali, Montevideo, Porto Alegre, San Pablo, Barcelona, Madrid y Maracay. Ahora, encuentra en Costa Rica un país idóneo por ser uno de los lugares en latinoamérica con una variada riqueza cultural.
La idea surgió a raíz de una visita que hizo Dubatti al Encuentro Nacional de Teatro en el 2016. La metodología que utiliza interesó a varios gestores del CCE y a trabajadores del teatro, además la iniciativa encajaba dentro de una de las cuatro líneas estratégicas de la institución, la de “Mediación de las prácticas culturales contemporáneas”.
Para el director del Centro Cultural de España, Salvador Vayá, esta escuela en nuestro país tendrá un giro innovador, ya que se decidió ir más allá, y en esta ocasión el espacio no se dedicará solo al análisis de obras teatrales, sino que será multidisciplinario.
“En Argentina hay una oferta cultural muy grande de solo teatro que no es la misma de acá, por eso se pensó en cubrir varias disciplinas”, comentó Vayá.
Cada sesión contará con un mediador entre el público y los artistas, en esta ocasión la sesión la modulara Tobías Ovares, coordinador de la Escuela de Espectadores y crítico de teatro. Ovares ofrecerá temas puntuales como eje de las conversaciones.
Como parte del equipo de gestores también se cuenta con la participación de Sylvia Sossa en el área de danza, Rodolfo “Fo” León en la parte de música y María José Guevara en artes visuales. Este equipo de profesionales sumarán sus conocimientos para seleccionar muestras que sean representativas en las distintas disciplinas.
Primera etapa
Es un proyecto en proceso, único y variado por su condición multidisciplinar. Hay una noción de juego con la prueba y el error, con el objetivo claro de ir aprendiendo en el proceso. La experiencia que tienen hasta el momento la ha ido transmitiendo Dubatti durante su aprendizaje de años liderando las escuelas en los distintos países. En esta primera etapa ese conocimiento los irá guiando para entender cómo trabajarán las distintas disciplinas.
“Va a ser variado desde los intérpretes hasta distintos públicos, ya sea de colegio, público que nos sigue, comunicadores, hasta la señora del barrio o la persona que viene saliendo de su trabajo”, expresó Salvador.
Otro de los retos que buscan es el de poder trabajar con públicos nuevos y que puedan vivenciar un espacio de análisis y de crítica de las artes que tal vez antes no conocían. El enfoque apunta hacia un espacio diseñado para fortalecer esas herramientas, y que a la vez las personas disfruten y conozcan más de cerca el proceso de montaje o concierto al que asistieron. “Muchas veces se pierde esa mediación, la gente va a un concierto o a una obra y ya, se acabó, no tienen la posibilidad de interactuar con los artistas”, señaló Vayá.
La Escuela permitirá que todos expresen sus comentarios y dialoguen, en los asientos habrá desde espectadores conocedores del tema, hasta aquellos que tal vez asisten por primera vez a una presentación y que tendrán la oportunidad de dar sus impresiones.
Sin embargo, aunque la Escuela apunta a los espectadores, es rescatable reconocer que la retroalimentación también la recibirá el creativo. Este espacio le permitirá conocer las distintas opiniones que antes solo obtenía de algunos conocidos o de profesionales de su mismo gremio.
Por otro lado, no descartan el tema de la interacción con el público mediante las tecnologías; al conocer que una parte importante de su público son jóvenes que se mueven por redes sociales, ya esto los ha llevado a experimentar el uso de formatos como el de la transmisión en vivo o streaming, implementado en algunos conciertos. Esto les permitió multiplicar el público que consumió sus presentaciones.
Salvador subraya la importancia de encontrarse con públicos diversos, con diversidad de intereses, opiniones y diferentes niveles de conocimiento; esto a la vez es un reto para el propio moderador.
Educar al espectador es un ideal que busca toda sociedad comprometida con la cultura de su país. El Centro Cultural de España, paralelo a este espacio, celebrará también su 25 aniversario. Esta es precisamente una institución con la mística de promover valores de respeto y la escucha del otro en cuanto al trabajo artístico. La institución ha sido la vitrina de una gran cantidad de artistas nacionales e internacionales, siempre como un punto de encuentro en la vida cultural del Gran Área Metropolitana.
Sin embargo, una de las proyecciones, tanto con la Escuela de Espectadores como con sus otros proyectos, es descentralizar las actividades y generar alianzas con otras instituciones. Esto debido a que no todas las personas pueden ir al Farolito, como se le conoce popularmente, en ciertos horarios, además de las presas características de la ciudad.
El trabajo que realiza la institución es integral, no solo en su planificación anual y en el fortalecimiento de los derechos humanos, sino también en la constante iniciativa de generar espacios que, como la Escuela de Espectadores, ofrecen un intercambio social y cultural necesario para enriquecer la forma de interpretar las diversas manifestaciones artísticas en nuestro país.
