Cultura Entrevista

La danza de Jeanguy Saintus como acto de fe y resistencia

El coreógrafo, bailarín y maestro haitiano Jeanguy Saintus participa en el Festival Paréntesis de Danza Universitaria, para compartir la rica expresión de su baile que fusiona la cultura caribeña y la vida contemporánea de su país.

Nació bailando, pero ¿por qué baila? “Bailar es una nesesidad. Lo unico que me mantiene conectado con este mundo”, dice el haitiano Jeanguy Saintus (Puerto Príncipe, 1964), invitado especial del Festival Paréntesis 2024 que organiza y presenta Danza Universitaria hasta el 23 de marzo, en diversas sedes de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Luego de terminar el lunes 18 de marzo por la tarde una clase con bailarines profesionales en el marco del festival, el coreógrafo, bailarín y educador Saintus afirmó que siempre he sentido el deseo de estar cerca de su danza, de su cultura. 

La conversación con el artista se desarrolló al cabo de dos horas de montaje de una coreografía que los bailarines de Danza U y otros independientes, interpretaron con música basada en cantos tradicionales haitanos de mujeres.  

La obra armoniosa y con fuerza ancestral, se fue armando fluidamente, en un constante ir y venir de movimientos, conteos hasta el número 8 e indicaciones con pocas palabras y gestos de Saintus. Su presencia en el estudio se distinguía por su altura, delgadez, y un sonido peculiar de un collar de Burkina Faso que pende en su pecho.

La clase es una más de una programación con actividades variadas, que Paréntesis ofrece a las poblaciones universitarias, estudiantes y profesionales de la danza y público en general.

En el evento se agenda talleres, conversatorios, presentaciones de grupos comunales, institucionales, estudiantiles, y de artistas y grupos independientes; también hay proyecciones de una selección de videodanzas. 

Las sesiones artísticas serán los días 20, 21 y 22 de marzo a partir de las 5 p. m. en el Aula Magna de la UCR. 

A las 6 p.m. el miércoles 20 de marzo en el Aula Magna, Saintus presenta la obra ReSist; además, el jueves 21 de marzo a las 3 pm en el Auditorio Plaza de la Autonomía de la UCR participa en el conversatorio Haití, Danza sagradas/Ayikodans: ¿Acto de fe o resistencia?, coordinado con la Cátedra de Estudios de África y el Caribe y la Facultad de Ciencias Sociales.

Por último, el viernes 22 de marzo a las 3 pm en Promenade, Saintus ofrecerá un taller de técnica haitiana abierto al público .

En relación con el maestro haitiano, para la directora de Danza U, Hazel González, “ha sido un gusto conocer, vivir y experimentar desde la danza esas convicciones artísticas contagiosas, profundas, complejas y tan vitales”. 

Reflexionar en torno a las condiciones en que Saintus crea y desarrolla su proyecto de vida, ha sido muy relevante para González: “Ponerse en el lugar de un artista como él que a pesar de todo sigue generando conexión y espacios colaborativos para los jóvenes de su país, realmente es admirable”.

En ese sentido, continúa González, el Festival Paréntesis trata de poner el foco no en quien lo tiene, sino en esas personas que están haciendo actos de resistencia.  “Esas personas que todos los días se levantan a pensar cómo mejorar, cómo crear y defender espacios artísticos”, expresó. 

Saintus es ejemplo de un acto de fe, de una resistencia que lo impulsó, desde sus 16 años, a crear danza en Haití en condiciones poco favorables, y sostener la Cie Ayikodans, un grupo que ha madurado a lo largo de más 20 años, con un programa de formación e investigación. 

“Al investigar y producir una nueva actuación cada año, Saintus supera continuamente los límites de la danza moderna. En su obra se pueden encontrar actuaciones folclóricas, improvisación libre, cultura religiosa vudú y variadas influencias africanas, indias, indígenas y francesas”, reza el comunicado de prensa distribuido por el Festival Paréntesis.

Con la intención de conocer al maestro haitiano, este semanario sostuvo un diálogo con el artista, en el que repasó su vida, y gentilmente respondió preguntas sobre su misión, su arte y Haití, país amado.    

Foto: Antoine Tempé

¿Por qué crea la danza (haitiana)?

-En una escuela de baile hice las obras clásicas que hacían todos los años, pero siempre había sentido esta cosa que me faltaba. Creciendo y leyendo sobre la danza y la cultura en general vi que tenía también cosas que contar, entonces puse más interés en nuestra cultura y así me vino la inspiración de dedicar una coreografía, una creación, a mi mamá que se llama Bal des Gedés ( El bal de los Gedeses). Todos los viernes iba al cementerio a la tumba de mi mamá a hablar con ella. Leyendo la Biblia, así por casualidad -es que soy fanático de la lectura de la Biblia- descubrí en Eclesiástés 4, versículo 2: “He encontrado los muertos que ya están muertos más felices que los vivos”. Entonces creé dos personajes: una chica que se llama Gedelie Lakwa que se enamoró de Ti Baron Lakwa, y va del mundo de los vivos a la fratería de los muertos. De ahí seguí haciendo trabajos como Cri des Nago ( El grito de los Nago). El ballet clásico tiene obras muy bellas como Giselle, y nosotros tenemos cosas que contar también. Mi danza la llamo haitiana contemporánea. A partir de ahí nunca paré, a pesar de todo. 

¿A pesar de todo qué significa?

-Significa que todos los días cuando vives en Haití y te despiertas no sabes si mañana vas a seguir vivo. Tengo más de 35 años con una escuela y una compañía y hemos viajado mucho, me dieron el premio Prince Claus en el 2008. Nos han dado reconocimientos y hemos hecho giras internacionales. Sin embargo, hoy es lunes y tú no sabes si mañana  martes tu compañía seguirá porque no hay ningún apoyo ni del Estado ni del sector privado. El sector privado apoya un espectáculo, pero un espectáculo no mantiene una compañía. Nada más hay una fundación en Haití que apoya el trabajo que hacemos. Es por eso que digo que a pesar de todo… Al ver los problemas políticos y económicos en Haití, estamos pasando un tiempo horrible. Estoy aquí y no sé si mañana estaré o si perderé mi escuela, mi casa, amigos y familia, porque estamos pasando por un momento de crisis.

…crisis… ¿Cómo logra salir adelante -además de gracias a su voluntad y la de su compañía-?

-Cuando el país está más tranquilo tenemos una escuela y una compañía, y en la escuela hay estudiantes con quienes tengo un proyecto que se llama Bailar descalzo, que no pagan. Además tengo la compañía que paga una especie de donación para permitir que los chicos y chicas (de Bailar descalzo) bailen y que me ayuda a pagar la renta. Pero cuando el país va mal -casi siempre va mal-, no sabes hasta cuándo puedes aguantar. Cuando la compañía sale de gira haces un dinerito pero tienes que pagar vestuarios y el montaje y entonces sí tienes esta sensación de ¿por qué hago esto?  Por ejemplo, estoy trabajando para un proyecto en París, Francia, y hay una posibilidad de hacer una audición y viajar con los bailarines, para trabajar como lo estamos haciendo acá. Dar clases sería más fácil que fajarse para trabajar en Haití. Por eso a veces digo que tengo una misión. Es difícil explicar este contraste: ¿Por qué quieres estar en un sitio donde tú puedes morir en cualquier momento, pueden entrar en tu casa, quemarla, matarte y no pasa nada? Yo no sé hasta dónde puedo aguantar.

¿Cuál es esa misión que siente ineludible?

-Hablan mucho del sueño americano, del dorado y me digo ¿por qué no puedo crear el dorado en Haití para los bailarines, los artistas, los percusionistas que trabajan conmigo? ¿Por qué no puedo crear este sueño haitiano en mi lugar? Tenemos tantas cosas que decir y compartir con el mundo. Quizás es por eso que aguanto. Pero no sé hasta cuándo puedo aguantar.

Sin embargo sigue adelante… Hoy hizo una clase, un montaje de una coreografía, en cuestión de dos horas. Usted le dijo a los bailarines que no viene con una idea preconcebida. ¿Es así?

-En el momento, la inspiración viene con los cuerpos que tengo conmigo en el salón; esta mañana hice una clase lindísima con los estudiantes y ahora esta clase tan bella también con los bailarines. Anoche me dijeron que el lunes no habría percusión, no hay problema, siempre traigo mi música. Como bailarín y coreógrafo trabajé en una danza, con la música que entró de una vez en los cuerpos de los bailarines, eso nos une, este arte, esta cultura.

Es impresionante la capacidad que tienen los bailarines para recibir y tejer con usted.

-En Inglaterra con el montaje de La consagración de la primavera fue lo mismo. Cuando vinieron los patrocinadores para ver cómo iba el trabajo, la primera parte estaba hecha y estaban sorprendidos de mi modo de trabajar. Por eso digo cuando hablo de misión, hablo de la  inspiración que me viene; por ejemplo, cuando fui a París me llevaron a ver el sitio donde iba a trabajar y de inmediato supe lo que quería hacer.

¿Cómo percibió a los bailarines?

-Mucha buena vibración, eso también te ayuda. A veces tú quieres hacer algo, pero puedes tener una energía mala en la sala. Tú puedes tener una persona que te hace preguntas de porqué la mano así, o la pierna así y así no puedes trabajar. Había buena energía  en el salón y yo hubiera podido seguir con ellos toda la noche.

Porque fluye.

-Sí, cuando uno de los bailarines hizo el fuera de balance, eso me llevó (a incorporarlo en la coreografía). En una masterclass en Arizona, un muchacho que hace teatro tomó la clase. No hacía danza e hizo un mal movimiento, pero traía una belleza increíble y le pedí a la persona que me invitó que el muchacho estuviera en la coreografía.

Jeanguy, vi algunos videos de sus obras. ¿La cultura sincrética o la hibridez dentro en su danza es propia de Haití porque es un lugar donde confluyen distintas culturas como la taína, la francesa, la española, la afrodescendiente? Veo eso en sus propuestas.

-Sí, soy vudista practicante. Mucha gente habla de diversidad, pero a veces no son muy abiertos a recibir lo que en Haití recibimos. Todo eso lo vas a encontrar en un bailarín haitiano, que es un tremendo bailarín de talla internacional. Tuve que encontrar un bailarín que tiene formación clásica junto a todo lo que nos quedó en la tierra y en el cuerpo, esta colonización de diferentes culturas: la francesa, la española. Hemos guardado todo eso sin saber dónde y especialmente los artistas vamos sacándolo.

Foto: Antoine Tempé 

¿Es muy importante la música para usted?

-Sí…

En algunas obras también hay música en vivo. La música de la coreografía que montó esta tarde es de mujeres cantando ¿como en un ritual?

-Los cantos son tradicionales y los trabajo a mi manera, porque si tú intentas hacer exactamente lo que hacen en la ceremonia, tú te pierdes, porque la ceremonia y todo lo ritual puede durar semanas y meses, y la gente que canta casi siempre son iniciados, entonces cuando cantan saben lo que dicen y saben con qué divinidad está hablando. Cuando tú pones un cantante en el escenario, el público no tiene que estar iniciado, tú estás hablando con un público abierto, por eso estamos hablando de la universalidad que nos está dando. Esta canción la están cantando en creole y mira lo que hicieron los bailarines. A veces hago mis danzas sobre la base, que tocan para poner más belleza y más riqueza en la música.  A veces decido que la música haga pim pum pum pum pum o que la base hace algo un poco loco. Decido el trabajo sobre el respeto que tengo por las divinidades, sus espíritus que están en el modo de vida vudú.

Es una cosmovisión…

-Hablando de religión hay gente que piensa que solamente es una mezcla que quiere ser católica; pero no no, es una manera de vivir, lo que yo hago en la mañana, la energía cuando yo entro en el salón con bailarines, o cuando Jeanguy no hace un círculo en el salón no va a trabajar, o la energía que saco cuando camino en el estudio.

Para cerrar, ¿cómo vive la situación en Haití?

-Veíamos venir algo terrible. El presidente que mataron no fue tan bueno. En la cultura universal la gente lo quiere poner como bueno, pero traía a mercenarios para combatir las manifestaciones. Pusieron al primer ministro que tiene 30 meses haciendo nada, cobrando dinero, creando manifestaciones para gastar dinero, haciendo un carnaval a donde nadie puede ir. ¿Hasta cuándo vamos a aguantar? Las pandillas tomaron más fuerza, porque para estar en el poder pagaban a las pandillas, y ahora se dieron cuenta que tienen más poder, armas más sofisticadas que la policía y que volvieron las armas contra el gobierno. Ahora las pandillas quieren la presidencia y el puesto de primer ministro. No sé lo que va a pasar. Quizás me equivoco, pero creo que a la comunidad internacional no le importa. Quizás nos hacen pagar por la historia, por lo que hicimos en 1804 con la independencia. Nuestros ancestros lucharon por nuestra libertad y quieren probar que fue un error de parte de nosotros.

Danza Saintus

La experimentación de Jeanguy Saintus ha desarrollado significativamente la danza caribeña, arraigándola en la experiencia histórica de la región, mientras explora temas como la experiencia de las personas que mueren de SIDA, el largo viaje hacia la libertad y las tensiones entre las fuerzas ancestrales y los rituales   contemporáneos.

Su trayectoria representa un acto heroico en un país azotado constantemente por luchas políticas internas, la pobreza extrema, los desastres naturales, y múltiples flagelos como el narcotráfico y la trata de personas, entre otros. En este panorama, el maestro Jeanguy Saintus ha trabajado para ampliar las posibilidades locales, organizando un taller anual para jóvenes talentosos que no pueden pagar la matrícula, organiza intercambios culturales, e invita a artistas. Además, enseña y trabaja a nivel internacional en los Países Bajos, Japón, Cuba, Guadalupe, Martinica, República Dominicana, Guyana Francesa, Canadá, Jamaica y Estados Unidos.

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