Dualidades en movimiento, entre la vida y la muerte

En una de las coreografías del espectáculo Leben de Danza Abend, el personaje de la muerte no quiere llevarse a una niña al no considerarlo natural; en otra, dos mujeres –que podrían ser dos hermanas o dos amigas–, no solo tienen sentimientos positivos la una hacia la otra, sino que la envidia se manifiesta entre ellas.

Así, la vida con sus contradicciones se pone en escena en la propuesta Leben (vida, en alemán) de Danza Abend, agrupación dirigida por Gabriela Dörries Gigirey y que se presenta en el Teatro de la Danza ubicado en el Centro Nacional de la Cultura (Cenac), los días 4, 5 y 6 de mayo.

Tras 35 años de estar creando a partir del lenguaje dancístico, primero bajo el liderazgo de la fundamental y querida coreógrafa y bailarina ya fallecida Cristina Gigirey, y luego con la guía de su hija Gabriela Dörries Gigirey, Danza Abend vuelve al escenario con seis estrenos coreográficos y un reestreno.

En coproducción con la Compañía Nacional de Danza (CND), el programa de la temporada está compuesto por las obras Una noche con Hestia, de Gabriela Peña; Eien, Lacrimosa y Baby Jane de Gabriela Dörries; Sol-Edad, de Mauricio Matamoros; Eternamente lejos, de Vladimir Rocha G; y Diatriba, esta última del repertorio de Abend y cuya autoría es de Dörries.

“Nunca había tenido el reto de hacer un espectáculo de estrenos porque incluso la obra que se reestrena, que es Diatriba, de mi autoría, que se estrenó en el 2015, se ha bailado pocas veces”, expresó Dörries.

De acuerdo con la directora de Danza Abend, el proceso del montaje ha sido diferente a otros pues cada coreógrafo comenzó desde cero la creación de su obra con la búsqueda del guion musical y de movimiento, que luego, al reunirlas, se percataron de que tenían un hilo conductor: la vida.

De este modo, “todas las coreografías son momentos que hemos vivido, o que alguien cercano a nosotros ha vivido o le va a tocar vivir”, prosiguió Dörries, para quien el grupo se ha consolidado aún más ante este nuevo reto.

“Mi mamá estaría muy orgullosa de ver que los alumnos están tomando esta decisión de tomar nuevos caminos”, confesó Dörries. “Si hubiera estado aquí nos hubiera dicho que ya era hora que hiciéramos coreografías y que hiciéramos un solo espectáculo, porque las obras que hacíamos eran por aparte, para un festival o parte de otro espectáculo”.

Con un elenco de bailarines que abarcan edades entre los 15 y los 40 años, el grupo mantiene el legado de Cristina Gigirey, pero toman un nuevo rumbo, a partir de una línea de movimiento aprendida de la fundadora de Abend, ya que “tuvimos a la misma maestra”, dijo Dörries.

Esa línea se caracteriza por movimientos de danza contemporánea con acento teatral; sin  embargo, las propuestas se distancian del estilo de Cristina Gigirey al usar elementos escenográficos, ya que la maestra tan solo utilizó una cama en una de sus obras.  “Estamos usando menaje de casa, pues ocupo un camión para llevarme todo el chunchero”, detalló Dörires.

Leben es dedicado a la también fundadora de Danza Abend, Lilliana Cerna, quien fuera colega de Cristina Gigirye en la Escuela de Danza de la Universidad Nacional. A la vez, Dörries señaló que el espectáculo le rinde homenaje a la bailarina y coreógrafa mexicana Cora Flores, quien fue invitada a presenciar una de las funciones.

“Uno no tiene que olvidar la gente que siempre estuvo presente en Danza Abend, porque son pilares fundamentales. Son la razón de que sigamos”, puntualizó Dörries, al referirse al apoyo amoroso e irrestricto de esas figuras a la agrupación.