Sin papeles o con papeles falsos, en camiones, en botes, en trenes o a pie, al lado de extraños y con la imagen de sus familias en mente, con miedos e ilusiones que mueven sus piecitos. Todos los días, miles de pequeños cruzan fronteras en todo el mundo, huyendo del miedo, o el hambre, o persiguiendo un futuro mejor.
En condiciones similares, durante 2014, al menos 70.000 niños, niñas y adolescentes fueron interceptados cruzando la frontera sur de los Estados Unidos de América. Muchos fueron maltratados o abusados, antes de irse, otros en el trayecto, algunos por las mismas autoridades que los detuvieron.
Sus historias, sus vivencias y sueños convertidos en cuentos e ilustraciones son ahora herramientas para luchar por mejores pasajes para otros niños y están compilados en el libro Caminos de luces y sombras, publicado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Migrar siempre es difícil, más para los niños, aun más si se hace ilegalmente. Miedo y vulnerabilidad, violencia y explotación, son las situaciones a las que la sociedad expone a los migrantes menores. Sensibilizar y hacer conciencia sobre estas realidades es el objetivo de la OIM.
El libro, que se presentó al público el 4 de agosto, compila 17 cuentos construidos a partir de experiencias reales de personas menores que, en su intento por llegar a los Estados Unidos, fueron víctimas de toda serie de discriminaciones y violaciones de sus derechos.
De acuerdo con el director de misión de OIM Costa Rica, Roeland de Wilde, a pesar del abuso, la explotación y la falta de humanidad con la que estos pequeños toparon, sus historias también inspiran a fortalecer la defensa de los derechos humanos en el con población migrante en condición de vulnerabilidad.
Alexandra Bonnie, coordinadora del Programa Mesoamérica de la OIM, coincidió en que el mensaje más importante detrás de estas historias es reconocer la vivencia humana detrás de cada estadística, de modo que se protejan los derechos de las personas, sobre todo de los menores de edad.
Ana Elena Chacón, vicepresidenta de la República, reflexionó durante el acto de presentación en torno a las mejoras posibles del trato a los migrantes en Costa Rica. “Este libro no es ciencia ficción, no es una novela, son realidades nefastas. Las migraciones no van a parar y no podemos construir más muros. Lo que podemos hacer es construir mejores historias”, dijo.
Por su parte, las artistas tras el libro, Ruth Angulo y Ani Brenes, coincidieron en que la experiencia de transformar reportes policiales oficiales en cuentos e ilustraciones fue transformadora y esperan que sea recibida de la misma forma por las personas que lean el texto.
“Estas son historias de pequeños en busca de una felicidad incierta, nacidos en un mundo que no merecen, que los ha decepcionado, un mundo que nosotros, los aquí presente, les hemos construido”, afirmó Ruth Angulo.
La artista, que además dijo querer “dibujar escaleras, ventanas, puertas, salidas para estos pequeñitos”, comentó que desea que sus imágenes, junto a los poderosos textos de Ani Pérez, sirvan para transformar a las personas que tengan contacto con ellas.