Cultura

Comité busca rescatar el arte cinematográfico en 35 milímetros

Rescatar el cine analógico fotoquímico en contraposición a la “dictadura de Hollywood” es la razón de ser del Comité Costarricense de Defensa del Arte

Rescatar el cine analógico fotoquímico en contraposición a la “dictadura de Hollywood” es la razón de ser del Comité Costarricense de Defensa del Arte Cinematográfico en 35 milímetros.
Recientemente fundado por el profesor de cultura cinematográfica, Daniel Marranghello, junto a Igmar Miller, el comité pretende ganar adeptos que defiendan el uso de la cinta de celuloide en la producción y proyección de películas. Su consigna es proponer ante el Ministerio de Cultura la creación de al menos una sala en Costa Rica donde se proyecten filmes en 35 milímetros, así como establecer una colección de 100 clásicos del cine en el formato analógico.
De la misma forma, el comité procura que se declare el cine analógico como un medio audiovisual distinto a los digitales y que el ministerio establezca relaciones con la compañía de equipo fotográfico Kodak para el suministro de película fotoquímica y el apoyo para realizar un largometraje costarricense en 35 milímetros al año.
Fernando Rodríguez, director general del Centro Costarricense de Producción Cinematográfica (órgano adscrito al Ministerio de Cultura), afirmó que estas propuestas son bien recibidas en la institución, sin embargo, no son fáciles de ejecutar al ser un método que encarece los costos de producción.
“Estas iniciativas no deben partir solo de una obligación para producir y reproducir en 35 milímetros, también deben introducirse fórmulas de estímulo y compensación de pérdidas que desde el Centro de Cine estamos siempre gustosos y abiertos para analizar”, declaró Rodríguez.
Rodríguez destacó también la construcción en proceso de la Cinemateca Nacional, que albergará tres salas, con una que contará con proyector de 35 milímetros.
No obstante, la Cinemateca no es suficiente para Marranghello, pues su propuesta es que la modalidad analógica se presente en al menos una sala comercial, y no solo en instalaciones del Centro de Cine.
Según Luis Carcheri, vocero de la Cámara de Distribuidores y Exhibidores Cinematográficos de Costa Rica (Cadec), la existencia de un cine que proyecte en analógico es una posibilidad abierta, pero aclaró que la empresa que lo ejecute se enfrentaría al reto de abastecerse de cintas fotoquímicas en un momento en el que las productoras están minimizando su elaboración.
Además, Carcheri indicó que la sala tendría la problemática de que la película analógica se deteriora con el paso del tiempo, caso contrario con el formato digital. “Desde la primera función hasta la última, la calidad es la misma”, dijo Carcheri.
Argumentos a favor
Contrastes más fuertes y mayor diversidad cromática son algunas de las razones que defienden Daniel Marranghello y diferentes instituciones internacionales para preservar las cintas de celuloide.
“La resolución de la imagen cinematográfica es de una gran riqueza. Tomarían 12 millones de píxeles lograr que una imagen digital parezca ser similar a una imagen de cine en 35 milímetros”, explicó Marranghello.
A diferencia del cine digital, el analógico implica gastos mayores, lo que ha llevado a la industria cinematográfica a disminuir considerablemente la producción y distribución en este formato. Empero, Marranghello considera que es incorrecto denominar “cine” a la filmación digital.
“El cine solamente puede ser analógico y fotoquímico, porque así es la naturaleza de este medio desde su invención en 1895”, afirmó.
A nivel internacional, numerosos miembros de la industria se han unido para formar el grupo Save Film Organization, con un objetivo similar al de la agrupación costarricense. Save Film cuenta con el apoyo de pretigiosos directores como Steven Spielberg y Martin Scorsese y actores como Keanu Reeves y Cate Blanchett.
Asimismo, reconocidos largometrajes estrenados recientemente fueron filmados en formato analógico, entre los que sobresalen Star Wars: The Force Awakens de J.J. Abrams; Suicide Squad, de David Ayer; y The Hateful Eight, de Quentin Tarantino, quien en el Festival de Cannes del 2014 declaró que la proyección digital era “la muerte del cine”.

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