Cultura Entrevista a Wendy Chinchilla, actriz de Clara Sola

“Clara tiene una sabiduría especial, una conexión con la naturaleza”

Wendy Chinchilla es la actriz debutante que interpreta a la protagonista de Clara Sola, largometraje en cartelera en cines nacionales. Este semanario conversó con ella sobre su trabajo artístico para la película.

“Clara baila, lo que pasa es que es una danza superinterna. Es una danza de sus gestos, de su cuerpo, todo el tiempo”.

En pocas palabras, así es como Wendy Chinchilla describe su interpretación del personaje protagonista del largometraje Clara Sola, ópera prima de la sueco costarricense Nathalie Álvarez que está en cartelera en cines nacionales desde el jueves 11 de noviembre.

Para que la película continúe proyectándose, el público debe acudir a las salas, y en consecuencia los empresarios de cine tomarán la decisión de seguir con las funciones.

Es decir, mañana jueves 18 de noviembre se sabrá si en los próximos días las personas podrán apreciar esta película costarricense, que en múltiples festivales ha sido merecedora de distintos premios, entre ellos, el de Mejor Actriz.

Por el momento, hasta hoy miércoles 17 de noviembre el filme se proyecta en Cinépolis, Cinemark, Nova y Cine Magaly, para después ser estrenada en cines de Suecia, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Brasil, Suiza, Australia, Nueva Zelanda y Turquía.

“…Espero que lo que sucede ahí atraviese a la gente, es decir, que no sea algo que la gente cuando sale del cine y se toma una cerveza se le olvide, sino que realmente la mueva esta historia de liberación no solamente femenina, sino de todas las personas que son diferentes, las apartamos por diferentes y les damos roles discriminados por sus diferencias”, Wendy Chinchilla.

Algunos galardones obtenidos son de los festivales de Lima (Mejor Película, Mejor Actriz, Mejor Cinematografía), Película 6 (Mejor Película), Reyjavik (Mejor Película del Jurado Joven y Mención Especial de Nuevas Visiones) y Nashville (Mejor Película de “New Directors”).

En el país ha sido un suceso, en especial la actuación de Chinchilla, a juzgar por los comentarios, reseñas y reacciones de críticos especializados y espectadores, y que han sido posteadas en redes sociales.

Chinchilla es actriz cinematográfica debutante, sin embargo, tiene una amplia y prolífica experiencia en los escenarios dancísticos, siendo reconocida con varios premios por su calidad de movimiento e interpretación.

Esa cualidad expresiva se pone de manifiesto de manera cautivante y orgánica en el personaje de Clara Sola, una mujer madura, con una raigambre poderosa con la naturaleza, que se libera de la dominación patriarcal para ser Sola.

¿Aparte de lo concreto de un premio, qué devolución recibís por tus cualidades actorales?

—En las consideraciones del premio brasileño (Mostra Internacional de Cinema de Sao Paulo a Mejor Actriz) decía por la capacidad de interpretar las características neurológicas del personaje… aunque en la película nunca se menciona ninguna condición neurológica de Clara. También sobre la capacidad de expresar sin palabras. El jurado del premio del Festival de Cine de Lima resaltó la cualidad física, la capacidad del cuerpo de ir más allá de la palabra. Eso es lo que yo he notado que a la gente le impresiona, la cuestión gestual y no verbal, porque la cámara siempre está cerca de la cara y hay una comunicación muy potente con la mirada y los gestos que son mínimos pero que expresan sentimientos directos y claros.

La película muestra cómo la sociedad es tremendamente abusiva con las mujeres en todo sentido, incluso el personaje de la mamá de Clara. Sin embargo, hay una comprensión compasiva hacia ellas, herederas y víctimas del sistema patriarcal. A lo largo de la película se ve esta violencia y la transformación sutil de Clara; el público la va acompañando en ese viaje hasta que hace catarsis con ella, que se transforma, se libera.

—Ayer me estaban preguntando en un podcast qué esperaba yo que pasara con la gente que ve la película y nunca me lo había preguntado. Creo que es lo mismo que espero cuando bailo, cuando estoy en escena; espero que lo que sucede ahí atraviese a la gente, es decir, que no sea algo que la gente cuando sale del cine y se toma una cerveza se le olvide, sino que realmente la mueva esta historia de liberación no solamente femenina, sino de todas las personas que son diferentes, las apartamos por diferentes y les damos roles discriminados por sus diferencias.

Clara es una fuerza de la naturaleza y, a la vez, una mujer cándida. Está conectada con su propio cuerpo y con el entorno. Ella sabe quién es ella aunque también se va descubriendo. No es analfabeta de sí misma, conoce sus poderes pero siempre en un registro sutil.

—Yo también lo siento así, a pesar de que no es algo que se hizo explícito de manera verbal ni el guión. Ella tiene una sabiduría especial, una conexión con la naturaleza, con los animales, la tierra, y ella sabe que eso es algo y que de eso se beneficia la familia, y aunque no le gusta se dispone a hacerlo, porque sus familiares le tienen amor y ella a ellos.

Película Clara Sola, dirigida por Nathalie Álvarez

¿Cómo vivís vos como actriz la evolución del personaje?

—La llegada del personaje del chico es algo que la cambia absolutamente; ella empieza a empoderarse y a descubrir más todavía su potencia cuando empieza la relación de cortejo entre él y su sobrina. Siento que esta presencia de él es lo que da inicio al proceso de liberación, de su despertar y de ese deseo de ser autónoma.

La sexualidad en ella es también una fuerza importantísima y el muchacho es un elemento detonante, pero ese deseo de autoreconocimiento ya existía. En relación con la sexualidad, me imagino que es exponerte vos como actriz y como mujer. ¿Cómo trabajaste esa parte?

—Todo lo trabajamos con imágenes físicas. Nathalie es mimo y tomó clases de teatro, entonces para ella el lenguaje escénico es físico. Para mí no es algo desconocido tener un orgasmo y por tener una relación con mi cuerpo tan cotidiana puedo conectar un orgasmo con cuestiones musculares o con imágenes y no me da vergüenza. El tratamiento de todas estas cosas fue muy cuidadoso, para que me sintiera cómoda, a través de un trabajo técnico.

Es muy técnico pero cuando lo filmás tenés que ser expresiva, es decir, tenés que estar expresando porque sino el público no conecta.

—Eso tiene que ver con un 2% de conciencia y el resto con la interpretación.

¿Tu fisicalidad, tu corporeidad, tu edad, tu conciencia corporal como bailarina qué te aportó?

—Clara baila, lo que pasa es que es una danza superinterna. Es una danza de sus

gestos, de su cuerpo, todo el tiempo. Así lo enfrenté porque son las herramientas que yo tengo, y también siento que Nathalie sabía que necesitaba una persona con una buena relación con su cuerpo, con mucha conciencia de su cuerpo y por eso, quizá, fue que buscó una bailarina.

¿Cómo desarrollaron la relación con la yegua?

—Yo empecé a visitarla a donde ella vive en la caballeriza como un mes antes de las filmaciones; realmente se llama Yuca. Es una yegua finísima, es como la estrella de la caballeriza. Cuando la conocí estaba embarazada y era enorme, impresionante. El señor que la tiene y entrena hacía ejercicios entre las dos, como yo dándole de comer y caminando juntas, llamándola, para empezar a generar el vínculo. Eso se hizo un tiempo antes de irnos al set. Cuando llegamos a la locación fue terrible porque la yegua —los caballos son muy nerviosos—, estaba en un lugar distinto a su casa donde todo es abierto y no hay muchos árboles cerca; en cambio donde filmamos hay mucha naturaleza y estaba nerviosísima. El primer día me majó, pero, por dicha, las botas de hule me quedaban grandes. Fue terrible y no se pudieron hacer unas escenas y todos se empezaron a preocupar. Entonces se tuvo que hacer hasta un código de comportamiento cuando estaba la yegua en el set: nadie podía levantar la cabeza y los del sonido tenían que tener cuidado con los micrófonos de boom. Era como si llegara la reina. Ella tenía una caballeriza pequeñita en la casa y solo yo podía visitarla, solo yo podía estar con ella, solo yo le podía dar de comer, para que ella no se sintiera como que tenía que establecer vínculo con muchas personas. El último día de filmación se relajó para la última escena que grabamos, que es con la que empieza la peli. Fue una conexión muy horizontal. Me ayudaba mucho en la concentración, a mantenerme en el personaje.

¿Cuáles son las diferencias entre el cine y lo escénico presencial en una sala, con una obra que hacés de principio a fin?

Por lo general, las piezas de danza en las que he participado van creciendo, el mismo movimiento va llevando a un clímax, a un momento más alto; lo que más me costó en la filmación fue la segmentación de la historia y grabar escenas sin un orden cronológico. También las repeticiones; por ejemplo, una de las escenas más difíciles fue la del escarabajo. Nosotros tuvimos un entrenador para actores porque todas las actuaciones eran de intérpretes que se llaman naturales; eso ayudó a unirnos un montón y a conocernos. Yo tengo técnicas de respiración de preparación del cuerpo para llegar a un estado de alerta o de tristeza, para respirar y generar angustia. Pero en la escena del escarabajo, Clara está dormida, se despierta, busca al insecto y está muerto. En ese estado ella arranca con su emoción de cero y eso fue para mí lo más difícil.

En algunas escenas, la película se narra en un registro surreal y fantástico, que para mí es, a la vez, la subjetividad del mundo de Clara, pero también el poder real y concreto que tiene. De este modo el espectador pasa por los distintos estados de Clara: su relación con la naturaleza, su sexualidad, el vínculo con la yegua, el soplido al escarabajo, su furia y el temblor.

—Son preguntas tan específicas que yo nunca me he hecho… Lo que siempre pensé es que Clara tiene una relación tan cercana con la tierra, que la tierra es como si fuera su hija. Entonces en ese momento ella está tan tan enojada, tan frustrada, tan triste, con tanta cólera, que revienta. La tierra la acompaña y ella quiere destruirlo todo.

En ese sentido es muy metafórica, como sucede con la escena final…

—Sí, de hecho el final tiene muchas interpretaciones. Mucha gente lo ve y se pregunta qué fue lo que pasó. Algunas personas piensan que se muere y su alma es la que se cura y que se encuentra con la yegua, que es su alma gemela. Otras creen que realmente se va, se cura y luego se escapa a vivir lejos.

Eso quiere decir que las posibilidades son infinitas, o sea, que la discapacidad o la invalidez, entre comillas, es mental.

—Es una discapacidad muy social, ella tiene una discapacidad que se le atribuye socialmente.

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