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Piza se resiste a tensión: “no me preocupo, me ocupo”

Ante la ola de protestas recientes, el Ministro de la Presidencia dice que sí está presente, que tiene un papel y aún margen político.

Ante la ola de protestas recientes, el Ministro de la Presidencia dice que sí está presente, que tiene un papel y aún margen político. Trata de llamar a una paz como la que inunda su despacho, tan cerca y tan lejos de la oficina del Presidente. Y sí, se irá cuando acabe “esta primera etapa”.

Al terminar la entrevista -70 minutos después- el ministro de la Presidencia, Rodolfo Piza, se levantó del sillón y nos hizo una observación: “los veo preocupados muchachos”.

El señalamiento no era del todo casual. Buena parte de la conversación transcurrió sobre la ola de protestas, sobre la conjunción de molestias sectoriales y la respuesta equivocada o insuficiente del Gobierno.

También sobre el papel del Ministro de la Presidencia y la escasa participación que ha tenido en la atención de este momento complicado, o sobre las razones por las que no se ha visibilizado.

Cuatro días después de la caída del ministro de Educación, Edgar Mora, Piza se declara ajeno al proceso que desencadenó esa salida (quizás la más ruidosa y traumática de este gabinete). Además, asegura -varias veces- que no fue el presidente Carlos Alvarado quien negoció ese cambio para descompresionar las protestas. Si la gente cree eso o no, no le desvela.

En realidad a Piza parece que nada lo presiona. Por eso habla despacio y en voz baja desde un sillón que por momentos parece tragarse a su ocupante.

El excandidato presidencial del PUSC y probable candidato presidencial en un futuro,  rechaza con sus propias palabras que exista desasosiego alguno. Dice que no hay que preocuparse, que no está desgastado como actor político, que no hay problemas de comunicación interna ni externa, que no hay conflicto interno en el gabinete y no hay desánimo. Dice.

“Como a un equipo de fútbol que gana 5-0 usted le pregunta si se puede mejorar y le dice que sí, que hice un mal pase pero aún así el equipo jugó muy bien, ganó pero siempre se puede mejorar y eso es lo que hace un gobierno siempre, siempre tienen la vocación de mejorar”.

El Gobierno no va ganando 5-0, pero así va respondiendo Piza las preguntas que sean. Sin prisa ni demasiada energía, sin que nadie lo interrumpa, en un ambiente que parece blindado a cualquier estrés que se genere rampa arriba, en el despacho presidencial, en otras oficinas del edificio de Gobierno o en las calles.

En su estilo de siempre repite las alusiones históricas, las referencias a Tocqueville, a Juan XXIII, a Don Quijote de la Mancha o a los sueños y anhelos en maneras más propias de un político en campaña que de un operador político en uno de los momentos de más alta tensión de este gobierno.

Pero Piza quiere dejar claro que sí está, que es una figura fuerte y depositario de todas las responsabilidades propias del cargo, a pesar de que sobre la salida de Edgar Mora sabe tanto como cualquier ciudadano que haya visto las noticias, dice. “Mire yo lo que entiendo es que fue él el que planteó la renuncia (…) Todo ministro tiene el derecho a tomar decisiones. Yo tomo las palabras de él”.

¿Usted no habló con el Presidente sobre la principal exigencia de los manifestantes. ¿No hablaron de eso? 

– Esos días, específicamente, no.

Pero era la principal exigencia. 

– Porque yo tenía otras tareas y creo que en esos temas de la relación del Presidente con cada uno de sus ministros soy muy respetuoso.

Entonces acude a su discurso general y patriótico: “Yo participo por la necesidad democrática este país,  por la garantía de las libertades y de los derechos fundamentales; me parece que esa línea de seguir destacando es el proceso, de unirnos aún en las diferencias”.

Reconoce que hay crispación, pero sus respuestas parecen coincidir todas en que el gobierno va bien encaminado y que el conflicto es solo parte del camino. “Los resultados van a ser positivos, lo que pasa es que tienen sus momentos”, menciona antes de aceptar describir este momento preciso. “El país acaba de entrar en el cambio legislativo de mayor impacto en temas fiscales en la historia. No es fácil, allí se crean condiciones de incertidumbre, pero al mismo tiempo son las que tenemos que aprovechar para el diálogo”.

Se refiere a la implementación del impuesto al valor agregado (IVA), un tipo de tributo que rige desde el 1º de julio y que fue parte -solo parte- de la serie de protestas, sobre todo al principio. Luego fue ganando terreno la permanencia o no de Edgar Mora, símbolo de discurso progresista del Gobierno inaceptable para grupos conservadores que apoyaron de manera directa o indirecta las manifestaciones callejeras.

Piza, símbolo de un sector más conservador dentro de la mezcla de gobierno que escogió Carlos Alvarado en mayo de 2018, evita mencionar el factor cultural o religioso que se manifestó en las elecciones y que sigue latente en la vida política. Él ve que el conflicto se reduce a lo fiscal y a demandas concretas de sectores que deben ser atendidas por cada institución a cargo, y que el Ministerio de la Presidencia solo debe apoyar y ayudar a buscar soluciones, si se lo piden.

Y no es que lo haga todo bien, admite. “Solo Dios es perfecto, para los que somos creyentes. Por tanto todos los días tenemos el deber de mejorar”, contesta cuando se le pregunta por la autocrítica, qué han hecho bien y qué ha estado mal, como la comunicación. Este abogado y político socialcristano, de 68 años, deja ver en su despacho un cuadro con cirio pascual, una imagen del Padre Pío y una cruz, más algunas fotos familiares y un escritorio perfectamente ordenado.

Se vuelve entonces obligada la pregunta sobre su permanencia en el gobierno de Alvarado. En el aire está el anuncio de su salida que él advirtió desde que tomó el puesto, pero que volvió a activar hace solo un par de meses. Este es un Ministro de la Presidencia que en cualquier momento se irá a buscar sus cauces políticos, quizás a probar de nuevo en los pulsos electorales. Su continuidad tiene una incertidumbre de origen que se suma ahora a los cuestionamientos sobre el papel en esta serie de protestas.

Pero su respuesta es la misma, sin que nada haya cambiado por el pico de conflicto social. “No en este momento no, pero desde el principio tengo claro que cumpliré una primera etapa de apoyo al presidente”, dice ampliando una incertidumbre que limita más su margen de acción, como opinan analistas y mencionó la expresidenta Laura Chinchilla. Él, en cambio, defiende sus funciones y sostiene que poco tiene que ver si ha sido visible o no. “Voy a estar acompañando al Presidente durante las primeras etapas, creo que es importante para la unidad del país”.

¿Y la unidad del gabinete? Preguntamos sobre la convivencia de una corriente más economicista con enfoques más sociales. La respuesta va de nuevo a la zona segura: “No son los temas que dividen al Gobierno ni son  temas centrales (…) Yo creo que el gabinete está todo cohesionado a favor del presidente Alvarado”.

Sin embargo, hay registro de críticas dentro del oficialismo. La diputada Paola Vega criticó el 3 de julio sin tapujos a Piza por impulsar estudios que podrían rehabilitar la pesca de arrastre, un tema de alta sensibilidad ambiental y económica para la industria pesquera en Puntarenas. Y eso también lo relativiza: “No lo entiendo. En primer lugar porque yo no hago estudios, como  corresponde, ni tengo ningún proyecto del equipo”.

Lo  normal sería agarrar el teléfono y decirle “¿qué quiso decir?” ¿Usted no ha hablado con ella?

– No.

¿No le da curiosidad?

– Un día mandó una nota y yo le respondí una nota indicándole cuál era la política del presidente sobre ese tema porque mi política es esa.

Eso sería lo normal en un diputado de oposición, que mande una nota. Pero que una diputada oficialista se entienda por una nota con el Ministro de la Presidencia en estos tiempos de hipercomunicación… cuesta entenderlo.

– Mire, yo respeto la forma en que cada quien quiere expresar y levantar su bandera. Mi tarea no es entrar en polémicas. En estos temas cada quien tiene una percepción, estos temas, cuando voy con los pescadores, soy defensor del ambiente, y ante un sector ambiental, soy lo contrario. Mi tarea es ver si se pueden encontrar fórmulas que sean compatibles con los distintos puntos de vista dentro de la Constitución y también con el compromiso del medio ambiente.

¿Le ha dicho eso a la diputada Vega?

– Ya se lo he contestado en el pasado.

Pero que es ella la que lo ha criticado siendo parte del oficialismo.

– Yo respeto, pero no comparto obviamente.

Después dirá que sí, que otros podrán criticarlo en otros temas, pero que es normal en un “gobierno de unidad” formado por corrientes diferentes y sectores que podrían no sentirse cómodos.

Piza no parece estar preocupado y él lo confirma. Dice que lo que está es “ocupado”, pero que la gente quiere todo para ya y que los procesos democráticos exigen paciencia y un trabajo que suele desgastar. El físico se lo cobra y la ansiedad también: más café y más galletas o helados, pero nada grave, dice. Asegura que ya ha pasado otros momentos duros, y sin preguntárselo dice que levantó al PUSC después de que solo obtuvo 3% de los votos en 2010. Ya dijo que no descarta nada, pero que tampoco está en campaña, que quién sabe.

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