Opinión

¡Powerpointismo! ¡Karaokismo! ¡Y la Universidad?

No finalmente, no el acabose, sino el principio de la idea pero más allá de la génesis. Empero, si el posible antigermen del powerpointismo,

Gracias don Hernán Mora, por su escrito ‘De Universidad a “kínder”’ en https://semanariouniversidad.com/opinion/de-universidad-a-kinder/.

Por fin, no finalmente, no el acabose, sino el principio de la idea pero más allá de la génesis. Empero, si el posible antigermen del powerpointismo, ese mal que el panderetismo cuasicadémico califica de nueva pedagogía. Se trata de la pedagogía del tic, donde la evolución de la tecnología se vuelve enemiga de las capacidades, habilidades, destrezas y pericias naturales o propias, mejor aun cuando innatas. Pedagogía es sinónimo de desarrollo de capacidades, habilidades, destrezas y pericias tecnológicas, gracias a la ciencia y al avance en la electrónica y la computación, para proveerse de cerebros externos, prolongaciones superiores que habilitan a casi cualquiera para instruir, peor, dicen que para enseñar, mientras otros creen, porque panderetas son, que aprenden mientras hace el esfuerzo de ver y oír, no así el de observar y escuchar.

En las universidades, en las nuestras y las ajenas, las públicas y las privadas, cualquiera es profesor (a) y cualquiera es estudiante. Que así lo expresen el vine video, esa herramienta del entretenimiento academicista, por donde se proyecta de todo, incluso textos de clase. Se habilita el aula, o el salón, tal cual sala obscura donde el profesorado, más casi siempre el estudiantado, se suda la lengua en asidua lectura, desalivando con cada palabra cuyo contenido, su substancia, no importa. Luego, tan pronto como se puede, se desgarran ellos y ellas, gregariamente, en aplausos, hasta desbordar la última gota de sus escasas energías. Hasta se juega de cambiar el rol, el estudiantado expone cada sesión, mientras el profesorado se sienta, simulando o disimulado, con celular en mano a no sé qué, pero todos sospechamos, y en el mejor de los casos, sabemos.

Eso es pedagogía, incluye remolcar el carrito del vine, subirlo por ascensores o escaleras, arrastrarlo hasta el aula, no sin antes darle un tour por los pasillos, como si el cadejo, ¡lo recuerdan!, anduviese suelto. Las aulas se convierten de inmediato en un espacio para el charlatorio, entre charlatanes, no entre académicos (as) sean estos quien están al frente de o quienes están, o parecen estar, al frente también.

La Universidad se nos escapó, se nos escurrió, la entregamos al vine y de ese modo a quienes cerebro poco o nada tienen, porque ya no se necesita en estos tiempos que casi nadie lo ocupa como cosa útil a un fin. Se daña el vine o la compu o el sistema y otros apéndices, y la sesión se paraliza, porque el cerebro ya estaba dañado, era cosa inútil. Adiós conocimiento, adiós ciencia, pero también adiós estudiantes, adiós académicos (as), aquí está el profesorado y estudiantado karaokista, que sin saber la canción, se la echa, pero también se echan el conocimiento que tantas vidas a cobrado. Casi ha matado, la nueva pedagogía, no solo a pedagogos (as), sino a la vida académica, el alma de la Universidad, y del país.

Suscríbase al boletín

Ir al contenido