Los Libros

Ruletemburgo

(Apuntes sobre la novela El jugador de Fiódor Mijáilovich Dostoievski)

Ruletemburgo es el nombre originario de El jugador, novela corta del célebre narrador ruso Fiódor Mijáilovich Dostoievski. El editor lo cambió, de seguro porque, según su criterio, carecía de atractivo publicitario o comercial. A mí, por descontado, me hubiese gustado que se publicara con el nombre asignado por el autor.

En la relectura he consignado lo ya sabido: es una novela desprolija, inconsistente, inverosímil a veces; eso sí, más que intensa. Y no es para menos. Recordemos que la misma fue escrita en 1866 en medio de una coyuntura desesperada para el autor: había muerto su hermano mayor, Mijaíl, lo que le obliga a hacerse cargo de la viuda y sus cuatro hijos, además de uno ilegítimo hijo de su primera esposa fallecida. Hubo de asumir las deudas filiales, así como las procedentes de Época, revista que dirigía y que debió suspenderse por carencia de fondos.

Entonces asumió compromisos editoriales que le obligaban a un trabajo agobiante. En julio de 1865 firma un contrato con el editor Stellovsky, a quien le concede la exclusividad de sus obras publicadas, comprometiéndose, además, a la entrega de una novela inédita antes del primero de noviembre del siguiente año; de no entregarla en esa fecha perdería todos los derechos sobre la edición y sus demás obras, y tendría que devolver los anticipos. Pocos meses después, Dostoievski ofrece a otro editor el proyecto de lo que será, probablemente, su mejor novela, Crimen y castigo, cobrando el anticipo correspondiente.

La primera parte de Crimen y castigo se publica en el número de enero de 1866 de la revista El mensajero ruso, por lo que la redacción de esta lo consume todo el verano del 66. Fiódor está más que atribulado. Por consejo de uno de sus amigos, contrata a su futura segunda esposa, Anna Grigórievna Snítkina, joven taquígrafa a quien dicta, en solo 26 días, Ruletemburgo, para entregarla en conformidad con los términos del contrato. Sin embargo, el día de la entrega, el administrador de la editorial asegura no haber recibido el aviso pertinente por parte de Stellovski, ante lo cual Dostoyevski se ve obligado a realizar la misma con acuse de recibo legal y la compañía de un notario, en una comisaría.

A pesar de todo ello, y de lo afirmado más arriba, la novela se ha leído y se lee todavía como un texto que contiene las principales líneas de la narrativa dostoieskiana y, en ciernes, algunos rasgos de los principales personajes de sus próximas novelas. De hecho, Alexei Ivánovich, el personaje masculino principal, posee parentescos psicológicos con Raskólnikov, el Príncipe Mishkin de El Idiota y de Aliosha Karámazov (Los hermanos Karámazov).

Es que la novela posee rasgos autobiográficos. En 1862, en su primer viaje a París, luego del éxito de sus primeras novelas Apuntes de la casa de los muertos y Humillados y ofendidos, Dostoievski se detiene en el balneario de Wiesbaden, en Alemania, a probar suerte en la ruleta. Al año siguiente realiza el mismo periplo en circunstancias más dramáticas: su primera esposa, María Dimitrievna, está agonizando de tisis en San Petersburgo y él sufre, cada vez con mayor frecuencia, sus agudos ataques de epilepsia; aún así, se dirige a París para reunirse con su amante Polina Suslova. Y se detiene cuatro días en Wiesbaden donde gana cinco mil francos en la ruleta; viaja a Italia con Polina, pero pasando por Baden-Baden pierde todo lo ganado. Tiene que pedir dinero a Rusia, sablear compatriotas y empeñar su reloj y el anillo de Polina. En el verano de 1865, luego de la muerte de su hermano y esposa, la situación financiera es más gravosa, pero parte a una nueva cita con su amante, precisamente en Wiesbaden; ahora la suerte no le sonríe: en cinco días pierde todo su dinero y Polina lo abandona definitivamente.

Fiódor traslada todas esas experiencias a la novela, pero construyendo un enorme fresco donde retrata con aguafuerte los vicios y virtudes de sus temperamentales, orgullosos y ridículos compatriotas, especialmente de la nobleza, en sus viajes a los balnearios alemanes, capitales del juego en la Europa de entonces. El ritmo del relato es trepidante, el comportamiento de sus personajes nervioso y de alta tensión, especialmente el de Alexei Ivánov al lado de personajes inolvidables como la misma Polina, que conserva el nombre de su amante, la Babulinka que irrumpe como un vendaval en la novela con su autoritarismo provinciano y su rudeza matriarcal, o El General. Al lado de ellos hay una fauna internacional: alemanes serviles e interesados; polacos histriónicos y oportunistas; un inglés flemático; un francés galante, pero mañoso y amanerado; la cortesana parisiense cual “cocotte” dilapidadora de gran estilo… Todos se agitan e intrigan en busca de objetivos pecuniarios y fáciles. Es una corte nerviosa, acelerada, sobreexcitada. Es el extraño mundo dostoievskiano, embrollado cual pesadilla, que nos captura sin soltarnos hasta el final. Claro, que, como he dicho, en algunos tramos pierde verosimilitud por la vertiginosidad rítmica y las inauditas acciones de los personajes.

Luego de salir del túnel editorial, Dostoievski recaerá en el juego. En abril de 1867, a dos meses de su nuevo matrimonio, debe huir de Rusia para evitar la prisión por deudas. Viaja a Wiesbaden y a Hamburgo donde pierde nuevamente todo su dinero. Es el último acontecimiento de una exacerbada pasión ludópata a la que el autor puede, finalmente, sobreponerse. Así, alcanza la etapa de madurez con grandes obras como El Idiota, Los endemoniados y Los hermanos Karámazov. Muere el 28 de enero de 1881 en San Petersburgo ya consagrado como gran maestro de la literatura rusa y universal.

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