El presidente electo, Rodrigo Chaves, lanzó en el día después de su triunfo dos mensajes dirigidos a la salud fiscal que le sirva de base a una política económica dirigida cumplir sus promesas de campaña de reducción de costo de la vida, una de las banderas que le permitió la victoria sobre José María Figueres.
Se trata de la reiteración del apoyo al acuerdo de servicio ampliado (SAFE, por sus siglas en inglés) con el Fondo Monetario Internacional y la confirmación de una posición que había expresado en campaña, pero que suena distinto cuando lo dice como presidente electo: no bajar el impuesto a la gasolina, a pesar del precio más alto en la historia que se paga en estos días.
En su primera conferencia de prensa, reiterando algunos mensajes conciliatorios contrastantes con la agresividad de la campaña, contestó que defiende la utilidad del acuerdo con el FMI para generar confianza en actores financieros que prestan dinero a Costa Rica, no tanto por el dinero que aporta, pero que está dispuesto a renegociarlo para hacerlo más ambicioso en las metas de saneamiento fiscal.
“Quisiera ir a decirle al Fondo ‘¿sabe qué? usted me pidió 2 kilómetros, pero yo quiero correr 5’. Ellos lo van a recibir con beneplácito, porque las medidas las vamos a hacer para generar más crecimiento. No vamos a aflojar el compromiso sobre unas finanzas públicas responsables”, respondió 16 horas después de escuchar los resultados electorales que lo llevarán al poder el 8 de mayo.
El exministro de Hacienda no detalló qué medidas aplicaría para reducir de manera más acelerada el déficit fiscal o el endeudamiento público, máxime en un contesto internacional adverso agravado por la guerra en Ucrania.
La ley de Empleo Público, ya aprobada por la Asamblea Legislativa y firmada por el presidente Carlos Alvarado, es parte de la agenda fiscal impulsada por el gobierno actual, pero Chaves también anuncia modificaciones durante el año que tarda en ponerse en ejecución y mediante la elaboración del reglamento, aunque también explicó qué detalles le cambiaría, pues solo dijo que sería una versión más justa para la sociedad y para los propios empleados públicos.
Siempre relacionado con el balance financiero del Gobierno, pero ligado la presión al alza del costo de la vida, el precio de los combustibles para el usuario final también fue objeto de preguntas de los periodistas, pero en esta ocasión no hay luces verdes: el presidente electo pide a los diputados actuales que no rebajen el impuesto vigente, pues sería “un problema más qué arreglar” después.
Tal como dijo el 22 de marzo a dirigentes empresariales de UCCAEP y como ha afirmado también su sucesor en Hacienda, Elian Villegas, Chaves consideró inconveniente crear un agujero más en las arcas públicas, a pesar del fuerte golpe del costo de los combustibles sobre la economía de los hogares y los negocios, el principal problema del momento que señaló la mayoría de la población en la penúltima encuesta CIEP-UCR.
El proyecto que tienen sus manos los diputados actuales, a quienes restan tres semanas completas de funciones, trata de recortar 100 colones por litro de combustible, propuesta que había impulsado en campaña el candidato presidencial perdedor, José María Figueres.
