Universitarias Comisión presenta diagnóstico

UCR debe corregir anualidades para mejorar salarios base sin disparar el gasto

La Comisión que trabaja en la propuesta de un nuevo modelo salarial encontró desigualdades de hasta 550% entre funcionarios de una misma categoría, creadas por el esquema actual de incentivos.

La Universidad de Costa Rica (UCR) necesita un sistema salarial que permita mejorar los salarios base, pero sin que se dispare el gasto por componentes como las anualidades que hoy tienen el mayor peso en los presupuestos para remuneraciones.

Así lo expuso el coordinador de la comisión técnica encargada de proponer un nuevo régimen salarial para la UCR, Pedro Méndez, durante la presentación de un diagnóstico sobre la situación actual de las remuneraciones en la institución.

Méndez recordó que el salario del personal universitario se conforma de un salario base al que se le suman componentes salariales, los cuales hasta antes de la aplicación de la ley de Reforma Fiscal, se calculaban como un porcentaje sobre el salario.

El análisis realizado por la comisión sobre el periodo 2007-2020 determinó que el componente de anualidad ha aumentado su peso en el presupuesto para remuneraciones en la UCR, por encima del salario base.

En el caso del salario base, este ha perdido peso relativo en los presupuestos para remuneraciones al pasar de un 40,23% en 2007 a un 32,59% para 2019.

“Cuando se hace un análisis del porqué se generan esas diferencias, el 84% de la diferencia surge por los componentes inerciales. Las diferencias se repiten en absolutamente todas las categorías salariales”, Pedro Méndez.

“Hay un pequeño cambio en el comportamiento en el año 2020, pero queremos aclarar que eso es debido a la implementación de la ley 9235, la cual no solo cambió la manera de calcular algunos incentivos, sino que además provocó un número inusual de pensiones en ese año”, apuntó Méndez.

En contraste, el peso de las anualidades muestra un crecimiento sostenido desde 2007, al pasar de ser un 27,95 por ciento de los pagos en salarios, a un 36,08% para 2019, convirtiéndose en el componente de mayor peso en las partidas presupuestarias.

En el análisis, la comisión agrupó los componentes del salario en el sector docente en aquellos asociados al mérito académico y los componentes “inerciales”, que son los que crecen por cumplir años de labor en la institución.

En este caso, la comisión determinó que el 51,59% del salario de un catedrático se forma por los componentes inerciales (Anualidades, escalafones y fondo consolidado), mientras que un 38,59% corresponde a Salario base más pasos académicos y régimen académico.

“Este comportamiento es similar en los demás puestos docentes, con la diferencia del caso del profesor instructor, en el que el peso de los componentes inerciales baja un poco para profesor asociado, un poco para profesor adjunto y, finalmente, el más bajo es para los profesores y profesoras instructores”, apuntó.

En el análisis para el sector administrativo, la comisión encontró que en todos los puestos ocupacionales los componentes inerciales son mayores que el salario base, como sucede con el caso de un Técnico Especializado B cuyos componentes inerciales representan un 60,14%.

Salarios base y círculo vicioso

¿Cuál es el problema que trae el crecimiento de los componentes inerciales? Según explicó el coordinador de la comisión técnica, Pedro Méndez, este comportamiento le pone a la Universidad una enorme traba si lo que quiere es mejorar los salarios base de entrada y atraer talentos del sector privado.

“Si quisiéramos en la Universidad de Costa Rica mejorar los salarios base, estos datos lo que nos dicen es que se duplicaría el gasto destinado a salarios, se duplicaría en los otros componentes. (…) Por cada colón que se aumente en el salario base, habría que presupuestar otro colón para cubrir los componentes”, advirtió Méndez.

En el análisis, la comisión muestra que la UCR tiene salarios de ingreso muy bajos en comparación con el salario promedio de puestos similares en el sector privado, basado en los datos de la Encuesta de Hogares del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

Por ejemplo, mientras el salario promedio para una persona en puestos de gerencia y dirección en el sector privado es de 2.767.112 colones, el salario de ingreso que podría ofrecer la UCR a ese profesional que quiere atraer es de 1.258.114, menos de la mitad de lo que gana en dónde está.

Similar sucede con un asalariado del sector privado, con jornada completa, mayor de 40 años y título de posgrado, cuyo salario promedio es de 2.079.345, a quien la UCR solo podría ofrecerle de ingreso (haciéndolo catedrático de inmediato, cosa que no se puede) un salario de 1.302.682 colones.

Para la comisión, corregir estos bajos salarios de ingreso a la UCR debe ser uno de los principios rectores para la propuesta de régimen salarial que deberá modelar finalmente el Consejo Universitario.

Grandes desigualdades

El otro gran problema que de acuerdo con la comisión se debe corregir en la UCR si se adopta un nuevo modelo salarial es la inequidad, pues existen grandes diferencias entre salarios de una misma categoría ocupacional.

“Al ser funcionarias y funcionarios en la misma categoría ocupacional o puesto en régimen académico, uno esperaría que las diferencias en los salarios se justifiquen por las funciones y los aportes que hace la persona al quehacer universitario”, comentó Méndez.

El análisis realizado con todas las personas que tienen tiempo completo para la planilla de noviembre de 2020, mostró grandes inequidades entre el salario mínimo y máximo encontrado en cada categoría.

En el caso de las personas Catedráticas, la comisión encontró un salario mínimo de 2.141.195 colones frente a un salario máximo de 9.923.308 colones, y un promedio en esta categoría de 3.763.929 colones.

“Cuando se hace un análisis del porqué se generan esas diferencias, el 84% de la diferencia se genera por los componentes inerciales. Las diferencias se repiten en absolutamente todas las categorías salariales”, indicó Méndez.

La comisión encontró diferencias de hasta un 550% en el salario de dos personas de una misma categoría, lo que para Méndez muestra el círculo vicioso al que ha llevado el actual esquema salarial, pues los incentivos se crearon para contrarrestar el congelamiento de los salarios base décadas atrás, pero ahora esos mismos incentivos impiden mejorar los salarios de ingreso para atraer y retener personal calificado.

Méndez comentó que la comisión entregará una propuesta con varios escenarios para que sea el Consejo Universitario el que realice las reformas reglamentarias pertinentes de acuerdo con el nuevo modelo salarial que se construya.

Además, aseguró que es probable que la Universidad deba mantener el régimen actual y abrir la posibilidad de que las personas, voluntariamente, se pasen al nuevo esquema que se defina.

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