Opinión Derecho de respuesta

No acepto insinuaciones perversas

No acepto insinuaciones perversas del enfoque que el Semanario UNIVERSIDAD, por medio de su página web y Facebook le da al uso de mi nombre en la nota publicada el miércoles 09 de junio del presente año.

Este derecho de rechazo y repudio al uso de mi nombre de forma malintencionada me lo da una trayectoria impecable de más de 30 años sirviendo a mi país desde diferentes posiciones que Dios me permitió alcanzar, de una vida política en donde he sido reconocido por hacer bien mi labor y nunca por ser un mal servidor público.

Me llama poderosamente la atención que en esta ocasión no me llamaran para consultar mi versión sobre lo que iban a publicar, tal y como lo establecen las buenas prácticas periodísticas y el Código de Ética que los cubre, pues siempre me han localizado de forma directa e inmediata.

Como militante del Partido Unidad Social Cristiana tengo claro que debo colaborar para dicha institución, no solo porque creo en ella, por sus principios ideológicos, sino por todo lo que a través de ella he podido hacer por mi país.

Como bien se conoce, ocupo el puesto de alcalde. Mi salario y mis ahorros personales me permiten sobradamente hacerle frente a mis contribuciones al Partido y a las campañas políticas en las que he participado. Tal y como ya lo justifiqué ante el Tribunal Supremo de Elecciones en el 2017 y 2020. Tanto es así, que en el caso de la campaña para alcaldías del periodo 2016-2020, el TSE autorizó el pago correspondiente al PUSC por ese concepto, sin que mediara ningún cuestionamiento al respecto.

Falla el Seminario UNIVERSIDAD al afirmar y relacionar mis aportes al partido durante la pasada campaña de elección de alcaldes, regidores y síndicos a un caso en investigación del cual no soy parte ni tengo relación alguna.

Mis contribuciones cumplen con la ley y siempre que el Tribunal Supremo de Elecciones ha necesitado la información de mis aportes, que siempre han sido transparentes, se la he brindado y nunca he sido objeto de una denuncia por parte del Tribunal Supremo de Elecciones.

Siempre respondo por mis actos. Jamás aceptaré insinuaciones perversas que pongan en entredicho mi honor. El honor se defiende con vehemencia y hoy lo hago.

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