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Déficit del 2020 cerró por debajo de lo esperado: 8,34% del PIB

Autoridades atribuyen que cifra fue producto de la contención del gasto, la reducción de transferencias al sector público y el bajo crecimiento de los salarios

Costa Rica cerró el año 2020 con un déficit del 8,34% del Producto Interno Bruto (PIB), una cifra menor a la proyectada que se ubicaba en 9,2%, la cual según las autoridades del Ministerio de Hacienda es producto de su política de contención del gasto, pese a los egresos en que se incurrió para afrontar la pandemia por COVID-19.

Elián Villegas, ministro de Hacienda señaló que el balance del déficit financiero de 2020 fue de ¢2.906.194 millones (8,34% del PIB), superior al registrado en el año anterior en 1,40 puntos porcentuales (6,94% del PIB).

“Esto es muestra del esfuerzo que realizamos como país para la reducción y contención del gasto, pues el total del gobierno central a diciembre de 2020 (¢7.682.246 millones) decreció -2,51% con respecto al monto del 2019 (¢7.880.403 millones). Ese decrecimiento del gasto presentado en el 2020 es la primera reducción que se genera en los últimos años”, indicó Villegas.

Mientras tanto, el gasto corriente a diciembre de 2020 presentó un crecimiento del 1,51% con respecto al 2019 (+9,44%), cifra menor al límite establecido por la regla fiscal para el ejercicio económico 2020 (+4,67%), lo que en palabras del ministro generó un ahorro de ¢225.258 millones (0,65% del PIB) en gastos corrientes.

Para el jerarca estar por debajo de la cifra proyectada de gasto corriente es muy positivo, tomando en cuenta que se tuvo que atender la situación generada por el COVID-19, que implicó gastos cercanos a los ¢300.000 millones.

Esos datos también estuvieron marcados por la reducción que se dio en transferencias, es decir, el traslado de recursos a instituciones del Estado, que fue de un -2,42%, recursos que se usaron para apoyo social, a través del Bono Proteger y otro tipo de gastos.

También incidió que los sueldos y salarios durante el 2020 presentaron un menor crecimiento (+0,18%) respecto al 2019 (+3,42%), debido a una desaceleración de este rubro por cargo fijo e incentivos salariales.

Según el economista Leiner Vargas, el tamaño del déficit lo que refleja, por un lado, que la economía costarricense se encuentra mucho menos vulnerable de lo que inicialmente se creía y que los ingresos fiscales no cayeron tanto como se tenían previsto el ministerio de Hacienda.

“Efectivamente el resultado del déficit es producto de un apretón por el lado del gasto y los ajustes; pero a pesar de que el déficit no fuera del 9,2% como se había previsto, sigue siendo una cifra muy alta, sobre todo por la parte financiera. Y probablemente se postergaron gastos que se vislumbrarán en el 2021 o que se dieran ahorros sustantivos producto de que el Estado en muchas instituciones mantiene cerradas sus edificaciones”, detalló Vargas.

Intereses de deuda: la piedra del zapato

Villegas señaló que el país tiene el gran reto financiero de afrontar el pago de la deuda, que a diciembre de 2020 ascendió a ¢24.289.927 millones (69,7% del PIB) o $39.448 millones y sus intereses que se han venido incrementando con el paso de los años.

Los intereses de la deuda alcanzaron los ¢1,7 billones, por lo que el jerarca aseguró que es necesario contener aún más el crecimiento del gasto en intereses y el gasto presupuestario.

“Si vemos los datos proyectados, la relación de la deuda con el PIB cerró por debajo, que esperábamos fuera arriba del 70% y fue del 69,7%, aunque es una diferencia pequeña, significan unos ¢150.000 millones”, aclaró.

La deuda del país está compuesta en un 76,2% de deuda interna y el 23,8% externa; el 73,4% es a tasa fija, el 21,7% variable y 4,9% es indexada (sujetas a la variación de una tasa básica más un margen fijo).

Esa deuda es del 58,8% en colones, el 38,9% en dólares y el 2,3% en otras monedas y los plazos de vencimiento son: el 54,4% vence a más de cinco años; el 35,7% se ubicó entre uno año y cinco años y el 9,9% está a menos de un año.

Para Leiner Vargas es de extrañar que teniendo una economía donde el déficit financiero es el principal problema, debido al pago de intereses y principales de la deuda interna -que erosionan los recursos públicos- no se propongan medidas para sanear ese déficit.

“No entendemos por qué no se hicieron renegociaciones importantes en tasas de interés y capital de esos fondos y se continúe minando al Estado y pretendiendo hacer superávit del lado primario, cuando en realidad el canasto donde se van los recursos es en el déficit financiero. Es evidente que el problema está en la altísima tasa de interés que pagan los bonos de deuda, ya no sólo por el monto sino también por los intereses”, añadió Vargas.

Ingresos bajaron

Durante 2020 se registró una caída en los ingresos totales del gobierno del 1,68% del PIB, lo que significó un total de ¢586.924 millones y por ende, un decrecimiento del -10,94% en los ingresos totales respecto a 2019.

Esto se explica por una baja en la recaudación por impuesto al valor agregado (IVA) que decreció -0,69%, al cierre del año, se registró una caída de ¢11.297 millones (0,03% del PIB) en relación con el monto recaudado en 2019; consecuencia de la reducción en la recaudación de este impuesto en aduanas (-11,90%).

Por su parte, el impuesto sobre la renta cayó -10,98%, es decir ¢203.647 millones (0,58% del PIB) menos con respecto al 2019, no obstante, la recaudación del impuesto a personas físicas creció +5,02%, al mostrar un aumento de ¢27.138 millones a diciembre 2020 (0,08% del PIB).

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