Universitarias

Universidad cierra año lectivo con nueva administración electa y múltiples aportes en la lucha contra el COVID-19

La Universidad de Costa Rica, como la gran mayoría de instituciones de enseñanza en el país, tuvo que ajustarse a las complicadas condiciones que provocó la pandemia del COVID-19 para poder llevar a cabo los eventos administrativos agendados en su calendario, desde procesos electorales hasta todo un año de lecciones en modalidad virtual.

La Universidad de Costa Rica cierra un año lectivo 2020 que dejó múltiples procesos electorales llevados a cabo en condiciones excepcionales y una variedad de iniciativas puestas al servicio del sistema de salud del país para ayudar en la lucha contra la pandemia de COVID-19. Todo esto en medio de un año lectivo que se desarrolló en su totalidad de forma virtual.

La institución trabajó para encontrar soluciones para llevar a cabo las actividades institucionales agendadas para este año, dentro de las que se encontró la elección para la Rectoría 2020-2024 y una renovación de las representaciones ante el Consejo Universitario (CU).

En el caso de las elecciones para Rector, el proceso electoral se extendió a una segunda ronda de votación, donde resultó electo Gustavo Gutiérrez Espeleta, de la Escuela de Biología, quien entrará en funciones como el 16.° rector en la historia de la universidad el 1° de enero próximo.

La pandemia del COVID-19 representó el principal obstáculo debido al cual esta elección enfrentó múltiples suspensiones y reprogramaciones. Fue originalmente agendada para el 17 de abril, pero se consideró que no podía hacerse el cambio de modalidad a virtual, pues ya se había convocado como un evento presencial, según criterios jurídicos.

La elección se intentó realizar de manera presencial tanto el 30 de junio como el 9 de setiembre, pero las condiciones del contagio no lo permitieron.

Finalmente, el Ministerio de Salud aprobó un protocolo para la realización del proceso electoral de forma presencial el 14 de octubre. Posteriormente, el Tribunal Electoral Universitario comunicó el 19 de octubre que las elecciones para la Rectoría 2020-2024 se llevarían a cabo el día 20 de noviembre.

Debido a que ninguno de los candidatos superó el 40% de votos reglamentarios, se realizó una segunda ronda entre los candidatos Orlando Arrieta Orozco y Gustavo Gutiérrez Espeleta, en la que el último de estos resultó ganador.

De igual forma, las elecciones para la representación de los sectores docente y administrativo en el Consejo Universitario también tuvieron que ser reprogramadas debido a la pandemia. Finalmente, se realizaron en modalidad virtual entre los días 5 y 6 de noviembre, y se desarrolló una segunda ronda para el área de Ciencias Sociales el 13 de noviembre.

Los candidatos electos fueron Carmela Velázquez por el sector de Ciencias Agroalimentarias, Germán Vidaurre por el área de Ciencias básicas, Carlos Palma por Ciencias Sociales y Stephanie Fallas por el Sector Administrativo.

Aportes en la lucha contra la pandemia de COVID-19

 Desde la Universidad también se gestaron importantes iniciativas con el objetivo de ayudar a los servicios de salud del país a combatir el fuerte impacto que ha tenido la pandemia. Tres de los aportes más destacados fueron las iniciativas Fluxus Maks, Respira UCR y la implementación de pruebas moleculares de saliva para detección de COVID-19.

Fluxus Mask

El dispositivo Fluxus Mask consiste de un ventilador no invasivo, que utiliza una máscara de aislamiento y funciona con un dispositivo mecánico y de neumático, por lo que no requiere de energía eléctrica para funcionar.

La iniciativa fue desarrollada por investigadores de la Escuela de Medicina de la UCR, en conjunto con especialistas de la CCSS con apoyo también de la empresa privada. Dentro de los encargados del proyecto se encuentran el Dr. Jean Carlo Segura y la Dra. Lizbeth Salazar, directora de la Escuela de Medicina de la universidad y excandidata a rectora.

Dentro de las principales ventajas de este equipo, el Dr. Segura destacó también la minimización del riesgo de exposición por parte del personal de salud que atiende a pacientes de COVID-19, gracias a la presencia de la máscara de aislamiento en el dispositivo. A esto se le suma el reducido costo de $2.000 por respirador Fluxus Maks, comparado con los $10.000 que cuestan los respiradores tradicionales en el mercado.

Para principios de octubre, los encargados del proyecto indicaron que se encontraban en conversaciones con autoridades de la Caja Costarricense de Seguro Social para discutir una posible implementación de los equipos en los centros médicos del país.

Respira UCR

El ventilador del proyecto Respira UCR es un dispositivo que posee todos los sensores de un ventilador mecánico comercial de una sala de cuidados intensivos intrahospitalaria, pero con la ventaja adicional del bajo costo. Este modelo cuenta además con baterías de litio que permiten la utilización del ventilador sin estar conectado a la electricidad.

Un ventilador comercial cuesta entre $30 mil y $50 mil, mientras el diseñado en la UCR ronda los $4.500,00.

Ralph García, excandidato a rector y uno de los encargados del proyecto, explicó que esta diferencia en el costo del equipo se debe principalmente a que los ventiladores de Respira UCR funcionan con un sistema de ventilación con ambú (bolsa auto-inflable), mientras que en el mercado internacional es más frecuente encontrar estos dispositivos utilizando sistemas como el de turbinas o el de doble pistón.

El proyecto Respira UCR tiene planeado donar 20 ventiladores al sistema médico nacional a finales de diciembre de este año, y los dispositivos quedarán a  disposición de las autoridades sanitarias del país.

Esto es posible debido al comunicado realizado por el Ministerio de Salud el pasado 11 de setiembre anterior, en el que autoriza el uso de ventiladores y respiradores desarrollados por la UCR y el TEC, como medida de emergencia y con el fin de ser empleados en caso de no haber otro recurso disponible.

García explicó que el objetivo es continuar con las pruebas clínicas del dispositivo el otro año, con el objetivo de inscribirlo como dispositivo biomédico. Explicó que la idea es tener la versión final del aparato para finales del próximo año, cuando se optimizaría el sistema de funcionamiento para hacerlo similar al de los ventiladores estándar que se utilizan en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), con el objetivo de seguir abasteciendo con los dispositivos de Respira UCR a este tipo de unidad especial presente en los distintos centros médicos del país.

Pruebas moleculares que utilizan saliva para detectar COVID-19

Un equipo de investigadores multidisciplinarios de la UCR plantea utilizar pruebas moleculares de tipo RT-LAMP, que utiliza muestras de saliva, para la detección del COVID-19 en el país. Estas pruebas servirían como un complemento a las pruebas PCR, actualmente utilizadas por las autoridades sanitarias, y permitirían realizar un mejor rastreo epidemiológico del virus, según explicó Germán Madrigal, director de Instituto de Investigaciones Farmacéuticas de la Universidad de Costa Rica (Inifar-UCR), quien es uno de los principales encargados del proyecto.

Madrigal explicó que los test tipo RT-LAMP son pruebas moleculares que utilizan muestras de saliva para la detección de COVID-19. Estas dan resultados en un periodo de aproximadamente una hora y no requieren de equipos sofisticados para su análisis.

El resultado de estos test se manifiesta como un cambio de color en la muestra, amarillo en caso de que sea positivo y rojo si la prueba da negativo.

Actualmente, la coordinación del proyecto espera la aprobación de la Vicerrectoría de investigación de la UCR y del Consejo Nacional de Investigación en Salud (Conis) para iniciar con las pruebas de campo del test, y así medir qué tan altos son los niveles de especificidad y sensibilidad del test.

Estas se realizarán en conjunto con la CCSS y el Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa), con un número de pacientes aún por definir, pero que se encontraría entre 200 y 300 individuos. Las muestras serían solicitadas a las personas que se acercan a las instalaciones del Inciensa en San José para realizar la pruebas de COVID-19 tipo PCR. Estas pruebas se realizarían a inicios de enero del año siguiente.

Madrigal explicó que en caso de que los resultados de las pruebas sean positivos (esto si los test RT-LAMP presentan niveles de especificidad y sensibilidad iguales o superiores a los de las pruebas PCR), se procederá a pedir la autorización del Ministerio de Salud para que las pruebas de saliva se utilicen como una herramienta de rastreo epidemiológico para darle trazabilidad al virus.

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