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La coalición en el poder en Israel está a punto de estallar

La propuesta de la oposición para disolver el parlamento fue aprobada con 61 votos a 54 en contra y ahora deberá debatirse en un comité parlamentario. La disolución del parlamento provocaría las cuartas elecciones en menos de dos años.

Seis meses después de formarse, el gobierno de coalición en Israel está a punto de estallar, después de que el parlamento votara de forma preliminar su disolución y la convocatoria de nuevas elecciones.

Las tensiones ya son flagrantes entre el primer ministro Benjamin Netanyahu y su ministro de Defensa, Benny Gantz, que necesitaron tres elecciones para aceptar que tenían que formar un gobierno de coalición, y que ahora están a un paso del divorcio.

La propuesta de disolución de la Knéset fue aprobada con 61 votos a favor y 54 en contra. El proyecto, presentado por la oposición, debe ahora debatirse en un comité parlamentario.

El gobierno de coalición fue desde el inicio un matrimonio forzado. El objetivo era poner fin a la más larga crisis política de la historia israelí y garantizarle al país un ejecutivo capaz de luchar contra la pandemia de COVID-19.

Según el pacto, que preveía una repartición equitativa de carteras ministeriales, Netanyahu se desempeñaría como primer ministro durante la primera mitad del acuerdo de tres años, y Gantz, su rival, asumiría el cargo en noviembre de 2021.

Netanyahu pidió en una rueda de prensa, pocas horas después de la votación, que Gantz “frene la caída hacia las elecciones, cese sus ataques feroces y cambie de comportamiento. No es demasiado tarde”.

Gantz, del partido de centroderecha Azul y Blanco, reaccionó mediante un duro comunicado. “Su campaña de supercherías y mentiras se acabó. El daño inflingido al pueblo de este país sugiere que ha perdido la cabeza”.

 

Estado sin presupuesto

 

Desde hace meses, los dos hombres se oponen sobre el presupuesto de 2020, que no ha sido adoptado, y sobre el de 2021, año en el que Gantz debería reemplazar a Netanyahu.

Si no hay acuerdo de aquí al 23 de diciembre, la Knéset se disolverá y se convocarán nuevas elecciones tres meses más tarde, en marzo de 2021.

El martes por la noche, Gantz no esperó a esta fecha fatídica para expresar sus disensiones con Netanyahu, y llamó a votar desde el miércoles a favor de la disolución del Parlamento.

Para la prensa israelí, esta maniobra tiene como efecto hacer presión sobre Netanyahu para que adopte el presupuesto, y al mismo tiempo lanzar la campaña de Gantz en caso de nuevas elecciones.

Estos últimos meses, Netanyahu –que debe comparecer a principios de año en su proceso por “corrupción”– se ha dedicado a normalizar las relaciones del Estado hebreo y algunos países árabes.

Aunque Gantz apoya los acuerdos de normalización con Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Sudán, parece haber sido descartado en la toma de ciertas decisiones, como la visita secreta de Netanyahu la semana pasada a Arabia Saudita, según la prensa local.

Además, este acercamiento con países árabes parece disgustar a parte de la oposición, en particular a la Lista Árabe Unida, de los partidos árabes israelíes.

Estas últimas semanas, una facción islamista (cuatro diputados de los 120 de la Knéset) de esta lista ahora desunida, inició un diálogo con Netanyahu.

La iniciativa de disolución partió del jefe de la oposición, Yair Lapid, que acusaba al actual gobierno de coalición en el poder de ser “el peor de la historia de Israel” y de no haber sabido gestionar la crisis del coronavirus.

La disolución del parlamento provocaría las cuartas elecciones en menos de dos años en Israel.

por Guillaume Lavallée

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