País Estudio de la Universidad de Yale y el Instituto Médico Howard Hughes

Sistema inmunológico de hombres y mujeres responde diferente al COVID-19

A la luz de los hallazgos, los investigadores proponen un abordaje diferenciado por sexo en pro de la efectividad de vacunas y otras terapias relativas a COVID-19, esto con el fin de beneficiar tanto a hombres como mujeres.

Este lunes 31 de agosto, el Ministerio de Salud anunció un total de 436 decesos relacionados con COVID-19. La mayoría de los fallecimientos, 267 para ser exactos, fueron hombres de distintas edades.

Las estadísticas mundiales también evidencian una mayor vulnerabilidad de los varones ante la enfermedad responsable de la actual pandemia, ya que cerca del 60% de las muertes han sido masculinas. 

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Yale y el Instituto Médico Howard Hughes (HHMI, por sus siglas en inglés), publicado a finales de agosto, en Nature, halló que los hombres tienen más probabilidades de sufrir casos graves e incluso morir a causa de esta enfermedad en comparación a las mujeres.

Esto debido a que los varones presentan una respuesta inmunitaria más débil frente al virus SARS-CoV-2 que las mujeres, aunque la carga viral sea similar.

“En conjunto, estos datos sugieren que necesitamos diferentes estrategias para asegurar que los tratamientos y las vacunas sean igualmente efectivos para mujeres y hombres”, destacó Akiko Iwasaki, autora principal del estudio e investigadora del HHMI, en un comunicado.

De hecho, y basándose en los hallazgos del estudio, los investigadores sugieren explorar intervenciones terapéuticas y estrategias de vacunación que eleven la respuesta inmunitaria de las células T en los pacientes varones y disminuyan la activación inmunitaria innata durante las primeras etapas de la enfermedad en las pacientes mujeres.

Factores

Los científicos encontraron dos factores que influyen en esta diferencia entre sexos: los niveles elevados de citoquinas en ellos y la robusta respuesta de las células T en ellas.

Las citoquinas son proteínas inflamatorias a cargo de convocar a las células del sistema inmunitario al lugar de la infección para que estas luchen contra los patógenos invasores. En palabras más sencillas: las citoquinas constituyen el escuadrón de primera defensa que da la voz de alerta ante la presencia del invasor.

Como una primera respuesta del sistema inmunitario, las citoquinas crean una inflamación del tejido afectado como barrera física contra el patógeno y, con ello, alerta a las células inmunitarias. 

Sin embargo, los casos graves de COVID-19 presentan una acumulación excesiva de citoquinas -comúnmente llamada “tormenta de citoquinas”- que provoca acumulación de líquido en los pulmones, lo cual priva de oxígeno al cuerpo a la vez que daña tejidos y causa múltiples fallos en los órganos.

Si bien algunas mujeres presentaban altos niveles de citoquinas y, como consecuencia, enfermaban gravemente; los investigadores de Yale y HHMI observaron niveles más altos de citoquinas en los pacientes masculinos, particularmente de las llamadas interleucina-8 e interleucina-18.

En cuanto a las células T, estas son glóbulos blancos que reconocen a los patógenos invasores y proceden a eliminarlos. Es decir, este es el equipo de tácticas especializadas.

En el proceso de seguimiento a los pacientes, los investigadores notaron una respuesta más robusta de las células T entre las mujeres en comparación a los hombres. De hecho, las respuestas deficientes de las células T en los varones provocaban que su caso empeorara.

Asimismo, en los análisis se observó que los hombres mayores -pero no las mujeres mayores- tenían respuestas de células T significativamente peores que los pacientes más jóvenes.

“Estos datos indican diferencias clave en la capacidad inmunológica de base en hombres y mujeres durante la fase inicial de la infección por el SARS-COV-2, y sugieren un posible fundamento inmunológico de los distintos mecanismos de progresión de la enfermedad entre los sexos. Estos análisis también proporcionan una base potencial para adoptar enfoques dependientes del sexo para el pronóstico, la prevención, la atención y el tratamiento de los pacientes con COVID-19”, se lee en el estudio.

Limitaciones

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron muestras de sangre, hisopos nasofaríngeos, saliva, orina y heces de 98 pacientes ingresados al Hospital de Yale-New Haven entre el 18 de marzo y el 9 de mayo de 2020. Todos tenían confirmación positiva por SARS-CoV-2.

Los análisis se centraron en la carga viral, los niveles de anticuerpos específicos para el nuevo coronavirus, las citoquinas presentes en el plasma y los glóbulos sanguíneos.

Ahora bien, el estudio no está exento de limitaciones. La primera es que la muestra es pequeña, por lo que sus resultados no pueden generalizarse a la población aunque sí pueden dar pistas a futuras investigaciones que pudieran indagar en esta diferencia de la respuesta inmunitaria entre hombres y mujeres.

La segunda es que los mismos autores reconocen que las edades y factores de riesgo subyacentes no coinciden entre los pacientes con COVID-19 y el grupo control. “Para tener en cuenta esto, realizamos análisis ajustados para la línea de base y comparaciones longitudinales entre los pacientes y las personas sanas, controlando por edad el Índice de Masa Corporal (IMC). Sin embargo, no podemos descartar una confusión residual debido a factores de riesgo subyacentes no disponibles para los controles de IMC”, se lee en el estudio.

 

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