Opinión

Reconstruyendo el imaginario musical del 29 de octubre de 1821

Esa revisión histórica que acogía el 15 de setiembre como fecha de independencia, desde 1970 comienza a tener su contraparte situando en uno de sus propósitos reconstruir el imaginario musical costarricense.

Hoy en día ya no es posible ignorar, menos borrar de nuestra historia patria, los eventos del 29 de octubre 1821, cuando Costa Rica entera votó por la independencia total del gobierno español. La decisión fue unánime. A partir de esa fecha nunca más se obedeció a España ni a sus secuaces de México, Guatemala y Nicaragua. El día 30 con una visión política más sesuda y razonada en principios del derecho natural de las personas y los pueblos, el ayuntamiento de San José vuelve a proponer, como ya lo había hecho a mediados de octubre, nombrar una Junta de Legados como Gobierno provisional, lo cual sucedió el 12 de noviembre y se nombró un grupo Constituyente que redacta lo que el 1° de diciembre se conoció como Pacto de Concordia, primera Constitución Política del país.

A partir de entonces se convirtió en Estado, se independizó de España y comenzó a gobernarse de manera independiente y libre. Ese acontecimiento del 29 de octubre -donde se vota, acuerda, decreta y firma la Independencia del país- fue decisión soberana del pueblo. Las circunstancias de la época lo fueron moviendo al contradictorio de los conflictos sociopolíticos internos y externos, pero esa fecha fue ratificada en el Congreso Provincial de Costa Rica en 1823.

En esa línea histórica, el Presidente Daniel Oduber y Carmen Naranjo, Ministra de Cultura con recargo de Educación, emiten el Decreto 5303-E del 13 de octubre de 1975, donde reafirman y ratifican lo actuado por nuestros próceres el 29 de octubre de 1821. En otras palabras, no son los historiadores los que tienen la última palabra de la interpretación histórica, sino todos los actores sociales que conforman la Costa Rica de hoy, con derecho a opinión y voto, a no ser excluidos o ignorados por los académicos que se endilgan la historia.

La ley n.140 firmada por Castro Madriz en 1848, instauró la celebración del 15 de setiembre. Desde entonces y hasta 1915 (Administración González Flores) dicha fecha la festejaron los militares y -como no se halló hacer mejor- la asignaron a las escuelas y colegios. No obstante, siempre se ocultó el 29 de octubre de 1821 como la auténtica fecha.

Se conoce que a fines del siglo XIX, producto de la reforma educativa del gobierno de Bernardo Soto, las instituciones del Estado costarricense pusieron en práctica la ejecución y la entonación de himnos y canciones nacionalistas con la finalidad de conmemorar eventos relevantes de la historia patria. Desde entonces, se cantan en ciertas efemérides, siendo los centros educativos los que a partir de 1915 han asumido la tarea de reproducir estos discursos.

El imaginario musical costarricense estuvo muchas veces en manos de extranjeros desconocedores de la historia nacional, como el caso de José Campabadal y los hermanos Fernández Ferraz, españoles con buenas intenciones pero que torcieron la fiesta de la independencia con un himno al 15 de setiembre que refiere a Mora y Cañas y los hechos de la Campaña Nacional de 1856-57 ¿Y la fecha real de la independencia el 29 de octubre?  

Esa revisión histórica que acogía el 15 de setiembre como fecha de independencia, desde 1970 comienza a tener su contraparte situando en uno de sus propósitos reconstruir el imaginario musical costarricense. Por ello ya existe la “Marcha 29 de octubre de 1821, fecha de la Independencia de Costa Rica”, que cuenta con declaratoria de interés cultural del Ministerio de Cultura, también letra y música del “Himno a Gregorio José Ramírez, Padre de la Independencia de Costa Rica”, del “Himno Nacional de la Independencia de Costa Rica, 29 de octubre de 1821” y está en proceso la idea de una “Sinfonía de la Independencia de Costa Rica, 29 de octubre de 1821”. Todo esto pese a las academias de historia, del MEP y de aquellos que tratan de perpetuar “su historia oficial” porque no detendrán un movimiento por reivindicar nuestra historia patria a través de la reconstrucción del imaginario musical costarricense.

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