Cultura

Las heridas en el corsé: la reivindicación de las mujeres comunes

El libro de Yolanda Bertozzi fue editado por la Editorial Mirambel y se distribuye en Librería Lehmann.

La historia de mujeres comunes que sobreviven al duelo, la pobreza, la falta de oportunidades y la violencia, pero que también sonríen, sueñan y triunfan en una Costa Rica que se les pone en contra, es la que cuenta la novela Las heridas en el corsé de Yolanda Bertozzi.

La novela, primera escrita por la conocida teóloga y abogada, recoge y redime la historia perdida de mujeres reales, específicamente las de su familia: las mujeres Bertozzi que vivieron en Costa Rica entre finales del siglo XIX y 1919. Su bisabuela, sus tías abuelas y su abuela son las protagonistas del texto, que relata las desigualdades y dificultades que enfrentaban las mujeres de esa época y que según la autora aún enfrentan las de la actualidad.

La narración comienza con la convulsión en torno a la unificación italiana en la década de 1860 que motivó la migración del bisnonno (bisabuelo) Bertozzi a Costa Rica. Aquí se instaló e hizo familia en Puntarenas, donde se encargó de la construcción de la primera infraestructura local. Tras alrededor de una década, con tan solo 33 años, falleció y dejó a sus hijas y su esposa con una herencia que tardó diez años en resolverse, y que cuando se les otorgó ya la habían gastado o la debían.

Historia desde las mujeres

La primera novela de Yolanda Bertozzi fue editada por Editorial Mirambel y se distribuye en Librerías Lehmann.

Llegaron a San José sin nada, una familia de mujeres migrantes cargando el estigma de prostitutas y sin dote (casi un requisito para el matrimonio), en un contexto en el que las mujeres no podían estudiar, ni trabajar de forma remunerada. Se casaron tan pronto pudieron, parieron hijos y los criaron, sufrieron incesto y violencia, “hicieron lo que había que hacer”.

Es en ese punto que las mujeres se vuelven protagonistas de una historia marcada por la fuerza y la “testarudez” que les permite sobrevivir y salir adelante frente a la pobreza, el machismo imperante, la maternidad forzada, la violencia sexual y los estigmas.

“Mi bisnonno fue el punto de partida, pero como siempre me he interesado por los temas relacionados con las mujeres, a partir de ahí me enfoqué en las vivencias de sus descendientes, que eran mayormente mujeres. La narración empieza en la guerra en Italia y va hasta 1919 con la caída de Tinoco, incluyendo la participación de las maestras y de las estudiantes del Señoritas que fue fundamental en ese proceso y de lo que no se habla. Las historias de mi familia se entrelazan con las luchas de los movimientos de mujeres y con el contexto: se toca el tema de la violencia sexual, de la locura que se les diagnosticaba a las mujeres, de la falta de acceso a la educación y a los recursos económicos”, comentó Bertozzi.

La autora asegura que su único objetivo al escribir este relato es contar una historia de mujeres que es parte de la conformación de la identidad costarricense y de la que poco se habla. Puntarenas en esa época, explicó, era un crisol cultural y un foco del desarrollo en el país. Indígenas de diversos grupos humanos, migrantes nicaragüenses, chiricanos y europeos de diversa proveniencia convivían en la zona.

“No pretendo romper esquemas ni nada, solo contar la vida de mi bisabuela, mis tías abuelas y mi abuela, que era la vida común y corriente de las mujeres de la época, ni más ni menos que lo que todas vivieron: acusadas de prostitución, de locura, sin educación, sin trabajo, con maternidades forzadas. Hay una de ellas que se reivindica, que sale adelante por iniciativa propia, por cabezonada, ese personaje se inspira en mi abuela”, dijo.

Memoria para sanar

La autora cuenta que el libro responde a una inquietud que tuvo desde niña con respecto a su origen migrante. “Mi papá me decía que mi apellido era italiano, pero nadie hablaba de la historia familiar, entonces yo me planteé que el día que tuviera tiempo y recursos, me iba a poner a investigar y a escribir”.

Así, relata, emprendió una búsqueda que inició con las investigaciones de la académica Rita Bariatti sobre la migración italiana a Costa Rica y que la llevó al cementerio de Puntarenas, a las arcas del Archivo Nacional y finalmente a la mesa de conversación familiar, donde por primera vez pudo hablar de ciertos temas con otras mujeres de su familia.

Las heridas causadas por el silencio sobre las acusaciones de promiscuidad o prostitución de sus ancestras, así como la violencia, el incesto y las violaciones que marcaron la historia familiar, se sacaron del olvido para ponerlas a la luz, en las páginas de un libro y permitirlas sanar. “Ha sido un proceso doloroso para la familia, sin duda, incómodo, pero también terapéutico”.

“Empecé con muchas preguntas que ya no tengo, ahora tengo respuestas. El libro es una compilación novelada de todas esas respuestas”, comentó.

Según la autora, permitirse conocer los secretos, los dolores y traumas de sus ancestras ha sido descubrir su propia historia, entender mejor sus experiencias y las de otras mujeres, y finalmente llenarse de esperanza.

La novela recupera la historia de la familia Bertozzi a partir de las vidas de las mujeres de la familia.

Bertozzi asegura que muchas de las experiencias de exclusión que vivían esas mujeres siguen reproduciéndose en la actualidad y que falta mucho camino por andar; pero que al mismo tiempo “podemos ver cómo la legislación ha avanzado, como el feminismo se va consolidando. El mejor ejemplo son estas chicas jóvenes de pañuelos verdes que no bajan los brazos nunca”, dijo conmovida.

La novela cierra con la caída de la dictadura de los Tinoco y la participación en ese proceso de maestras y estudiantes del Colegio Superior de Señoritas. “En ese proceso la lucha de las maestras fue fundamental, muy larga y nunca contada. La lucha de las maestras por la caída de Tinoco empezó diez años antes, con la influencia de mujeres como Carmen Lyra, desde abajo, organizándose, juntándose, sembrando un semillero de mujeres conscientes. Igual fue crucial la participación de las estudiantes, y de eso nunca hablamos”, dijo.

Las heridas en el corsé se presentó en noviembre del 2019 en el Colegio de Abogados y Abogadas de Costa Rica, en una actividad donde estudiantes del Colegio Superior de Señoritas y maestras fueron invitadas de honor. “Es necesario que nosotras, que ahora podemos, reconozcamos el valor de la historia femenina y le demos honor a las mujeres; lo merecen, a las que nos precedieron”, comentó. Bertozzi concluye: “es que todas avanzamos sobre las pisadas de las que antes caminaron”.

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