Opinión

El derecho a exigir educación de calidad

“La historia del tigre no es la misma cuando quien la cuenta es el cazador”.  Relatar las historias de forma diferente, no está mal

“La historia del tigre no es la misma cuando quien la cuenta es el cazador”.  Relatar las historias de forma diferente, no está mal; lo que se cuestiona es tergiversar los hechos para incidir en la opinión de las personas.

Fui estudiante por más de cinco años de la Carrera de Trabajo Social en la Sede de Occidente de la UCR.

El jueves 12 de setiembre, Diario Extra publicó la nota “UCR niega plaza a profe por no ser marxista”, que más allá de ser una “noticia” en donde se contrastan las versiones de los hechos, parece ser un campo pagado. En esas líneas, la docente Silva Jiménez, con quien recibí varios cursos, celebra el fallo del Juzgado de Trabajo del I Circuito Judicial de San José respecto a la nulidad de la Asamblea de Sede 576, llevada a cabo el 10 de octubre, debido a su no nombramiento.

La tergiversación de los hechos se presenta desde el primer párrafo, en donde se afirma que se le negó la plaza de medio tiempo (no se aclara que en propiedad) por “ser sindicalista, tener título de maestría de una universidad privada y no seguir la ideología marxista”. Más adelante, incluso se añade que esos argumentos no se expusieron de forma detallada y clara. Quienes participamos en dicha asamblea, sabemos que en ningún momento se le cuestionó su participación en el sindicato; sino que se aludió a la manera irrespetuosa en cómo la docente resolvía los problemas.

Otro aspecto que se debe aclarar, referente al argumento de su “ideología capitalista”, es que eso fue mencionado por uno de los docentes integrantes de la comisión encargada de revisar el cumplimiento de requisitos. Ninguna de las otras personas se refirió a este elemento como argumento en la votación. Todo lo anterior se demuestra en el acta de la asamblea mencionada.

Por otra parte, en la nota no se aclara la existencia de dos tipos de carteles. En primer lugar, están las pancartas colocadas en el auditorio durante la Asamblea de Sede, alusivas a aspectos académicos como docente. En segundo lugar, durante días posteriores aparecieron mensajes anónimos y ofensivos de naturaleza sexista hacia la docente, los cuales se repudiaron completamente. A pesar de que no existe prueba suficiente que permita establecer una correlación directa entre ambos carteles, en la nota se exponen en el mismo párrafo.

Según la normativa universitaria, específicamente el artículo 111 del Estatuto Orgánico de la UCR y el artículo 2 del Reglamento de la Sede de Occidente, la Asamblea de Sede es el órgano superior de la sede. Por tanto, en los casos de designación de plazas en propiedad a docentes, este es el órgano que toma la decisión; independientemente del cumplimiento de requisitos. Si sucede lo que desea Silva: “sentar un precedente” y a partir de esto aumentan los intentos de violación a la autonomía y a la decisión del pleno de la Asamblea, provocaría que el mismo órgano pierda su capacidad decisiva y, por consiguiente, ejecutiva del funcionamiento de la sede.

Además, es importante reflexionar sobre las representaciones estudiantiles en los espacios de toma de decisiones, producto de la Reforma de Córdoba en 1918. ¿Quién tendrá la valentía para alzar la voz y plantear inconformidades justificadas sobre el papel docente cuando existe el riesgo de la criminalización en un juzgado o en un diario? Especialmente, dentro una sociedad donde los medios de comunicación deslegitiman al estudiantado y algunas dirigencias sindicales, que estuvieron en asociaciones estudiantiles, criminalizan socialmente a estudiantes.

Por último, mi compromiso ético-político, forjado gracias a otras docentes incidentes en mi proceso formativo, me prohíbe silenciarme cuando veo ataques a la Universidad y a la carrera. Estoy seguro de que el estudiantado subversivo siempre se criminalizará; no obstante, lo esencial es que nunca pare de germinar esa rebeldía en las nuevas generaciones. Aunque nos intenten callar de varias maneras, encontraremos muchas más para hacer oír nuestras voces. Seguiremos exigiendo educación de calidad.

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