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La imposición armónica del lirismo

De la última generación de poetas jóvenes que asistía al Taller Literario Francisco Zúñiga Díaz, cuando el maestro aún coordinaba ese espacio de creación y convivencia

Todas las que eres

Joan Bernal

Poesía

Editorial Arboleda

2019

De la última generación de poetas jóvenes que asistía al Taller Literario Francisco Zúñiga Díaz, cuando el maestro aún coordinaba ese espacio de creación y convivencia, quien poseía la tendencia más lírica siempre fue Joan Bernal. Se caracterizaba por su estilo personal, por ese yo lírico que mostraba en el papel una amalgama de sentimientos encontrados, en constante lucha por imponerse y revelarse ante los demás.

De esa etapa de crecimiento, se fueron evidenciando también lecturas imprescindibles para este escritor costarricense, tales como Octavio Paz, Pablo Neruda y, por supuesto, las voces más líricas de la aclamada Generación del 27 (Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Federico García Lorca, entre otros). Ese aprendizaje fue puliendo su estilo, que fue ganando en osadía, solvencia y calidad.

Precisamente, como muestra de ese perfeccionamiento en su escritura, Joan nos devela su último trabajo poético, titulado Todas las que eres. Publicado por la acertada editorial Arboleda, este es un texto concienzudo, donde podemos percibir años de pulimiento, trabajo constante con el lenguaje y ese tono lírico que tanto caracteriza su producción.

Con epígrafes introductorios de Juan Gelman y Wislawa Szymborska, el poemario está dedicado a todas esas mujeres que el yo lírico ha amado con intensidad durante su vida en este mundo. Entre ellas podemos citar a la mujer abandonada por su esposo, a la madre (hermoso testimonio a favor de la eutanasia), a la hermosa poeta costarricense Ana Istarú, a la prostituta, a la sobrina, a las estudiantes norteamericanas de intercambio, a la lesbiana, a las mujeres costarricenses en general, a la vecina de enfrente, a las mujeres de paso, a la mujer extranjera sedienta de cuerpos, a la estrella porno Naomi Rusell, a las mujeres que solamente pueden ser percibidas en los monitores, a la bailarina de los night clubs, a la amiga, a la orgullosa y a todas aquellas que lo han rechazado por la terrible virtud de la timidez.

Todas las que eres es un texto que se desenvuelve a través de un lenguaje finamente elaborado, con figuras literarias deslumbrantes (entre las que sobresalen la aliteración y la metáfora), que muestran a un autor que sabe cómo lidiar con la palabra y domarla.

Algunos ejemplos de esta aseveración son los siguientes:

He andado a pie la soledad entera…

Vivo en mi azul Elisa.

¿Tú vives en tu azul?

Sospecho que te ríes.

No sé si te consigo.

Hay hombres que se ríen de mi modo de ser hombre. (“Carta a Elisa”)

Camino por la carretera con la no ilusión

de que dejé mi casa.

Y de que mi prole será como la arena.

Soy una gran nación mientras camino. (“Pequeña carta a mi madre”)

A cuántas leguas de viaje terrestre

o submarino

estarán los ojos de la mujer que ame. (“La incesante espera de sabernos dos”)

De pelo negro con el lacio de una lluvia tupida.

Yo alabo la dimensión de tu belleza (“Elogio a las mujeres de Costa Rica”)

Si no eres viento

quién es la mirada…

Debo salir a pelearte

(entrar en mí debiera)

para que tú me ganes

(para salir de ti) (“Todas las que eres”)

Ninguna mujer son todas las mujeres

que viven sus vidas sin mí

hasta sus muertes.

De todas solo queda ella.

La que vive en la oscuridad

Llamémosla dichosa. (“Ella, la que alumbra”)

Estos son solo algunas muestras del lenguaje poético del autor, un lenguaje hecho a punta de yunque, llama y originalidad. Es por eso por lo que puedo indicar, rotundamente, que Joan es uno de los poetas más líricos de Costa Rica, que ha creado una poesía única, con la capacidad de domar el potro salvaje del lenguaje humano y regalarnos un atardecer literario desconocido.

Y es tan original, que hasta una amiga cercana de él le dirigió, con gran sinceridad, la siguiente frase: “Nunca he conocido a un escritor que le escriba un poema a un paraguas”. Palabras sabias como la verdad.

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