País En finca piñera:

Comunidad denuncia intoxicación de niños por fumigación

Envenenamiento masivo en una localidad de Florencia de San Carlos es una realidad recurrente que enfrentan niños y niñas de una escuela local.

“El caos se dio poco antes de la 1 p.m. Me llamaron al trabajo y vine, cuando llegué era terrible el olor, fuertísimo. Encontré a mi hijo muy afectado, le picaban los ojos, le dolía la cabeza y el estómago, y sentía ganas de vomitar; dijo que le temblaban las rodillas. De inmediato uno se alarma, se asusta y se llaman las ambulancias. Por dicha el traslado fue rápido; el médico corrió; nos atendieron muy bien, les tomaron signos. Fue muy curioso que todos llevaban temperatura”.

De esa manera recuerda Danixa Castro el evento de intoxicación que afectó el pasado 23 de agosto a niños, niñas y personal de la escuela La Ceiba, en San Juan de Platanar, Florencia de San Carlos.

Su pequeño hijo Josué, de ocho años de edad, estuvo entre las 22 personas que según datos oficiales del Ministerio de Salud debieron ser remitidas ese día al Hospital de San Carlos. El mismo Josué relató que fue alrededor de a las 6 a.m. que se empezó a sentir el fuerte olor proveniente de la finca piñera propiedad de la empresa Cítricos Bellavista. Esta queda a menos de 50 metros del centro educativo y además es vecina de varias casas de habitación de la comunidad.

Castro detalló que en primera instancia las personas afectadas, 16 menores y 6 personas adultas, fueron llevadas al Ebais de Platanar, donde pronto se tomó la decisión del traslado hospitalario.

El formulario de la denuncia presentada por personas de la comunidad -fechado el lunes 26 de agosto- apunta como actividad denunciada la “agroindustria de piña”; entre los hechos cita “malos olores”, “polvo o partículas” o “uso de sustancias tóxicas”; y remata con la leyenda “intoxicación comunal”.

Personal docente de la escuela informó que, afortunadamente, los estudiantes de kínder no se encontraban ese día presentes en su aula, que es la más cercana a la piñera.

UNIVERSIDAD pudo visitar la zona y la comunidad afectada gracias a una gira organizada por el programa Kioscos Ambientales, de la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) de la UCR.

Riesgo para la salud

San Juan es una comunidad que tiene unos 60 años de ser pueblo, compuesta por unas 520 familias, o entre 1.200 y 1.500 personas, según informó Estela Solís, integrante de la Asociación de Desarrollo. Las principales actividades que históricamente se han desarrollado son la producción de caña y la ganadería.

Añadió que la presencia de la empresa piñera Cítricos Bellavista tiene más de una década. “Llevamos diez años luchando contra los químicos que contaminan el ambiente”, acotó al respecto.

Solís subrayó que no es la primera vez que se dan problemas con los químicos y que incluso la del 23 de agosto fue la tercera ocasión en que la escuela debió ser evacuada.

“Hemos llamado al 911 en repetidas ocasiones, porque a la 1 o 2 a.m. el olor nos ha sacado de la cama. La primera vez fue hace 12 años, mi hijo tenía tres, salimos corriendo porque pensamos que era una fuga de gas y encontramos que todo el barrio estaba afuera. Es algo insoportable el olor a químicos”, recordó.

Según la información de la que disponen los vecinos, e incluso según consta en un informe técnico del Ministerio de Salud fechado el mismo 23 de agosto, el insecticida utilizado por la piñera es conocido como Diazinón, y se supone que no debería de generar olores.

Tras criticar la falta de regulación y vigilancia por parte de entes del Estado, aseveró que “hay como un montaje. Eso pasó un viernes, siempre pasa los viernes en la tarde, sábado y domingo. Cuando llegamos los lunes al Ministerio de Salud, nos dicen que todo está en orden”.

“Cuando se hace la denuncia, le rogamos al Ministerio de Salud que entre, que hagamos las pruebas de los tanques, que no esperemos al papel el lunes. A nosotros nos envenena y nos afecta lo que riegan el día (23 de agosto), no lo que el papel diga el lunes. Es contradictorio”, se quejó.

Un informe técnico del Ministerio de Salud, elaborado el mismo 23 de agosto por Walter Delgado Sáenz, de Vigilancia de la Salud, Región Huetar Norte, detalla que el veneno utilizado es el comercializado bajo la marca Diazol 60 EC, cuyo ingrediente activo es el mencionado Diazinón. Concluye que las 22 personas afectadas presentaron una “intoxicación leve, aparentemente provocada por la inhalación” del mencionado producto “utilizado en la empresa Cítricos Bella Vista”.

Sentencia el documento, además, que la permanencia de estudiantes y personal docente de la escuela “durante la fumigación o en horas cercanas a esta, representa un riesgo para la salud”. Por ello, recomendó una visita por parte del personal de Regulación de la Salud, “con el fin de emitir criterio técnico sobre la manera de evitar o minimizar la exposición de personas a los agroquímicos utilizados por esta empresa”.

Estela Solís: “¿Hasta dónde puede una empresa cerrar los portones y no atender al Ministerio de Salud?” (Foto: Katya Alvarado).

El lunes 26 Salud emitió una orden sanitaria “al representante legal de la empresa Bella Vista, para que inmediatamente suspenda la aplicación de agroquímicos”. Sin embargo, la dirigente comunal Estela Solís denunció que la empresa siguió fumigando, concretamente el  miércoles 4 de setiembre.

El documento oficial de la denuncia presentada el 26 de agosto señala que se programó una visita de inspector para el día 5 de setiembre. Estela Soĺís informó que en efecto ese día acompañó a personal del Ministerio de Salud con la idea de presenciar la inspección, pero “ningún portón fue abierto. ¿Hasta dónde puede una empresa cerrar los portones y no atender al Ministerio de Salud?”, cuestionó.

Tanto por correo electrónico como por vía telefónica se contactó a la empresa en cuestión. Sin embargo, al cierre de edición no se indicó que ningún funcionario o funcionaria se referiría al tema, ni se contó con posición alguna.

Expansión venenosa

Sindy Rodríguez es docente de segundo y quinto grado en la escuela La Ceiba. Ella narró que, luego de que el personal sacó a todos los estudiantes ese 23 de agosto, no se podía acceder al edificio por lo fuerte del olor.

Sindy Rodríguez: “Hace tiempo fumigan, pero lo hacían de noche para evitar esto; pero otra vez lo hacen de día y con químicos más fuertes”. (Foto: Katya Alvarado).

La maestra reconoció que el personal no tiene formación en cómo atender ese tipo de emergencias, pues “por falta de conocimiento, tratamos de que los chiquitos se lavaran y tomaran agua”. Posteriormente la Cruz Roja les explicó que lo correcto es mezclar bicarbonato en el agua, de lo contrario puede provocar que las personas afectadas más bien traguen más veneno.

“Ese día en el Ebais tuvimos que bañar a los niños, pero no está acondicionado para eso, los tuvimos que bañar con una manguera y ponerles batitas, mientras lo papás llegaban con ropa limpia”, recordó.

Añadió que algunos de los menores afectados se terminaron de bañar en el hospital, pero que su llegada incluso afectó a las secretarias del centro médico y el olor las obligó a salir.

“Hace tiempo fumigan, pero lo hacían de noche para evitar esto; pero otra vez lo hacen de día y con químicos más fuertes”, señaló.

Otra docente, Lorena González, informó que el año pasado también se dio un incidente de intoxicación. En esa oportunidad tres niños, el director y ella misma sufrieron la intoxicación: “han sido tres veces que hemos sido afectados”, dijo.

Por su parte, Myriam Dixon, vecina del pueblo, explicó que la finca piñera “se ha formado por partes”. Originalmente constaba de “varias manzanas” relativamente alejadas de San Juan, pero luego se expandió al alquilar y comprar más terrenos, hasta llegar a la comunidad misma y a una distancia mínima de la escuela.

“El veneno, cuando fumigaban, al principio no nos llegaba, porque podían haber 200 metros”, relató. Hoy en el piñal llega “a la pura par, a los 50 metros” de su casa. “Nos está contaminando demasiado”, señaló.

Además, rememoró que la primera vez que fumigaron, cuando el campo de piña llegó así de cerca, “salimos corriendo, yo también pensé que el gas iba a explotar, pero salimos y vimos toda la comunidad inundada; era un producto que habían usado”.

Dijo que luego de que llamaron al 911 y a las instituciones pertinentes, funcionarios de la empresa “cogieron el tanque y lo vaciaron en la quebrada de La Muerte, ahí echaron todo el veneno. Esa quebrada da al río San Rafael. Esta piñera es una contaminación terrible. Así han venido dándose estos hechos, solamente contaminar y contaminar”.

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