Opinión

Carta abierta a las autoridades universitarias

Tuve ocasión de atender la Sesión Solemne del Consejo Universitario con motivo de la celebración de los 79 años de la fundación de la Universidad de Costa Rica

Sr. Rector

Sra. Presidente del Consejo Universitario

Srta. Representante Estudiantil:

Tuve ocasión de atender la Sesión Solemne del Consejo Universitario con motivo de la celebración de los 79 años de la fundación de la Universidad de Costa Rica, por medio de la transmisión del canal TV-15.

Manifiesto públicamente mi malestar y asombro por  la falta de mención en  este significativo logro para el desarrollo cultural del país, de los gestores de esta magna obra, excepto por la sucinta referencia a la ley 362 que hiciera el Rector Jensen. Si bien se menciona la vieja y ortodoxa Universidad de Santo Tomás  o a las dispersas facultades o escuelas que le precedieron, lo cierto es que el punto de arranque fue la llegada de la misión chilena, allá por 1935 al final de la última administración del Presidente Ricardo Jiménez y de su Ministro de Educación, Teodoro Picado. Si bien es cierto que se mencionó al profesor don Luis Galdames,  experto en educación superior que presidía dicha misión, la administración en que ocurrió el suceso y el encargado de la gestión, el Secretario de Educación Pública de esa época, quien luego fuera el presidente Picado, permaneció en el anonimato. Lo cierto es que el proyecto de ley que bien podríamos llamar Jiménez-Picado-Galdames no fue aprobado por el Congreso de la época, aunque quedó un documento elaborado por  la misión chilena llamado La Universidad Autónoma.

Vino luego un silencio en materia de fundar la universidad costarricense en la administración de León Cortés, quien orientó la acción a la construcción material de obra pública, hasta el gobierno  de la administración Calderón Guardia que inició en 1940. Al respecto, el catedrático Daniel  Camacho en su lección inaugural afirmó:  “se funda porque hay una clara y firme disposición del  gobierno del presidente Rafael Ángel Calderón Guardia”, incluso  en el mensaje inaugural de la toma de posesión dice: “el gobierno va a concentrar sus esfuerzos en la fundación de la Universidad Nacional”.  No cabe la menor duda de quién fue el gestor y motor político, aunque como es natural las acciones concretas recayeron en su ministro de educación, el Lic. Luis Demetrio Tinoco.

He aquí mi queja por cuanto las autoridades de la universidad, cuyo lema es lucem aspicio, que participaron en el significativo acto al cual hice mención, no aspiraron en sus discursos iluminar la realidad histórica. Más bien recibió una alta nota la centenaria Reforma de Córdoba, posiblemente de poca o ninguna relevancia en su génesis, por cuanto el Dr. Calderón Guardia se había formado en la Universidad de Lovaina, lejos del ambiente latinoamericano.

En resumen, en el acto de celebración del Aniversario 79 de la fundación de la Universidad  de Costa Rica se ha falseado, por omisión, la realidad histórica y se ha invisibilizado la contribución del Secretario de Educación don Teodoro Picado en la Administración  Jiménez Oreamuno y sobre todo la figura descollante del Reformador Social de  Costa Rica, el  Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia.

Las autoridades universitarias que dieron sus discursos ese día, bien harían en hacer  pública la rectificación histórica correspondiente y ojalá busquen la manera de que en los jardines de la universidad se constituya una obra escultórica con la figura señera de su fundador.

Con toda consideración, se suscribe,

Dr. Orlando M.  Morales M, Catedrático jubilado, UCR-Medicina

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