País

Piza concreta su anunciada salida del gobierno

El ministro se queda en su cargo hasta este 31 de julio y pasará a ocupar un puesto a cargo de un proyecto en la Organización de Estados Americanos (OEA).

El ministro de la Presidencia, Rodolfo Piza, anunció hoy su renuncia y puso fin a meses de incertidumbre sobre su presencia y las funciones que podía realizar como coordinador del gabinete de Carlos Alvarado.

El político y abogado de 60 años, dos veces candidato a la presidencia por el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), anunció esta mañana que se quedará en Casa Presidencial hasta este 31 de julio. 

Piza leyó  un discurso de 17 minutos, nostálgico y acompañado del gabinete en pleno. Cuando abandonó el micrófono, todos los jerarcas se pusieron de pie y le aplaudieron, mientras que el  presidente, Carlos Alvarado, lo abrazó. Luego, la ministra de Planificación, Pilar Garrido y el ministro de Transportes, Rodolfo Méndez, le dedicaron unas palabras de agradecimiento.  

El ministro habló de la conclusión de una etapa, pero también de los retos que enfrentó durante este año y dos meses. Destacaron palabras como “batalla” “división”, “discriminación”, “exacerbación”, “destruir”, “mezquindad” en su carta de despedida. 

Piza aseguró que durante este tiempo sirvió al presidente y decidió no responder a los ataques de sus opositores, porque claro tenía que el ministro de la Presidencia no tiene que buscar los aplausos. El  presidente le agradeció “la valentía y coraje” de su labor. “Pierdo un ministro y gano un amigo”, manifestó Alvarado. 

La salida del ministro Piza será efectiva a partir del 31 de julio, fecha hasta la que se conocerá quien le reemplazará. Por ahora, el ministro descartó aspirar a la presidencia en el 2022.  “En ese momento no tengo aspiraciones presidenciales, no sé si en dos años lo pensaré”. Ahora, sobre su futuro, detalló que asumirá el cargo de coordinador de un proyecto de la Organización de Estados Americanos (OEA), que le ofreció el secretario general, Luis Almagro. 

De esta manera concluye el cuestionado servicio de Piza como ministro de la Presidencia, el cargo que asumió en mayo de 2018 después del acuerdo al que llegó dos meses antes con el entonces candidato Carlos Alvarado, de cara a la segunda ronda electoral. 

El Ministerio de la Presidencia se convirtió en su primer cargo en el Gobierno central, aunque acumulaba el kilometraje político de haber sido presidente de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) en 1998-2002 y magistrado suplente de la Sala Constitucional en 2009- 2013.

Piza concluye 14 meses desde que comenzó funciones como símbolo de moderación, experiencia y conservadurismo, elementos que resultaron útiles para el triunfo electoral de Alvarado. Así quedó en evidencia en la encuesta de Opinión Pública del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) en abril de 2018. El estudio arrojó que al menos ocho de cada diez votantes del PUSC en 1ª ronda  sumaron votos para el triunfo del oficialista Carlos Alvarado en la 2ª ronda.

Piza aseguró que no ocupará otro puesto en este gobierno. Foto: Katya Alvarado.

Ahora,  508 días después de aquella mañana del 8 de marzo en que Alvarado y Piza firmaron un acuerdo en un hotel en San José, el socialcristiano anuncia que se va y que no ocupará otro cargo en este gobierno. Los enlaces entre Zapote y Cuesta de Moras ahora estarán a cargo de alguien más, que el gobierno por ahora no revela pero suena como posible candidato, Víctor Morales, el diputado oficialista. 

De la Asamblea Legislativa, Piza no se despide en los mejores términos. Los diputados quedan insatisfechos, le achacan una participación débil y ausencia en las negociaciones.

“Yo creo que don Rodolfo puede estar más cercano a esta Asamblea Legislativa”, dijo el liberacionista y ahora presidente del Congreso, Carlos Ricardo Benavides, cuando se cumplió el primer año legislativo.

También, la oficialista Paola Vega aseguró que su fracción tendió relaciones más directas con el presidente Alvarado, porque el ministro brillaba por su ausencia. 

Otros, como el diputado del Frente Amplio, Jose María Villalta, dijo que a Piza se le vio durante la negociación del plan fiscal, pero después ya no. Aunque reconoció que el haber tenido más presencia, no necesariamente era igual a tener éxito en las relaciones porque pudo haber sido “tan torpe como un elefante en una cristalería”. 

Piza llegó acompañado al gobierno del PAC,  pues de su partido queda la representante ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Edna Camacho;  el ministro de Obras Públicas y Transportes, Rodolfo Méndez Mata; o el viceministro parlamentario, Agustín Castro.

También queda por cumplir gran parte del acuerdo que Alvarado firmó con Piza para enrumbar el gobierno de unidad. Un documento que plasma 58 de 85 puntos que el socialcristiano negoció con el mandatario a cambio de su adhesión.

Este acuerdo contempla compromisos en materia de empleo, seguridad, crecimiento económico y hasta resguardo de valores cristianos como la defensa del matrimonio entre hombre y mujer -siempre y cuando se respeten la decisión de los órganos competentes- o la no ampliación de la normativa vigente en el Código Penal sobre aborto terapéutico. 

Más allá del ámbito legislativo 

Durante poco más de un año, los compromisos que cargó el ministro de la Presidencia no se limitaron al ámbito legislativo. Desde el 25 de junio del año anterior Piza coordinó la reuniones semanales de la Comisión de Notables  para la reforma del Estado; sin embargo, los frutos visibles de esta junta de trabajo no trascendieron más allá que una propuesta para reformar el reglamento legislativo, que a la vez ardió en cuestionamientos porque proponía restringir a los diputados de hacer cambios a los proyectos del Poder Ejecutivo. 

Cuando Piza recorrió provincias y cantones para defender la posición del gobierno sobre la reforma fiscal, tampoco escapó de críticas o rechazos sociales, pues en ocasiones como la del 3 de noviembre 2018, lo sacaron escoltado del Consejo Municipal de Coto Brus porque había tensión en el ambiente y los manifestantes le gritaban consignas como “fuera, fuera, fuera”. 

Similar ocurrió el 24 de setiembre en San Carlos, cuando abandonó el lugar porque los ciudadanos le lanzaron abucheos como “traidor”, “no mienta”, “el pueblo unido jamás será vencido”. A estas manifestaciones Piza respondía: “A mí me toca enfrentar problemas, no me toca inaugurar. Acepté el cargo que no inaugura, que no es felicitado”. 

Episodios como ese se presentaron en varias ocasiones. Días atrás, el Gobierno enfrentó una nueva ola de protestas y reclamos sociales por parte de pescadores, estudiantes, docentes, transportistas, y al ministro Piza poco se le vio entablando diálogo. 

Frente al sector pesquero, el ministro era el encargado de coordinar los proyectos de la zona del Pacífico Central encaminados en la mejora de condiciones de empleo y seguridad. Pero más bien Piza se desligó y cuando le consultó por la problemática de desempleo en “el puerto” y las soluciones que había llevado el gobierno durante el primer año, el ministro aseguró que las negociaciones de los pescadores o la pesca de arrastre, no eran competencia de su ministerio. 

Este 25 de julio, mientras Piza cruzaba la calle para llegar al parque de Nicoya, un ciudadano se le acercó y le dijo: “Tenga un poco de vergüenza y renuncie”, pero esta vez no lo escoltaron y quizá tampoco lo reprochó porque su renuncia del Ejecutivo estaba cerca. 

Ahora, entre esos conflictos y tensiones, Piza se va y deja en evidencia el deterioro de su relación con el PUSC. 

Porque claro lo dijo la diputada y jefa social cristiana, María Inés Solís: “Cuando Rodolfo Piza le dio la adhesión a Carlos Alvarado, nos separamos de la decisión y quedó clarísimo que era una decisión personal suya. Se iba con él a Gobierno quien personalmente quería hacerlo, pero no a nombre del partido”.

*Créditos de foto principal: David Bolaños/ Interferencia. 

Suscríbase al boletín

Ir al contenido