“Quieren manchar la imagen del Dr. Sergio Moro, cuya integridad y devoción a la patria están por encima de cualquier sospecha. Serán desenmascarados, una vez más. Los diálogos y acusaciones divulgadas ratifican el trabajo honesto e imparcial de los que tienen la ley a su lado. El juzgamiento popular dará a los detractores la respuesta que merecen. ¡¡¡Brasil por encima de todo!!!”
Así reaccionó el general retirado Augusto Heleno, ministro jefe del Gabinete de Seguridad Institucional (GSI) y probablemente el militar más cercano al presidente Jair Bolsonaro.
El texto fue difundido por la página “República de Curitiba”, cuyo objetivo principal, según anuncian ellos mismos, “es apoyar la operación Lava Jato”.
Después que “un site de extrema izquierda, aliado de un grupo de hackers, intentara atacar la Lava Jato, los generales reunidos mandaron un duro recado a estos saboteadores de la patria”, afirmó la República de Curitiba.
Augusto Heleno protagonizó el viernes pasado otro incidente cuando, ante periodistas y en presencia de Bolsonaro, dio golpes en la mesa para insultar a Lula y reivindicar prisión perpetua para el expresidente.
“Esto es una canallada, típica de este sujeto”, dijo el general-ministro en referencia al expresidente.
Heleno respondía a declaraciones de Lula que ponían en duda el ataque con cuchillo que Bolsonaro dice haber sufrido durante la campaña y exigían a los militares adoptar una posición de defensa de los intereses nacionales.
”General que acepta subordinarse a la bandera norteamericana no merece ser general”, dijo Lula, en referencia al saludo militar hecho por Bolsonaro a la bandera de los Estados Unidos.
“Las fuerzas armadas existen para defender la soberanía nacional, no para hacer la guerra”, afirmó Lula.
La presidente del PT, la senadora Gleisi Hoffman, respondió condenando el “deplorable ataque de truculencia del general Augusto Heleno”, que expuso “crudamente su odio contra el presidente Lula” y todo lo que representa para el pueblo brasileño.
Las expresiones del general Heleno contra Lula y de apoyo al ministro Moro no fueron las únicas entre los militares, especialmente los del ejército.
La República de Curitiba reproduce otras declaraciones, como las del general Girão Monteiro, para quién la Lava Jato ha sido el mayor grito reciente de independencia de Brasil en la lucha contra la corrupción.
Girão Monteiro pregunta sus lectores: “¿De qué lado vas a estar? Del lado de los criminales o del lado de quien los ataca?”
El vicepresidente, general Hamilton Mourão, también salió en defensa de Moro, “un tipo que cuenta con la total confianza del presidente” y con “un respeto enorme por parte de la población”.
El excomandante en jefe del ejército, general Eduardo Vilas Bôas, hoy integrante del equipo del general Heleno en el Gabinete de Seguridad Institucional, calificó de “momento preocupante” el que se está viviendo en Brasil, en el que “la insensatez y el oportunismo intentan vaciar la operación Lava Jato”.
La renuncia del general Carlos Alberto dos Santos Cruz a la Secretaria de Gobierno de la presidencia la semana pasada y su sustitución por el general Ramos Pereira, comandante de la región militar del sudeste, el primer militar de la activa a sumarse al gabinete, es vista como un endurecimiento del gobierno.
El cambio ocurre cuando las filtraciones sobre la Lava Jato amenazan el discurso que llevó a Bolsonaro al poder y cuando la oposición sale a las calles convocada por una huelga general que el régimen parece dispuesto a enfrentar con una mayor presencia militar.
