— Y ¿el aborto?
Un grupo de diputados ilustres me hacen la pregunta en labios del legislador Erik Rodríguez Steller.
— Señores diputados, su pregunta no es fácil de responder.
—Señor, ¿qué dicen Las Leyes Mandela sobre el tema?
En un instante de meditación me fue dable recordar la respuesta de Diotimia, la maestra de Sócrates, cuya respuesta nos llega en El Banquete de Platón.
Podría citar las Leyes de Manu, libro religioso de la India, 2000 años anterior a la Biblia, en donde al violador se le cortan los cinco dedos de una mano… y a la víctima, a la mujer, los diez dedos por dejarse violar.
Podría salir del paso citando la Biblia misma ante este grupo de diputados cristianos que acompañan al Licenciado Eric Rodríguez.
En la Biblia misma, la mujer era obligada al aborto cuando queda en cinta de un filisteo.
La madre de un niño judío también tenía que ser gestado por un varón judío.
En África, las monjas africanas blancas sufrieron violación y 70 de ellas quedaron embarazadas. La Iglesia Católica vedó para ellas el aborto. Ello provocó la Rebelión de las Mujeres Romanas contra las opiniones del Santo Padre y aducían que el Papa no puede dar a luz después de una violación.
Al final de un camino, con el apoyo de las mujeres del mundo, las romanas lograron la ley del aborto.
El señor diputado don Erik Rodríguez regresó a la pregunta:
–En el mundo las personas que recibieron la presea del Premio Mandela son cuatro: el Dr. Sergio García Ramírez, expresidente de la Corte Internacional de los Derechos Humanos, el Dr. Luis Rodríguez Manzanero, profesor emérito en Derechos Humanos; el Dr. Galbert de la Corte Europea de los Derechos Humanos, y usted…
En ese momento una diputada que conforma el grupo insiste:
- ¿Cuál es la posición de las Leyes Mandela sobre el aborto que le pregunta a usted don Erick?
- Señores mi labor son los Derechos Humanos. Cuando una mujer ingresa al presidio existen 366 de esos derechos que le son violados por orden de un Juez. En el presidio la mujer es “basura” y esto es grave porque la mujer “no es igual ” al hombre, según dice el DR. James D. Watson en su obra “A,D,N El Secreto de la vida”.
El Dr. Watson es Premio Nobel de Biología y sobre este tema, en su Capítulo 12, repite alrededor de un concepto universal: Los Derechos de la Mujer deben de ser siempre defendidos por la mujer misma.
En una violación, cuando interviene la endogamia, la violación adquiere otro camino.
Amigos míos, carezco de los recursos de la biología, empero, sintiendo el Derecho de la Mujer dentro de lo que cubriría y cubre La Ley Mandela.
Un ejemplo para que nos sea posible meditar: Vamos a pensar ante esta historia que “M” es nuestra hija.
La Editorial Costa Rica rechazó un libro biográfico de una maestra de escuela.
Regresó desde Italia a donde sus padres la enviaron a estudiar bibliotecología. Cumplía sus 23 años.
La enviaron a una escuela en Guápiles. Fue necesario vivir en un refugio a 300 metros de la escuela. El director le dijo que tenía que estar presente en un bingo que terminó a las 10 de la noche. Debía cruzar un bananal de 200 metros.
Tres personajes la atacaron y fue violada.
La tragedia encendió su vida al saber que estaba embarazada. Su novio la dejó. El sacerdote dijo que era un atentado al Dios de Israel matar al niño. Un examen demostró que serían gemelos.
Nadie le dio ayuda. Intentó suicidarse.
En el Hospital de la Mujer, al momento en que la enfermera intentó enseñarle a sus dos niños, ella volteó la cabeza para no mirar.
El Consejo de la Editorial Costa Rica considero que el gesto de la mujer al final del libro era un gesto “satánico”. Es de repetir: “satánico”.
La maestra “M” de nuevo regresó al Hospital Psiquiátrico. Cinco semanas después se suicidó.
Decía el maestro Carlos Luis Fallas que lo que solía suceder en que la fantasía del artista puede ser superada por la realidad.
Mi respuesta -no como persona de Costa Rica que un día recibió la presea del gran defensor de los Derechos Humanos en el Mundo- debe de ser para usted, señor diputado Erick Rodríguez Steller y también para sus compañeros.
Si la Señorita “M” hubiese sido su hija, ¿qué harían?