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EEUU se prepara para elecciones de mitad de mandato con tintes a referéndum sobre Trump

En Estados Unidos los presidentes suelen perder terreno en el Congreso en las primeras elecciones de mitad de mandato, pero una economía fuerte podría ayudar a romper este precedente.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sigue este lunes su maratón de mítines a pocas horas de que se abran las urnas para los comicios de mitad de mandato, considerados como un referéndum sobre su persona, dos años después su elección.

El lunes el presidente estadounidense regresará a la Casa Blanca pasada la medianoche, unas horas antes de la apertura de las urnas, después de participar en varios actos de campaña en Cleveland, Ohio; Fort Wayne, Indiana y después Cape Girardeau, en Misuri.

“Todo lo que hemos creado y lo que hemos logrado está en juego”, dijo Trump a la multitud en Cleveland.

Pese a que el nombre de Trump no está en las papeletas, está claro que las elecciones son un referéndum sobre su gobierno, en las que están en juego la totalidad de los escaños en la Cámara de Representantes, un tercio de los puestos del Senado, 36 gobernadores y docenas de legislaturas estatales.

Los estadounidenses asisten al final de una campaña que estuvo marcada por dos violentos incidentes: el envío de paquetes con explosivos a prominentes líderes opositores y la masacre en una sinagoga en Pittsburgh donde murieron 11 personas.

Los dos hechos motivaron acusaciones de que Trump alienta la violencia con sus tuits incendiarios y discursos cargados de duros comentarios contra sus opositores.

Pero el mandatario estadounidense reaccionó culpando a los periodistas críticos de alimentar el extremismo.

La inmigración como tema central

En el ambiente electrizado de sus mítines, Trump saca partido de su experiencia como presentador de televisión, logrando cautivar a su público y colocarse en el centro del debate.

Con un estilo que mezcla las declaraciones grandilocuentes, lenguaje llano y toques de un humor cruel con el que fustiga a sus detractores, Trump coloca a los votantes en la vicisitud de elegir entre su gestión, en la cual la expansión de la economía llevó al desempleo a un mínimo de 3,7%, y su visión de la seguridad, y las posturas de los demócratas, a los que califica de izquierdistas extremos.

“Si los demócratas radicales toman el poder, van a lanzar una bola de demolición contra nuestra economía y contra nuestro futuro”, advirtió este lunes.

La estrategia de centrar todo el debate político sobre sí mismo es una apuesta, al igual que el viraje de su discurso, que pasó de elogiar los logros económicos de su gestión a una narrativa dura -y que algunos califican de racista- en la que ha denunciado la inmigración ilegal como una “invasión”.

A pocos días de las elecciones, Trump envió a más de 4.800 efectivos a la frontera con México y sugirió que si los migrantes centroamericanos que marchan por miles en caravanas hacia Estados Unidos tiraban piedras a los agentes, éstos podrían responder con tiros, aunque después se retractó.

Los demócratas “quieren imponer el socialismo en nuestro país. Y quieren borrar las fronteras de Estados Unidos”, dijo en la noche del domingo en un encendido mitin en Chattanooga, en Tennessee, en el centro del país.

Esta táctica le funcionó en 2016 cuando en contra de todos los pronósticos logró salir elegido, pero estos discursos también irritan a muchos, lo que le ha dado a los demócratas una esperanza de una mayor movilización.

El enigma del voto latino

Uno de las mayores interrogantes es cómo va a reaccionar el electorado a la agresiva retórica de Trump contra la inmigración y específicamente si esto va a afectar de una forma u otra al voto latino, en un país donde 29 millones de hispanos están registrados para sufragar.

Pese a que el presidente estadounidense tiene el rechazo mayoritario de la comunidad latina, casi 30% de los votantes hispanos lo apoyaron en 2016.

En Estados Unidos los presidentes suelen perder terreno en el Congreso en las primeras elecciones de mitad de mandato, pero una economía fuerte podría ayudar a Trump a romper este precedente.

Según una encuesta encargada por el diario The Washington Post y ABC News, los demócratas tienen ventaja de 50% frente a 43% en la cámara baja, pero esta diferencia se ha reducido desde los 14 puntos con los que contaban en agosto.

Sin embargo, los sondeos no muestran la correlación con la gente que realmente va a votar y en este punto incluso los pronósticos de tormenta en el este del país podrían tener un impacto.

Los demócratas sacaron su principal arma en los últimos días de campaña: el expresidente Barack Obama, que el domingo salió a auxiliar a un candidato demócrata en Indiana que podría perder su escaño.

“El carácter de nuestro país está en la papeleta”, dijo Obama, fustigando los escándalos judiciales que han marcado el gobierno de Trump.

“Las elecciones de mañana pueden ser las más importantes de nuestras vidas”, reiteró este lunes en Twitter el exmandatario.

por Ariela Navarro

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