Mundo Presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro

“No podíamos seguir flirteando con el socialismo”

“No podíamos continuar flirteando con el socialismo, el comunismo y el extremismo de la izquierda”, fueron las primeras palabras del recién electo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.

“No podíamos continuar flirteando con el socialismo, el comunismo y el extremismo de la izquierda”, fueron las primeras palabras del recién electo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, luego de confirmado su triunfo en la segunda ronda electoral del pasado domingo.

Del punto de vista afirmativo, el programa del presidente electo, aunque anunciado de forma difusa, enfatiza la defensa del derecho de propiedad, lo que en el escenario político brasileño significa mayores garantías para la expansión del agronegocio y la limitación de la expansión de reservas indígenas.

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Es en el campo donde la acción del Movimiento de los Sin Tierra (MST) provoca mayores tensiones y los terratenientes actúan con violencia y mayor impunidad. No por casualidad en dos de los estados donde tienen mayor pese económico y político –Goiás y Mato Grosso– fueron elegidos gobernadores los candidatos del Partido Demócrata, aliado de Bolsonaro y representante de los sectores más conservadores del país.

La otra cara del programa económico está conformada por la idea de que el país necesita “zerar” (cancelar) la deuda, vendiendo activos estatales y reduciendo el gasto, medidas que el probable ministro de Hacienda, Paulo Guedes, defiende de manera radical.

Clima tenso

Pero el primer síntoma de lo que será el tenor del nuevo gobierno lo dio Bolsonaro al responder el mensaje de quien fue su rival en el segundo turno, el candidato del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad.

El tweet de Haddad, divulgado en la mañana del lunes, sorprendió a todos. Dirigido a Bolsonaro, decía: –Presidente Jair Bolsonaro. Le deseo éxitos. Nuestro país merece lo mejor. Escribo este mensaje, hoy, con el corazón liviano, con sinceridad, para que estimule lo mejor de todos nosotros. ¡Buena suerte!

El mensaje provocó la primera disensión pública entre el PT y Haddad. Valter Pomar, viejo dirigente del partido, escribió: “la banalidad del texto tuiteado contrasta de tal manera con la tragedia histórica que pensé que se trataba de otra fake new, quizás obra de un hacker.

El PT y Haddad habían acordado que no habría felicitación a Bolsonaro y el discurso de Haddad, en la noche del domingo, fue en ese tono. No mencionó al ganador de las elecciones, ni hubo llamada de felicitaciones. Habló para sus partidarios y recordó una frase del himno nacional: –un hijo tuyo no huye de la lucha, cambiando solo lo del “hijo”, por “profesor”, una alusión a su profesión. Asumía así el liderazgo de la oposición.

De modo que el tweet del día siguiente provocó desconcierto. Pomar escribió: el único mensaje que, en mi opinión, como elector de Haddad, podría haberse enviado sería algo así: –Cumpla la Constitución. Detenga la violencia de sus partidarios. De nuestra parte, haremos oposición, como nos faculta la ley, nuestra conciencia y nuestros principios. ¡Al pueblo brasileño le deseamos buena suerte y mucha lucha!

No fue ese el tono de la nota de Haddad, que Bolsonaro respondió con ironía: –Señor Fernando Haddad, ¡gracias por sus palabras! Realmente, Brasil merece lo mejor.

La candidata a la vicepresidencia de Haddad, la diputada Manuela D’Avila, había dicho por su parte: “La tristeza tiene que transformarse rápidamente en resistencia. Ellos vencieron, pero la lucha sigue. Vamos a permanecer juntos, resistir y defender la democracia y la libertad.

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Guillermo Bulos, excandidato presidencial del partido Socialismo y Libertad (PSOL), que obtuvo menos de 1% de los votos, se sumó desde el principio a Haddad en el segundo turno. Dirigente de los sin casa, Boulos llamó a la formación de un frente por la democracia y a manifestaciones de protesta para el martes 30 de octubre.

Cambio de tono

Si este intercambio mantuvo el tono tenso de toda la campaña, el vicepresidente electo, general Hamilton Mourão, la voz del ejército en el gobierno, cambió el tono de las declaraciones anteriores. Igual que Bolsonaro, Morão había elogiado al ya fallecido coronel Brilhante Ustra, que comandó, durante la dictadura militar, un órgano de represión y que se encargó personalmente de la tortura de detenidos, entre ellos la expresidente Dilma Rousseff.

Mourão, que había sugerido enviar una “misión de paz” a Venezuela, en entrevista durante la campaña, defendió ahora la no injerencia en el país vecino. Pero no descartó el apoyo a la oposición venezolana. “Nuestra diplomacia se rige por la no injerencia en asuntos internos de otros países. Actuamos así porque no aceptamos injerencia aquí en Brasil. Es obvio que este asunto lo tienen que resolver los venezolanos. Si necesitan algo de acá, que hablen con nosotros”, afirmó.

En el plano internacional, ha sido el presidente chileno, Sebastián Piñera, el que ha buscado el contacto más directo con Bolsonaro. Es posible que el presidente electo visite Chile antes de asumir el poder, según información de sus allegados. Del mismo modo, el presidente argentino, Mauricio Macri, ve con simpatías el triunfo de Bolsonaro, junto con su colega paraguayo. Todos de tendencia conservadora, conformarán una nueva alianza que cambiará el marco político regional.

Una alianza que encontrará en la Casa Blanca un apoyo para sus políticas, a las que se sumará también el recién electo presidente de Colombia. En ese escenario, el cambio de gobierno en México el 1 de diciembre asume particular relevancia ya que, en principio, contradice la tendencia más conservadora predominante en América del Sur.

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