Cultura

“Nos vemos trabajando en nombre de la marimba”

Cristián y Gabriel Valverde son dos hermanos -de 20 y 21 años- que buscan reivindicar el sonido de la marimba
  • Los jóvenes, de San Francisco de Dos Ríos, interpretaron una adaptación de Bach en el Carnegie Hall de Nueva York

En el Carnegie Hall de Nueva York resonaron recientemente las tablillas de una marimba comandada por una dupla de ticos. Del símbolo patrio sonó una adaptación de Bach interpretada por Cristián y Gabriel Valverde, dos jóvenes de 20 y 21 años, hermanos y “marimberos por accidente”.

UNIVERSIDAD tuvo la oportunidad de conversar con este par de músicos sólo días después de su interpretación en Estados Unidos, lugar en el que pisaron uno de los escenarios artísticos de mayor tradición en la cultura norteamericana y desempolvaron una vieja marimba: la marimba de siempre.

Para Cristián y para Gabriel, dos estudiantes universitarios, es momento de reivindicar un instrumento que parece haberse añejado, el instrumento con el que se ganaron los aplausos del Carnegie Hall.

¿Cómo llegan dos hermanos y una marimba a tocar en el Carnegie Hall?

G: Fue gracias nuestra profesora de marimba, Carmen Alfaro. Nosotros la contactamos a ella hace un par de años, en principio, sólo porque queríamos que nos diera clases, sin saber que había una escuela formal de marimba. Finalmente, la encontramos y nos dio clases por un par de semanas hasta que nos dijo que quería enviarnos al Carnegie Hall. Era un proceso que tardaría entre uno y dos años.

Ella ya había tenido contacto con la organización porque había mandado alumnos un en años anteriores y ella misma había participado en el evento, entonces fue desde el principio quien nos metió en el proceso y finalmente logramos llegar.

Ya propiamente en el concurso, uno se inscribe, hace todo el proceso, envía un video y ellos eligen cuáles propuestas ganan la oportunidad.

Llegó la oportunidad, pero ¿Cómo fue que llegó?

C: Nosotros mandamos el video y nos dieron un tiempo de espera que era más o menos de un par de semanas, pero al final nosotros lo enviamos y la carta de aceptación nos llegó como en tres días. Fue bastante rápido e inesperado. Todo eso fue en octubre.

G: Eso sí, nosotros nos veníamos preparando desde mucho antes. En octubre enviamos el video, pero la preparación fue desde mucho tiempo atrás: C: Sólo el video, nosotros lo empezamos a trabajar como desde tres semanas antes de tiempo. Las piezas y su preparación aún más, trabajando todos los días de dos a cuatro horas.

Ya en el lugar, ¿Cuál era la propuesta del dúo?

G: Eran tres invenciones de Bach y eso fue un factor que le metió complejidad al asunto, porque el video no podía ser editado y entonces era darle, darle y darle. C: Me acuerdo el día que grabamos la versión final porque simplemente fue demasiado. Grabamos una, y otro, y otra, y otra… No hicimos ninguna perfecta, pero lo logramos igualmente.

Y pasada la experiencia, ¿Cómo fue el momento de la interpretación para ustedes?

G: Fue muy interesante porque estábamos compartiendo escenario con el típico estereotipo de “chino virtuoso”, literalmente. C: Digamos, había un chiquito de seis años que ganó lo mismo que nosotros.

G: Eran puros músicos que llevan años en conservatorios y con un nivel de exigencia demasiado alto. Había gente de Estados Unidos, de Singapur, de India, de Inglaterra y de todas partes del mundo. Y, bueno, creo que lo más retador era estar en un escenario que carga mucha historia y mucho renombre. Era decir “Ok, todo este proceso que empezó desde el año anterior se resume en estos tres minutos”. Ese “venga y suelte todo lo que tiene porque este es el momento”.

Ustedes tienen 20 y 21 años y uno naturalmente pensaría que a un joven músico le gustaría tocar la guitarra, la batería o el bajo… ¿Por qué salirse del estereotipo?, ¿Por qué la marimba?

C: Bueno, la historia es muy interesante. Se devuelve a cuando estaba en séptimo grado del colegio y Gabriel en octavo. Nosotros estábamos en el Liceo de Costa Rica y nos gustaba la música, en parte porque nuestro papá es músico.

Pero bueno, en realidad nosotros nunca dijimos que queríamos aprender a tocar la marimba, las cosas simplemente dieron toda una vuelta. La cosa es que en una ocasión vimos que había una marimba, típica, grande y lindísima en el colegio y, por curiosidad, la empezamos a travesear. Así, un día –y aunque ni siquiera sabíamos cómo tocarla- el profe nos pidió sacar una pieza para un acto cívico… Así fue como empezamos…

Luego, no volvimos a tocar por un tiempo, pero como tres o cuatro años después, nuestra abuela -que nos había visto tocar en algún par de ocasiones- llegó y nos dijo que nos iba a comprar una marimba. De la nada. Y bueno, ahí ya tuvimos que ver qué hacíamos con ella. Al final todo fue porque nuestra abuela quiso comprarnos una marimba.

Entonces, fue un impulso de la abuela…

G: Claro. A día de hoy nadie sabe por qué lo hizo, pero nada más llegó, nos dijo que iba a pedir un préstamo para comprarnos la marimba y bueno, ya después de que la teníamos, sólo era cuestión de ver qué hacíamos con el asunto. Empezando porque había que pagarla. Así comenzó el proceso. Claramente, no es cosa de todos los días. Todo ha sido muy no planeado, por decirlo así.

¿Y qué hicieron a partir de eso?, ¿Se han presentado en muchas ocasiones?

G: Pues fue simple, mi mamá un día nos grabó y lo subió a Facebook. Ahí, alguien comentó que nos quería para un evento. En el primer año y medio de tener la marimba, fue puro tocar “en lo que saliera”: fiestas, eventos en restaurantes, tocando para gente que ni estaba escuchando, fiestas de 15 años, de todo… Teníamos que pagar la marimba. C: De pronto venía gente de quién sabe dónde, congresos internacionales, y querían enseñarles una marimba…G: Pero rápido nos fuimos haciendo un nombre, principalmente porque a la gente le parecía gracioso que dos chamacos estuvieran en eso…

Y sobre su nombre, ¿Marimba Cabat?

G: Eso fue porque para el primer chivo que nos salió no teníamos nombre, pero no queríamos decirlo. Entonces, como era algo folclórico, queríamos ir por esa línea. Por eso comenzamos a buscar opciones y buscamos palabras claves en lenguas indígenas. Entonces, mi mamá tenía contactos borucas y todo terminó en Cabat, que significa hermano.

Ese es un punto interesante, ¿Cómo es hacer música con un hermano?

G: Es demasiado bueno y es demasiado malo. Es demasiado bueno porque hay muchas cosas que salen sin pensarlo. C: Principalmente porque tenemos un antecedente musical parecido, entonces tenemos las mismas ideas o el mismo background.

G: En realidad, hemos tenido la misma escuela musical siempre. Era típico que Gabriel y Cristián hacían todo juntos y, entonces, teníamos dos décadas de -verdaderamente- hacer absolutamente todo juntos. Esto hizo que la música no fuera una relación complicada. Nosotros ni siquiera pensamos en el nivel de sincronía que se necesitaba para hacer que un dúo suene bien, porque eso simplemente lo teníamos. Lo mismo que jugando fútbol, lo teníamos con una marimba.

C: Exacto, hay mucha coordinación y quizás la parte negativa son ciertas convicciones, a veces queremos cosas muy parecidas, pero las queremos por distintos caminos. Por decirlo de alguna manera, tenemos formas y personalidades muy diferentes, pero siempre volvemos y hacemos lo que queremos.

Y ahora, ¿Qué sigue?

G: Creo que el concurso nos ayudó a tomar un impulso y ver la oportunidad como algo que abre muchas puertas. Me veo trabajando para otros concursos y oportunidades que es sólo cuestión de ponerse las pilas. Me veo trabajando en la marimba y buscando oportunidades.

C: Mi visión es muy parecida. Yo vine y sentí ese impulso. Abrí mi mente en muchas cosas. Algunas veces uno tiene la mente muy cerrada y se queda con fronteras muy pequeñas, pero -al salir- uno ve otras situaciones, gente que está haciendo otras cosas. Eso es algo que le ayuda a uno a ver que se puede trabajar un montón para seguir con el proyecto. Es prestigio y son opciones. Opciones para que una marimba suene dentro y fuera del país, como cualquier otro instrumento.

¿Dar vigencia a la marimba?

G: Exacto, en eso creo que compartimos la posición de que esto ayuda para ponerle un foco a la marimba, mostrar que también puede ponerse en un escenario de primer nivel y rozarse con la música académica, clásica y de altísimas exigencias. Nos vemos trabajando en nombre de la marimba, ser una plataforma y decir que todavía sirve para muchísimo.

C: A fin de cuentas, es nuestro instrumento nacional y eso es importante. Nosotros tenemos nuestros propios proyectos, nos gusta el jazz, por ejemplo, pero sabemos que esto es importante y nos vemos trabajando en este sentido…

¿Que hacen Gabriel y Cristián Valverde?

Gabriel es estudiante de Ciencias Comunicación Colectiva en la Universidad de Costa Rica (UCR), mientras que Cristián estudia Música con énfasis en Educación en la Universidad Nacional (UNA). Además, ambos son integrantes activos de la Fundación Academia ACUA, lugar en el que han perfeccionado sus conocimientos musicales en los últimos años.

Acá, el video de los hermanos Valverde para competir por tocar en Carnegie Hall:

https://www.youtube.com/watch?v=fMPgLEFZj-M

 

 

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