El proyecto Musicar -que busca generar nuevas formas de aprendizaje musical a través de la experiencia- sigue creciendo de la mano de su creador, Guillermo Rosabal, quien presentó recientemente su tesis de doctorado en la Academia Sibelius, la Universidad de las Artes de Helsinki, en Finlandia.
Musicar provee la línea pedagógica general de los programas de educación musical implementados por el Ministerio de Educación Pública (desde 2008 para Secundaria y desde 2013 para Primaria), y busca que los estudiantes aprendan “afirmando, explorando y celebrando” la música.
“Según las estrategias de mediación del aprendizaje en estos programas, se parte de cómo el estudiantado percibe, siente, piensa, escribe, expresa, investiga, toca, canta, baila, improvisa, y compone la música; y no de cómo la educación institucionalizada, en la figura de la persona docente, lo impone”, explica Rosabal.
Para la realización de su proyecto, Rosabal asegura que se fijó en el trabajo de uno de sus profesores, Christopher Small, quien propuso el concepto de “musicar” como un verbo que hace referencia a las capacidades de experimentar a través de la música: haciéndola, escuchándola o relacionándose con ella.
El músico además exalta la capacidad que ha tenido su trabajo en Musicar para fomentar procesos innovadores de educación musical fuera de las aulas, en espacios en los que estudiantes suyos han participado como mediadores de la educación musical propuesta por el proyecto.
“Ellos han trabajado con niños y niñas en contextos educativos diferentes a la escuela tradicional, con personas con problemas de adicción, y niños y adolescentes pacientes en el entorno hospitalario”.
Musicar cuenta con alianzas con la Escuela del Hospital Nacional de Niños, el Instituto de Alcoholismo y Farmacodependencia, y el Centro Infantil Laboratorio de la UCR.
Rosabal -además de contar con una amplia experiencia como investigador y consultor a nivel nacional e internacional- es profesor de la Escuela de Artes Musicales de la Universidad de Costa Rica (UCR) y ha desarrollado estudios en universidades nacionales e internacionales.
Sobre el efecto de sus últimos estudios en el proyecto, Rosabal asegura que gracias a ellos ha podido exponer sus ideas a nivel mundial. Destaca ponencias académicas suyas en Brasil, China, Estados Unidos, Finlandia, Noruega y Costa Rica, así como publicaciones de sus trabajos en reconocidas revistas académicas.
“He obtenido herramientas teóricas y prácticas para fortalecer lo que enunciamos y hacemos en Musicar, como -por ejemplo- el estudio de lo que las personas hacen, sienten, piensan al musicar en sus vidas, más allá de lo que la institucionalidad educativa y política desean que las personas sientan, hagan, y piensen como fruto de las prácticas educativas”, explicó el artista y académico.
Impulso universitario
El programa Musicar es impulsado desde 2012 por la Unidad de Gestión y Transferencia del Conocimiento para la Innovación (Proinnova) de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Proinnova ha gestionado y acompañado al proyecto por su perfil innovador, puesto que se deriva de un programa de investigación sobre las prácticas educativas musicales formales e informales.
Para la gestora de innovación de Proinnova, Cynthia Céspedes, el trabajo conjunto ha servido para que Musicar se fortalezca con el tiempo, a través de la protección de la propiedad intelectual y del impulso universitario a su trabajo.
Según Céspedes, Musicar cuenta con la ventaja de ser el producto de los estudios doctorales de Rosabal, lo que le confiere “un mayor valor agregado” a su trabajo.
